LENA HEADY, UNA APUESTA CONCRETADA

Desde que Lena Heady hizo de la Reina Gorgo en 300, todo el mundo se volvió loco con ella. Que era la mina más rica del mundo, que las dos escenas de sexo de la película -sobre todo la de violación-eran lo más hot del año. Luego, cuando se supo que interpretaría a la aguerrida Sarah Connor en la serie Terminator: Crónicas de Sarah Connor (serie que en cifras de estreno le voló la raja a Heroes y Lost) su nombre ha venido repitiendose en revistas masculinas, como Maxim, y ñoñas como Wired. Y si, la chica lo tiene, pero con perdón, pero este humilde columnista alguna vez escribió de Miss Heady en diciembre del 2001, en Chica Sobras, mi ya clásica columna en Sobras. Y hace 7 años, aposté por ella.


APOSTAMOS POR LENA
16/December/2001

Esta es una apuesta a ojos cerrados. Una de esas apuestas que tienen mucho de amor a primera vista. Me explico. Descubres algo que te tinca y tienes un presentimiento, así de simple. Confías en ese presentimiento y todo bien. Ahora sólo tienes que tirar los dados sobre el tablero y esperar. Pues eso me pasó con Lena Headey.

¿Y quién chucha es Lena Headey? Ok. Buena pregunta. De hecho, antes de contestarla es necesario un análisis sobre belleza femenina. Las inglesas son extrañas, perturbadoras y extremistas. Con ellas no hay término medio. O son diosas, como Elizabeth Hurley, o "Sarahs Fergusson", que por muy duquesa o princesa que sea, es más desabrida que bailar con la hermana. En fin. Lena Headey es del primer grupo de inglesas. De hecho es la inglesa más rica de la era post Elizabeth Hurley. La mejor de su generación o como dice un fansite suyo, la muñeca británica más perfecta de los últimos años. En fin. Lena tiene 22 años, nació en Londres, estudio artes dramáticas y se ganó la vida un tiempo como modelo fotográfica. De hecho, los calientes de la revista Arena la definieron como la cara más bella de las islas británicas, todo un ejemplo de buen gusto para una revista que prefiere hablar de las tetas gigantescas de las ciclistas de “Pacific Blue” que del rostro de una chica. En todo caso basta mirar las fotos de Lena para entender porque la publicación fue tan fina.

Pero Lena no es solo rostro. De hecho su cuerpo también está increíble. Caderas generosas, alta, delgada y un par de pechos de antología. De esos que alguien definió por ahí, como hechos de estaño. Y me consta. Bueno, no porque los haya visto en vivo y en directo, sino porque por ahí los dejó escapar en un capítulo errático de “The Hunger”, esa serie ultra elegante de vampirismo y perversión dirigida por los hermanos Tony y Ridley Scott y presentada por David Bowie, que pasa HBO a altas horas de la madrugada. En el episodio aquel, Lena era la musa de un escritor y de su esposa, quienes la invitaban a jugar una preciosa tripleta en el ático de un viejo edificio londinense. Claro, los viejos no contaban con que la pálida y exquisita invitada tuviera 3 mil años de antigüedad y tuviera una sedienta predileccion por la hemoglobina. La historia es bastante predecible pero con ver a Lena de cuerpo entero y tal como Dios la envió a este planeta, bien vale la pena.

En rigor descubrí a esta preciosa muñeca inglesa en “Coming Atractions” del Canal E!. Salía en la sinopsis de “Rumores” una película inédita por estos lados que esta beldad protagoniza junto al maestro Joshua Jackson (Pacey en “Dawson’s Creek”) y que es sobre un experimento universitario acerca del daño que puede producir un rumor. Una tontera, pero la sinopsis funcionaba. Al menos desde la perspectiva de los azules ojos de Lena. Después la agarré como la reina Guenivere en “Merlín”, una miniserie del Hallmark y de ahí en adelante me pegué en ella. Aunque no es muy conocida, Lena Headey es mi apuesta para el dos mil. Si esta belleza celestial no termina comiéndose al mundo es porque el mundo está hecho de puros eunucos.

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