BLOGST... O EL PODER BLOGGER
Un NOTABLE artículo de Radar de Página 12 que deberían leer y estudiar todos los bloggers, fanas, críticos, cinéfilos, seriefilos. Acá hay carne señores. Y harta. Si alguien inteligente se ilumina después de esto, Introducción a la Blogosfera será más importante que Teoría de la Información en las Escuelas de Periodismo.
PERDIDOS EN EL CIBERSPACIO
por Federico Lisica
Una manera diferente de consumir las series televisivas norteamericanas viene acompañada de una forma distinta de escribir los guiones. La blogósfera –siempre atenta, participativa y a veces un tanto intolerante– influye en los guiones de Lost, Heroes, 24 y Prison Break. Un hecho inédito en la historia catódica, justo cuando los guionistas están en pie de guerra y amenazan con demorar los estrenos y las entregas de premios.
Antes sucedía así: por “la tele” se enseñaban algunos avances del capítulo siguiente, o el estreno. Nada que no se haya emitido antes: explosiones; alguna sonrisa –marca establecida del personaje principal–; el gesto adusto del malo de ocasión; acaso una chica, un perro o un chimpancé como acompañantes, y el héroe atrapado en una situación de vida o muerte. En realidad, una suerte de intriga piadosa, la única, ya que, indefectiblemente, saldría ileso. Luego vendrían los títulos, con una tremenda cortina musical (sin saxo, eso quedaba para las comedias familiares) y el programa comenzaba. En una hora, el episodio de la brigada, los titanes con bigote reglamentario, el camionero u hombres capaces de hacer volar una estación militar con una birome, terminaba. A la semana se retomaría el rito: a la misma hora y por el mismo canal. Sólo quedaba el comentario obligado con amigos. Ese era el modelo a seguir para toda serie de aventuras.
Ese es el lugar que ahora ocupan Lost, Heroes, 24, Prison Break, programas que reinstalaron un tipo de ficción ubicuo y complejo, propio de la televisión del siglo XXI. Y si entre un momento y otro parece mediar una dimensión, será porque algo sucedió en el trabajo de los guionistas, en el negocio televisivo, y en la forma en la que se consumen, analizan y comentan esos mismos shows. Internet se ha vuelto una maquinaria indispensable y potenciadora de la nueva TV de ficción, con blogs, webs y foros dedicados a estudiar con pasión de cirujano cada entrega, diagnosticar psicológicamente los personajes, crear universos paralelos; esos sites que a la vez visitan –o al menos eso alegan– los propios creadores de los shows. Sumemos el componente de la digitalización que vía download (sí, bueno, también existe el DVD) trastruecan el modelo en que se ve una serie, sin grillas televisivas regulando el ocio. ¿O no es tan así? El NO reunió a guionistas locales, fans y creadores de foros para descuartizar las claves de “eso”, que llegó para reinventar (o acaso refrescar) la ficción televisiva, justo cuando los guionistas se levantan en andas por los derechos derivados de sus trabajos.
Una buena idea a repetir (y repetir)
Si se les pregunta a Kreimen y Cariluz, al mando del foro Lost Argentina, explicar el suceso de estas series es bastante simple: “Hay varios factores, pero todas tienen un guión muy fuerte y una historia bien contada, con personajes reales con defectos y virtudes. Y esto mismo facilita la identificación con ellos”. Del lado de los guionistas, esa certeza se vuelve pregunta. “No me queda bien claro por qué gustan tanto”, advierte Santiago Calori, parte del equipo autoral de LaLola. “Pongamos Heroes. Hace diez años sólo la hubieran visto los mismos nerds que seguían Star Trek. Lost es más entendible, igual que Prison Break. Son bien de suspenso. Acaso Heroes funciona como una drama en el que todos sufren. Y es entendible porque está basada directamente en los comics, en donde todo superhéroe debe tolerar su poder. Y si funcionan tan bien es porque las leen los nerds a los que durante toda la secundaria los tiraron por la escalera: ‘Un día voy a tener este superpoder y me vengo’. Lo que une a todas estas series es una idea de continuidad dramática muy fuerte.” Axel Kutchevasky, periodista y guionista, pone paños fríos a la cuestión del fenómeno atribuido a estas series. “Hay una cosa cíclica en la TV americana. Las sitcoms ya vivieron su furor, hay un par exitosas y nada más; ya pasó la moda de series de gente que investiga, abre cadáveres tipo CSI; y llegó el momentum de las historias sobre un grupo de personas con un vínculo en común y que no lo saben. Y está la cuestión de la premisa a resolver por capítulo, que se une a una premisa mayor cuando se termine la serie. Es un universo apocalíptico, pero a la vez de integrados porque están todos juntos.”
