FORTEGAVERSO: EL HORROR DE BERKOFF: PRIMER CAPITULO

martes, agosto 25, 2009

EL HORROR DE BERKOFF: PRIMER CAPITULO


Este es el primer capítulo "casi" definitivo de EL HORROR DE BERKOFF (working title) novela que estoy terminando y que fue favorecida con una beca de creación literaria 2009. Es la historia de dos amigos, una chica, un muerto, un pueblo maldito y una casa embrujada, también de duendes, monstruos y de un sur chileno que no tiene nada de postal, un sur repleto de bosques y ojos que miran desde la negrura de los árbole: a veces la naturaleza es mala, a veces los fantasmas, incluso los morales se pueden tocar, a veces los amigos imaginarios nos acompañan hasta el final de nuestros días. Esta novela nació a partir de VICTORIA, guión de una película que nunca se filmó, algunas cosas cambiaron, el pueblo entre ellas, la muy real Victoria se hizo la casi imaginaria Estación Salisbury o simplemente Salisbury. Este es el primer capítulo:

EL HORROR DE BERKOFF

La casa miraba hacia el pueblo.
Era enorme y parecía desdibujada y vencida.
Las ventanas descuidadamente cerradas
le daban ese aspecto siniestro de todas
las casas viejas que han pasado mucho tiempo solas…
A la derecha, un destartalado cartel clavado
sobre el poste advertía:
PROHIBIDA LA ENTRADA”
Salem´s lot
Stephen King


“¡Que el Arzobispo no nos moleste con consultas
innecesarias a la Casa!... Abandonado a las necesidades
sin concierto de distintos tiempos, este edificio creció tanto
y tan anárquicamente que ya nadie recuerda…”
El obsceno pájaro de la noche
José Donoso


1ª parte
LOS NIÑOS

MARTES
1

OTRA VEZ LA esquina Berkoff. Lo supe apenas sentí vibrar el teléfono, igual que en la noche anterior, aunque ahora no eran llantos ni gritos los que explotaron desde el otro lado de la señal, sino palabras tartamudas. Supongo que fue una advertencia, un presentimiento o simplemente el modo en que todo debía de comenzar, con una muerte que es el más definitivo de los finales y el más significativo de los inicios. Martes para miércoles, dos de la madrugada, buena hora para enfrentarse al fallecimiento de un amigo. También para tomar decisiones apresuradas y volver a pesar en casas embrujadas.
–Aló, ¿Mar… Martín?… –tropezó un hombre a través del celular.
–Si… ¿quién es? –respondí mientras veía el reflejo de mi cara desfigurarse sobre la cubierta traslúcida del iPhone.
–Perci… –continuó el tartamudo.
–Perci… –fingí dudar –Pércival Guidotti –completé enseguida. No porque hubiese reconocido su voz, sino porque era la única persona con nombre de caballero del rey Arturo que he conocido en mi vida.
–El mismo. Hola, tanto tiempo.
–Si, tanto tiempo.
Me estiré hacia la mesa de noche y prendí la lámpara, la luz me pegó un puñetazo directo a los ojos. Los cerré por un instante y cuando volví a abrirlos me reencontré con mi reflejo, devolviéndome la mirada desde la tapa del celular. Deforme y submarino, como alguna extraña clase de engendro abisal.
–Disculpa, estabas durmiendo –se excusó Perci, ya sin tartamudear.
–Estaba… son las dos… –revisé la hora en el teléfono –las dos y media –precisé.
–Lo siento, no quise.
–Está bien –traté de sonar amable.
–…
–…
–…
–¿Qué pasa?
Había sido la esquina, otra vez la esquina.
–Martín –se detuvo Guidotti, luego presionó el detonador–. Juan José… Juanjo murió
anoche…
–…
–Un accidente automovilístico.
–…
–Aló, sigues ahí
Claro que seguía ahí, desparramado sobre las sábanas, con las piernas cruzadas, temblando de nervios impulsados por el pasado, sumando pieza tras pieza en un Lego mental de color negro y diseño propio. Recordé los llantos telefónicos de la noche previa, vi los rostros de Juanjo, de Perci, de Emilia, el mío propio… y enmarcándonos, la esquina, la maldita esquina Berkoff. Todo tenía que ver, todo era parte del mismo mecano, igual que hacía más de veinte años, igual que siempre.
–Martín, ¿aún estas ahí? –insistió Guidotti.
–Si, me dejaste blanco, ¿qué paso, cómo fue? –me atraganté.
–Aún no hay nada claro.
–…
–…
–¿Cómo está Emilia?
–Mal.
–…
–¿Cómo me ubicaste?
–Por facebook, hice una lista de ex compañeros de colegio, tu te inscribiste, te acuerdas.
–Me acuerdo.
–Todos querían ser amigos tuyos, por lo de la tele… pero no aceptaste a nadie, excepto a mi. Hartos te odiaron.
––También me acuerdo.
–Los funerales son pasado mañana. Te quería avisar, claro, no es necesario que vengas, imagino que es complicado para alguien como…
–Si, no sé, me golpeaste, tal vez pueda, tal vez no, déjame…
–Tranquilo, ve tu. Yo cumplí con darte la noticia.
–Si, gracias –respiré rápido, entrecortado, recordando una clase de yoga de hace tiempo.
–…
–…
–Aló, Martín…
–Disculpa, como que estoy sin habla, pensando como lo hago, qué hago. Escucha, Perci, si es que al final voy, ya sabes que no tengo a nadie en el pueblo, me preguntaba si podía… –no alcancé a terminar.
–Por supuesto, mi casa es tu casa. Llámame cuando salgas de Santiago y también al llegar a Salisbury, mi teléfono debe de haber quedado en la memoria del tuyo, guárdalo.
–Lo haré.
–…
–¿Dijiste que me ubicaste por facebook?
–Si.
–Pero cómo –arrugué el ceño como si tuviera a alguien enfrente– no tengo mis datos privados publicados allí.
–Pero algunos amigos tuyos si. Por eso te llamé tan tarde, fue largo el proceso de escribir o llamar a tus contactos...
–¿Llamaste a mis contactos de facebook?
–Si, como a treinta personas, no eran tantos tampoco. Yo tengo más de quinientos, claro, no los conozco a todos, pero es un buen ejercicio de relaciones personales…
–…
–…
–…
– ¿Y al final quién te dio mi teléfono?
–Una mujer, Visnia algo.
–Me imaginé.
–Por qué.
–Por nada.
–…
–…
–…
–…
–¿Martín?
–Dime
–Fue la esquina cierto, otra vez la esquina Berkoff.
Y aunque ya lo sabía, preferí no decirle nada.

