PET SHOP BOYS, UN RETORNO FUNDAMENTAL
El título es de Cancino, algunas ideas tambien. Cancino es un maestro de la religión Pet Shop Boys. En fin, este es el comentario del disco más reciente del duo que publiquñe en la edición de julio de Rolling Stone. Es una versión más larga y sin edición de lo que apareció en la revista. Ventajas de blog
Publicado en Rolling Stone-Chile, julio 2006
El retorno de los niños de oro del pop imperial
Hace rato que Pet Shop Boys dejó de ser un grupo para convertirse en una declaración de principios. Lectura que puede entenderse desde varias aristas. Desde la estrictamente musical a la sexual, porque a la hora de hablar del dúo londinense no debe ignorarse el hecho de que estos paladines del tecno pop ochentero, son también nave insignia de lo que lo que masivamente se entiende por movida gay. Y Neil Tennant (voces y guitarras) y Chris Lowe (teclados y programaciones) lo tiene más claro que nadie. Y no tienen –ni han tenido- empacho en confesarlo.Así, no es gratuito el nombre del segundo corte de la placa: “The Sodom and Gomorrah show”, canción que se escucha tal como se lee, una perfecta pieza de discoteque bíblica.
Pero los principios de los autores de “West end girls” van mucho más allá y empiezan y terminan en la moral de convertirse en la pieza mejor aceitada del pop elegante. Ese pop que no tiene nada de chicle pero si mucho de candilejas. Ese pop situado a años luz de las radios FM, posado en las cortes más finas de Europa, bajo arcos de castillos y fiestas sobrepobladas de modelos top, pero también de punkies rosados provenientes de los suburbios más sucios de Londres. Porque desde Please (1986) a Fundamental, el dúo se las arreglado para sonar como nadie, construyendo las canciones más pegajosas del mercado, sin perder ni una sílaba en lo sarcástico e inteligente de sus letras. Tennant, ex periodista y escritor de cómics (fue editor y guionista de Marvel UK), ha conseguido expresar en sus canciones el sentimiento y significado de la vida del adolescente inglés medio, del “colita” del barrio, del verdadero “nancy boy”, con una clase que ya se la quisiera Brian Molko. Los niños de oro del pop imperial, como alguna vez fueron definidos, continúan parados en el escalafón más alto de la música inglesa.
Fundamental es un regreso a la pista de baile, tras el complejo pero interesante Release (2002) y el arriesgado y auto indulgente ejercicio de tecno sinfonismo de The Battleship Potemkin (2005). Y en este sentido, el disco puede situarse a medio camino entre Behavior (1990) y Very (1993), sin las apuestas y búsquedas sonoras que convirtieron a ese par de trabajos en los puntos más altos de una discografía a la que le sobran puntos altos. Fundamental convence, agarra desde la primera escucha y no suelta, sin embargo carece del factor himnario que hizo mito los discos mencionados. No hay un”So Hard”, un “Go West”, un “It`s a Sin” o un “Always on my mind” en el nuevo disco. Ok, piezas como “Numb”, “Lunar Park” o el propio single “I`m with stupid” –uno de los temas más políticos en la carrera del dúo, con abiertas alusiones a Bush y a Tony Blair- lo tienen todo para convertirse en lugar común de cuanta fiesta venga, pero carecen de la fuerza necesaria para ser coreadas a estadio lleno y convertirse en clásico. Fundamento que curiosamente sus autores prefieren evitar, no en vano se las han arreglado para sobrevivir dos décadas sin convertirse en dinosaurios del tecno pop. “Minimal” e “Integral”, las piezas mas electrónicas del disco, perfectamente pudieron haber sido manufacturadas por algún nuevo “guru” de las consolas, como Deep Dish o Basemant Jaxx.
El nuevo disco de Pet Shop Boys es un retorno con lentejuelas y focos de colores, un trabajo potente para una banda que ha sabido hacer del eurotrash una obra de arte. Tennant, Lowe y el productor Trevor Horn (Frankie goes to Hollywwod, Yes) no hicieron una placa, simplemente le pusieron play a la pista de baile del mundo.
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