Ahí reside una de las claves: la aparición de personajes a piacere. Lo que para Kutchevasky es un problema, ya que se puede caer en el síndrome Poochie (personaje visto en un solo capítulo de Los Simpson). Es más: para Calori, la amplia gama de estereotipos vuelve al avión de Lost “un Benetton con todas las razas y tipos juntos”. Aunque coincide con Kutchevasky en que el buen timming de la intriga es lo que deviene en adicción de los seguidores. Para Hernán Ferreirós, hombre ligado a los libretos de Damián Szifrón y Jorge Guinzburg, el suceso de estas series puede ser leído en relación con “la pérdida de intensidad e inventiva” de su hermano mayor.
“El cine norteamericano industrial perdió, porque esta paralizado por presupuestos demasiado grandes y porque deja que el marketing termine dirigiendo películas. A partir del éxito de las producciones en HBO como Los Soprano, los estudios de TV abierta descubrieron que dar contenido premium era un negocio y empezaron a hacer series con los atributos del buen cine. De hecho, se disputan y le ganan público. Hace 25 años era impensable que alguien prefiriera ver un VHS con el último capítulo de Galactica Astronave de Combate, antes que El imperio contraataca. Hoy, la secuencia de títulos de la nueva versión de Battlestar Galactica, que es una de las series más subvaloradas de la TV actual, tiene más ideas que las tres ‘precuelas’ de Star Wars.”
Elencos múltiples, tramas complejas con vericuetos que se pierden y luego se vuelven fundamentales; metamensajes a toda la imaginería pop, desde la literatura, la filosofía, la música, los comics; la utilización central de recursos narrativos (como los flashbacks y flashforwards en Lost y Heroes); los puntos en común entre las series son muchos; de hecho, para Ferreirós se llega a un nivel en el que se vuelven casi tan importantes como la trama a contar. “En 24 no importa si es un virus letal, una bomba atómica o un magnicidio, todo es un ticking clock. Lost no se trata de unos náufragos en una isla, se trata de un misterio que no para de crecer. Esta vuelta a lo básico de ambas series es interesante porque, como todo regreso o búsqueda de una ‘simplicidad’ inicial, señala el agotamiento de una forma de narrar. Me parece que toda nueva serie innovadora de los próximos años va a tener algo de Lost o de 24.”
Evolución natural
En una reciente entrevista al Chicago Tribune, Damon Lindelof (co-creador de Lost junto a J.J. Abrams y Jeffrey Lieber) señaló que la serie mejoró gracias a la interacción con los seguidores dispersos en foros y webs; pero aquí no estamos en algo parecido a Snakes on a Plane, película que pateó el tablero cuando su guionista Josh Friedman alentó desde su blog a que los internautas le den ideas; el resultado fue uno de los films más pochocleros e idiotas (a conciencia) de la historia. Si bien Lost va liberando algunos trailers con nuevas maquinaciones, situó a Hugo Reyes como un blogger estrella, y en algunos capítulos echan por tierra con las teorías conspicuas (¿están muertos?, ¿fueron abducidos por un OVNI?) y preguntas molestas (¿por qué “Hurley” no baja de peso?), el ida y vuelta llega hasta ahí.