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8 Comentarios:

A la/s 10:49 a. m., Anonymous Vortedero dijo...

Al principio lo leí no convencido, sobre todo cuando apareció la palabra Iphone, me pareció demasiado moderno, quizás porque uno está acostumbrado a que al leer lo traslade a otro mundo no tan de la mano como el que tenemos en el día a día, PERO poco a poco me fue convenciendo, después leí la palabra facebook, pero ya tenía una historia y se iba haciendo interesante la inclusión de estos medios 2.0. Al final terminó enganchándome y querer saber qué sigue, que creo que eso es lo fundamental.

P.S: ¿en la introducción realmente la palabra es "morales" o quizás quisiste decir "mortales"?

 
A la/s 12:37 p. m., Blogger Daniel Guajardo (aka Dan Guajars) dijo...

Está interesante, aunque la falta de diálogo y/o de acción en esos puntos suspensivos me produce mucho ruido (ja!), un párrafo de texto explicando el silencio y la incomodidad y el etcétera que pasa por la mente del personaje en esos segundos me haría más sentido. También me pasó en el Número Kaifman.
No me siento "enganchado" por la historia aún, pero puedo sentir lo ominoso de esa esquina que mencionan los personajes. Me gusta eso, un secreto doloroso, tenebroso, que no se puede describir con palabras, rodeando a los personajes de una historia y que se reúnen a desentrañar o exorcizar el pasado.
¿Podremos leer más antes de la salida del libro?

 
A la/s 10:52 p. m., Anonymous Vero Manríquez dijo...

Bueno, ya he leído sobre esta historia y está demás decir que estoy súper enganchada. En general me gustó el diálogo. Me pareció bastante real, como suele hablar uno. Los silencios, para mí, se explican por el tipo de noticia que se entrega y se recibe y por el actual grado de confianza entre los personajes. Lo principal es que el ambiente se crea de inmediato. Un ambiente de misterio un tanto gótico, con la sensación de que algo extraño y oscuro ocurre alrededor. Eso me gusta y quisiera saber más.

Saludo ;D

 
A la/s 10:49 a. m., Blogger Marcelo TM dijo...

Estoy de acuerdo con Guajars sobre los puntos suspensivos para el silencio y también me pasó con Kaifman. En lo personal no me gusta así. Existen recursos literarios para hacer esos silencios igual o más perturbadores y a la vez son más estéticos. Es una cuestión de gustos.

 
A la/s 3:50 p. m., Blogger F. Ortega dijo...

Gracias por los comentarios y por la sugerencia de _.... la verdad a mi tampoco me convence mucho y creo que en una segunda relectura voy a intentar busear en la cabeza de Martín para interpretar los silencios, se pasaron. VORTEDERO sobre el uso de las palabras iPhone y Facebook yo tengo aun mis dudas, pero se entiende mas adelante en la personalidad, un detalle en la personalidad, de Percival

 
A la/s 10:33 p. m., Anonymous Enzo Nicolini Oyarce dijo...

¿Cuándo deberíamos ver esta novela en librerías?
¿O está reservada para el cyberespacio?

 
A la/s 4:45 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

una tontera que noté

"...y volver a "pensar" en casas embrujadas."

y bueno el tema de los puntos suspensivos que ya indicaron me complica un poco la lectura (debo tener problema de comprensión jeje)

En general el texto consigue ser bastante perturbador.

Me quedo esperando a que salga en librerias.

saludos

 
A la/s 6:12 p. m., Blogger Ayenkantun dijo...

hacia tiempo que no andaba por estos lados, y me encontre con otra nueva y atractiva historia arrastra a saber más se siente que hay un misterio, una complicidad... encuentro interesante eso del iphone y facebook, recursos de comunición que se usan mucho en el presente y al parecer la historia ocurre en la actualidad.
Quiero leer los siguentes capitulos

 

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