FORTEGAVERSO: PKD: UNA EXPERIENCIA RELIGIOSA

martes, enero 15, 2008

PKD: UNA EXPERIENCIA RELIGIOSA


El español Luis Fernando Romero es ingeniero, escritor y editor, rara mezcla, pero util a la hora de hablar de uno de los sujetos más peculiares del siglo XXI, el escritor Philip K. Dick. Romero es autor de http://philipkdick.wordpress.com/, un completo análisis a la obra Dickiana, la cual se presenta el próximo 24 de enero en Sevilla. La gracia es que el libro está completo y disponbible YA para ser descargado de la red en formnato PDF y para hacerlo sólo hay que hacer click aquí.

Como adelanto, acá un copy paste del primer capítulo del libro.

PHILIP K DICK, UN OBSESO DE LA REALIDAD
Breve biografía

Philip Kindred Dick nació el 16 de diciembre en 1928 junto a su hermana gemela, Jane. Su nacimiento fue prematuro, con lo que surgieron complicaciones para los dos recién nacidos. Gracias a que el padre de ambos, Joseph Edgar Dick, había contratado seguros de vida, los gemelos fueron trasladados al hospital con urgencia. Jane no sobrevivió, y esto supuso un trauma personal para Philip el resto de su vida, tanto en su obra como en
otros aspectos de su vida.
Tras el divorcio de sus padres en 1933 (provocado en parte por los continuos traslados laborales del padre), la madre, Dorothy, se mudó a Washington D.C. tras ganar la custodia de Philip.
Philip K. Dick cursó la enseñanza básica en la escuela primaria John Eaton y luego en la escuela de enseñanza secundaria de Berkeley, donde fue compañero de la también novelista Ursula K. LeGuin. Dejó los estudios, y tuvo varias ocupaciones, como participar en un programa de radio o trabajar en una tienda de discos. Animado por la consciencia del talento propio para contar historias, se decidió a escribir relatos cortos, de forma que en 1952 se publicó Aquí yace el wub, y ello le animó a dedicarse por completo a la escritura, hasta la publicación de su primera novela Lotería Solar en 1955. Las dificultades económicas que sufrió Philip le instaron a relacionarse con ideas socialistas y rebeldes, de forma que su posición contraria a la guerra de Vietnam provocó un seguimiento por parte del FBI, dado que su primera esposa Kleo Apostolides era una activista. Con la publicación de novelas como Ojo en el Cielo o Tiempo Desarticulado, Dick se ganó la admiración de círculos próximos, pero no saltó a la fama hasta 1962 con su obra El Hombre en el Castillo, una original distopía sobre un rumbo alternativo de la historia a partir del ficticio asesinato del presidente Roosevelt.
Aunque ello no le ayudó económicamente en el resto de su trayectoria literaria, con otras novelas de altura como Los Clanes de la Luna Alfana, Los Tres Estigmas de Palmer Eldritch, Ubik, ¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?, Una Mirada a la Oscuridad o Fluyan mis Lágrimas, dijo el Policía, mereció el reconocimiento del ámbito de la ciencia-ficción y el aplauso de compañeros como Stanislaw Lem o Robert A. Heinlein.
En los años 70, su intensa experiencia con las drogas y su actitud propensa a las visiones proféticas y las alucinaciones influyeron altamente en su obra, con una perspectiva del mundo que culminaría con Valis. Su convencimiento de que las drogas le ayudaban a inspirarse y a conectar más con la realidad, planteaba la posibilidad de que Dick sufriera de numerosos trastornos mentales, entre ellos la esquizofrenia. Ello le provocó una hiperbólica paranoia (se creía perseguido por el comunismo y por el FBI),
tenía visiones de Jesucristo y estaba seguro de que era una reencarnación de un católico en el Imperio Romano.
La inestabilidad que impregnaba todos los aspectos de su vida hizo que Dick se casara cinco veces, y que tomara como ciertas sus visiones de Dios (Dick fue católico parte de su vida), planteándose su identidad y muchos detalles de su existencia, como su propia tendencia sexual o su misión en la Tierra…

Lee el resto del libro aquí.

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