“Buscamos armar una comunidad para intercambiar teorías e interpretaciones de la serie. Lo bueno de Lost es que estimula la creatividad del espectador, adentrándolo en la historia y obligándolo a idear hipótesis y ponerlas a prueba. Nosotros buscamos información constantemente. Y más que deducciones, lo nuestro es un metódico trabajo de investigación. Aun así, varias veces la pifiamos, no hay que creer todo lo que uno lee en Internet”, advierten desde el foro Lost Argentina. Y creen que la influencia de los fans es ínfima. Los guionistas consultados son terminantes. “Pueden tener foros, chatear con los fans o escuchar sugerencias, pero apenas como un juego o como un disparador de otras ideas”, destaca Ferreirós. Y Kutchevasky sentencia: “La verdad la tiene siempre el estudio. Aunque es muy interesante todo lo que se genera como universo paralelo de reflexión. Hay una ficción hecha por fans que complementa la visión oficial, la historia oficial, cosa que ya sucedía con Star Trek.” Calori piensa del mismo modo: “Creo que funciona más en el post que en la mente del guionista. En Estados Unidos laburan con un nivel de adelanto que se hace poco posible influir, aunque la importancia de la web se percibe más en esa suerte de evolución natural, en el que permite a la gente bajarse los programas, comentarlos, leer información, la cultura del spoiler (el dato que devela) que ya existía antes, pero ahora tiene nombre. Todo esto, creo, vuelve menos culposo consumir esta suerte de telenovelas. No voy a ver María de nadie, pero veo Lost, lo comento en el trabajo o en el colegio, y está bien”.
Chau Grilla
Existe una solución, bastante simple, a la mayor conspiración surgida de los cráneos de los guionistas de Lost: en medio de una larga sesión de domingo darle stop al capítulo justo cuando esté por la mitad, así se pierde la necesidad de contemplar el final boquiabierto y uno puede irse a dormir a las 2 AM tranquilo. Para Calori, ver varios capítulos de Lost en un fin de semana es lo más parecido a disfrutar de una película muy larga, aunque Kutchevasky observa que de ese mismo modo es cuando se advierten “las repeticiones, los huecos, las puntos flojos”.
Si ya no se necesita estar sentado frente a la TV para seguir la serie favorita, surge una pregunta: ¿cuánto se ve afectada la industria de la TV? “La huelga actual de guionistas en Hollywood es, justamente, sobre cómo afecta al negocio televisivo que los contenidos generados para la televisión se ven en muchos otros formatos”, aporta Ferreirós. “Me parece que, en efecto, en los últimos años, y el fanatismo por Lost tuvo que ver con esto, cambió el modo de ‘ver televisión’, que ya no significa frente al aparato ‘a la misma ahora, por el mismo canal’. Hoy el contenido televisivo, gracias al DVD, a Youtube, al mp4 es ‘on demand’. Desde luego, esto cambia las nociones de audiencia, de horario marginal y de rating, como demuestra Peter Capusotto y sus videos, cuando apenas mide un cuarto de lo que marcan programas competidores de los que nunca oímos hablar.”
Aunque remarca que hasta que estos nuevos formatos se vuelvan autónomos de la TV hace falta tiempo, y bastante capital. Para Kutchevasky, las plataformas de TV, Internet y DVD conviven. “De algún modo se complementan”, analiza. “Es muy similar al cine, el estreno lo querés ver, pero después te podés comprar la película. Y con respecto al download, yo soy de esos a los que les gusta la cajita y ver todas las boludeces con las que vienen. Acaso lo más importante de Heroes, Lost, y demás, es que nos desafían desde el lugar pasivo del espectador. Nos llevan a pensar un universo paralelo de lo que acaso mucha gente en realidad es, personas casi sin deseo sexual.”
PERDIDOS EN EL CIBERSPACIO
por Federico Lisica
Una manera diferente de consumir las series televisivas norteamericanas viene acompañada de una forma distinta de escribir los guiones. La blogósfera –siempre atenta, participativa y a veces un tanto intolerante– influye en los guiones de Lost, Heroes, 24 y Prison Break. Un hecho inédito en la historia catódica, justo cuando los guionistas están en pie de guerra y amenazan con demorar los estrenos y las entregas de premios.
Antes sucedía así: por “la tele” se enseñaban algunos avances del capítulo siguiente, o el estreno. Nada que no se haya emitido antes: explosiones; alguna sonrisa –marca establecida del personaje principal–; el gesto adusto del malo de ocasión; acaso una chica, un perro o un chimpancé como acompañantes, y el héroe atrapado en una situación de vida o muerte. En realidad, una suerte de intriga piadosa, la única, ya que, indefectiblemente, saldría ileso. Luego vendrían los títulos, con una tremenda cortina musical (sin saxo, eso quedaba para las comedias familiares) y el programa comenzaba. En una hora, el episodio de la brigada, los titanes con bigote reglamentario, el camionero u hombres capaces de hacer volar una estación militar con una birome, terminaba. A la semana se retomaría el rito: a la misma hora y por el mismo canal. Sólo quedaba el comentario obligado con amigos. Ese era el modelo a seguir para toda serie de aventuras.
