FORTEGAVERSO: HISTORIA CHILENA DEL SIGLO XX

miércoles, mayo 02, 2007

HISTORIA CHILENA DEL SIGLO XX


LA HISTORIA CHILENA DEL SIGLO XX está llena de contradicciones, más que la de cualquier otra nación de América Latina. En este sentido, no es casual, que tanto el inicio como el final de la centuria pasada se nos aparezcan enmarcados por procesos dramáticos muy similares. La continuidad política de Chile comenzó 1900 recuperándose de una guerra civil y terminó el 2000 en similares circunstancias, con gobiernos de transición democrática y una fuerte presencia de quienes tiraron las riendas del país tras los sucesos de 1973, por todos ampliamente conocidos. Como un paréntesis de cien años, la historia chilena del siglo XX emerge poblada y plagada de personajes y eventos paradigmáticos que ayudaron a dar forma a una nación joven, ensartada en el mismo fin del mundo, rodeada de vecinos inestables y de pie en una posición ingrata –y también estratégica– en un mundo repartido en dos polos.
Chile no participó ni de las dos guerras mundiales, ni mucho menos fue un peón activo en la fría dualidad que a partir de 1945 separó al mundo entre aliados de Estados Unidos y los de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. De hecho, por más que muchos quieran ver al gobierno de Salvador Allende como un hito comparable a la revolución cubana, los autores de este ensayo creemos que no deben confundirse las cosas. Nuestra nación, por su naturaleza y formación moral; religiosa e histórica, jamás estuvo cerca de convertirse en una nueva Cuba. A más de cuarenta años del golpe militar de 1973, cada vez es más claro que la Unidad Popular no fue el proceso revolucionario que muchos historiadores han apuntado, sino un mero ensayo de una nueva forma de democracia: una que intentó llevar a la práctica las ideas sociales y gubernamentales de los partidos de izquierda de la época, mismos que debieron soportar dieciséis años de persecución política, para posteriormente evolucionar hasta convertirse en alternativas prácticas de gobierno, tal cual ha venido sucediendo en los últimos gobiernos (valga la redundancia) de la Concertación de Partidos por la Democracia.
Con lo anterior claro, creemos es el momento de alumbrar que el propósito de los autores de Historia Chilena Contemporánea –primer volumen de la serie Historia Chilena de los Siglos XX y XXI– está muy lejos de querer revisar nuestros últimos 140 años desde una perspectiva política y social, visiones que creemos han sido manoseadas hasta el abuso por nuestros colegas, sino (por extraño que parezca) limitarnos a contar una buena historia con la historia. Con la anterior moral, buscando un ítem bajo el cual realizar este viaje, nos encontramos con la peculiar historia de los superhéroes chilenos, esos extraños personajes que surgieron en los barrios santiaguinos a fines de la década de los 30 y que tuvieron una más que clave participación en los procesos políticos nacionales a partir de 1962. Nos resultó, por decir lo menos, extraño, que ningún libro similar a éste, aparecido a partir de 1988 a la fecha no hubiese hecho hincapié en este episodio y estos protagonistas de nuestra historia. Ridículos, psicópatas, insignificantes, instrumentales, como quiera definírsele, lo concreto es que el siglo XX de nuestra nación estuvo decorado por una serie de individuos, vestidos con disfraces de colores, que se creyeron el cuento de servir al prójimo y ayudar a construir un mundo nuevo.
A casi tres décadas de la desaparición de la última de nuestras capas urbanas, la única certeza que al respecto parecemos tener, es que ellas nunca cumplieron con su propósito. Si, es verdad, concretaron sus sueños y pintaron un capítulo grandioso en la continuidad de nuestra patria, pero ello es muy distinto a decir que marcaron un antes y un después en el desarrollo de Chile como país. Nuestros superhéroes fueron una anécdota más, pero indudablemente una de las más entretenidas y útiles a la hora de redactar un marco de cómo ocurrieron las cosas en nuestra nación durante los pasados cien años. En este sentido, y recalcando la idea anterior, el ensayo que tiene usted en sus manos no pretende justificarlos ni adjudicarles un papel heroico que no lo tienen, sino, como ya hemos repetido, usarlos como lo que fueron: protagonistas de nuestra historia.
Los autores de este texto agradecemos a nuestras familias y profesores por el apoyo dado en la concreción del mismo. También a la editorial Dobleverso que creyó que la relectura de la historia que proponíamos era suficientemente valiosa (atractiva y por qué no decirlo, comercial) como para incluir este volumen en la colección. Al Archivo de la Biblioteca Nacional y a los departamentos de documentación de los diarios La Tercera y El Mercurio; revistas Paréntesis y Rolling Stone–Chile y canales 7, Televisión Nacional de Chile y 13, Corporación de Televisión de la Universidad Católica de Chile. Tampoco podemos dejar fuera a los Institutos de Historia de las Universidades de Chile y Pontificia Universidad Católica de Chile, mismo paréntesis que extendemos a las Escuelas de Periodismo de la UC y la Universidad Alberto Hurtado. Finalmente, seríamos ilusos en dejar fuera de estos agradecimientos a Máximo Metrópolis, el último superhéroe chileno, quien no sólo tuvo la gentileza de presentar este libro, sino en prestarnos toda su ayuda en la recopilación de cada pedazo de la historia patria desde que a mediados de 1938, un sujeto, que se hacía llamar El Sereno, comenzó a patrullar nuestras calles. Gracias totales.



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4 Comentarios:

A la/s 10:35 a. m., Blogger Alejandro dijo...

¿Qué es este "nuevo" diseño? ¿1997? Bring back the cartel!

 
A la/s 4:00 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

El Sereno fue un gran héroe Recuerdo que mi abuelo dice haberlo visto en acción una vez a la llegada de la Estación Central, allá por los años 40.

 
A la/s 4:09 p. m., Blogger Carito dijo...

Mmm..prefería el verdecito..pero bueno..hay que acotumbrarse a los cambios

 
A la/s 11:30 p. m., Blogger Nelson Dániel dijo...

Que tal? Aca Nelson. Nada, solo ocupar este breve espacio para darte mis felicitaciones por vuestro matrimonio. Me alegre mucho al saberlo. Se que un poco bastante tarde, pero bueh.

Mucha suerte en todo.
Nelson Dániel.

 

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