Ese es el lugar que ahora ocupan Lost, Heroes, 24, Prison Break, programas que reinstalaron un tipo de ficción ubicuo y complejo, propio de la televisión del siglo XXI. Y si entre un momento y otro parece mediar una dimensión, será porque algo sucedió en el trabajo de los guionistas, en el negocio televisivo, y en la forma en la que se consumen, analizan y comentan esos mismos shows. Internet se ha vuelto una maquinaria indispensable y potenciadora de la nueva TV de ficción, con blogs, webs y foros dedicados a estudiar con pasión de cirujano cada entrega, diagnosticar psicológicamente los personajes, crear universos paralelos; esos sites que a la vez visitan –o al menos eso alegan– los propios creadores de los shows. Sumemos el componente de la digitalización que vía download (sí, bueno, también existe el DVD) trastruecan el modelo en que se ve una serie, sin grillas televisivas regulando el ocio. ¿O no es tan así? El NO reunió a guionistas locales, fans y creadores de foros para descuartizar las claves de “eso”, que llegó para reinventar (o acaso refrescar) la ficción televisiva, justo cuando los guionistas se levantan en andas por los derechos derivados de sus trabajos.
Una buena idea a repetir (y repetir)
Si se les pregunta a Kreimen y Cariluz, al mando del foro Lost Argentina, explicar el suceso de estas series es bastante simple: “Hay varios factores, pero todas tienen un guión muy fuerte y una historia bien contada, con personajes reales con defectos y virtudes. Y esto mismo facilita la identificación con ellos”. Del lado de los guionistas, esa certeza se vuelve pregunta. “No me queda bien claro por qué gustan tanto”, advierte Santiago Calori, parte del equipo autoral de LaLola. “Pongamos Heroes. Hace diez años sólo la hubieran visto los mismos nerds que seguían Star Trek. Lost es más entendible, igual que Prison Break. Son bien de suspenso. Acaso Heroes funciona como una drama en el que todos sufren. Y es entendible porque está basada directamente en los comics, en donde todo superhéroe debe tolerar su poder. Y si funcionan tan bien es porque las leen los nerds a los que durante toda la secundaria los tiraron por la escalera: ‘Un día voy a tener este superpoder y me vengo’. Lo que une a todas estas series es una idea de continuidad dramática muy fuerte.” Axel Kutchevasky, periodista y guionista, pone paños fríos a la cuestión del fenómeno atribuido a estas series. “Hay una cosa cíclica en la TV americana. Las sitcoms ya vivieron su furor, hay un par exitosas y nada más; ya pasó la moda de series de gente que investiga, abre cadáveres tipo CSI; y llegó el momentum de las historias sobre un grupo de personas con un vínculo en común y que no lo saben. Y está la cuestión de la premisa a resolver por capítulo, que se une a una premisa mayor cuando se termine la serie. Es un universo apocalíptico, pero a la vez de integrados porque están todos juntos.”
Ahí reside una de las claves: la aparición de personajes a piacere. Lo que para Kutchevasky es un problema, ya que se puede caer en el síndrome Poochie (personaje visto en un solo capítulo de Los Simpson). Es más: para Calori, la amplia gama de estereotipos vuelve al avión de Lost “un Benetton con todas las razas y tipos juntos”. Aunque coincide con Kutchevasky en que el buen timming de la intriga es lo que deviene en adicción de los seguidores. Para Hernán Ferreirós, hombre ligado a los libretos de Damián Szifrón y Jorge Guinzburg, el suceso de estas series puede ser leído en relación con “la pérdida de intensidad e inventiva” de su hermano mayor.
“El cine norteamericano industrial perdió, porque esta paralizado por presupuestos demasiado grandes y porque deja que el marketing termine dirigiendo películas. A partir del éxito de las producciones en HBO como Los Soprano, los estudios de TV abierta descubrieron que dar contenido premium era un negocio y empezaron a hacer series con los atributos del buen cine. De hecho, se disputan y le ganan público. Hace 25 años era impensable que alguien prefiriera ver un VHS con el último capítulo de Galactica Astronave de Combate, antes que El imperio contraataca. Hoy, la secuencia de títulos de la nueva versión de Battlestar Galactica, que es una de las series más subvaloradas de la TV actual, tiene más ideas que las tres ‘precuelas’ de Star Wars.”
Elencos múltiples, tramas complejas con vericuetos que se pierden y luego se vuelven fundamentales; metamensajes a toda la imaginería pop, desde la literatura, la filosofía, la música, los comics; la utilización central de recursos narrativos (como los flashbacks y flashforwards en Lost y Heroes); los puntos en común entre las series son muchos; de hecho, para Ferreirós se llega a un nivel en el que se vuelven casi tan importantes como la trama a contar. “En 24 no importa si es un virus letal, una bomba atómica o un magnicidio, todo es un ticking clock. Lost no se trata de unos náufragos en una isla, se trata de un misterio que no para de crecer. Esta vuelta a lo básico de ambas series es interesante porque, como todo regreso o búsqueda de una ‘simplicidad’ inicial, señala el agotamiento de una forma de narrar. Me parece que toda nueva serie innovadora de los próximos años va a tener algo de Lost o de 24.”
Evolución natural
En una reciente entrevista al Chicago Tribune, Damon Lindelof (co-creador de Lost junto a J.J. Abrams y Jeffrey Lieber) señaló que la serie mejoró gracias a la interacción con los seguidores dispersos en foros y webs; pero aquí no estamos en algo parecido a Snakes on a Plane, película que pateó el tablero cuando su guionista Josh Friedman alentó desde su blog a que los internautas le den ideas; el resultado fue uno de los films más pochocleros e idiotas (a conciencia) de la historia. Si bien Lost va liberando algunos trailers con nuevas maquinaciones, situó a Hugo Reyes como un blogger estrella, y en algunos capítulos echan por tierra con las teorías conspicuas (¿están muertos?, ¿fueron abducidos por un OVNI?) y preguntas molestas (¿por qué “Hurley” no baja de peso?), el ida y vuelta llega hasta ahí.
“Buscamos armar una comunidad para intercambiar teorías e interpretaciones de la serie. Lo bueno de Lost es que estimula la creatividad del espectador, adentrándolo en la historia y obligándolo a idear hipótesis y ponerlas a prueba. Nosotros buscamos información constantemente. Y más que deducciones, lo nuestro es un metódico trabajo de investigación. Aun así, varias veces la pifiamos, no hay que creer todo lo que uno lee en Internet”, advierten desde el foro Lost Argentina. Y creen que la influencia de los fans es ínfima. Los guionistas consultados son terminantes. “Pueden tener foros, chatear con los fans o escuchar sugerencias, pero apenas como un juego o como un disparador de otras ideas”, destaca Ferreirós. Y Kutchevasky sentencia: “La verdad la tiene siempre el estudio. Aunque es muy interesante todo lo que se genera como universo paralelo de reflexión. Hay una ficción hecha por fans que complementa la visión oficial, la historia oficial, cosa que ya sucedía con Star Trek.” Calori piensa del mismo modo: “Creo que funciona más en el post que en la mente del guionista. En Estados Unidos laburan con un nivel de adelanto que se hace poco posible influir, aunque la importancia de la web se percibe más en esa suerte de evolución natural, en el que permite a la gente bajarse los programas, comentarlos, leer información, la cultura del spoiler (el dato que devela) que ya existía antes, pero ahora tiene nombre. Todo esto, creo, vuelve menos culposo consumir esta suerte de telenovelas. No voy a ver María de nadie, pero veo Lost, lo comento en el trabajo o en el colegio, y está bien”.
Chau Grilla
Existe una solución, bastante simple, a la mayor conspiración surgida de los cráneos de los guionistas de Lost: en medio de una larga sesión de domingo darle stop al capítulo justo cuando esté por la mitad, así se pierde la necesidad de contemplar el final boquiabierto y uno puede irse a dormir a las 2 AM tranquilo. Para Calori, ver varios capítulos de Lost en un fin de semana es lo más parecido a disfrutar de una película muy larga, aunque Kutchevasky observa que de ese mismo modo es cuando se advierten “las repeticiones, los huecos, las puntos flojos”.
Si ya no se necesita estar sentado frente a la TV para seguir la serie favorita, surge una pregunta: ¿cuánto se ve afectada la industria de la TV? “La huelga actual de guionistas en Hollywood es, justamente, sobre cómo afecta al negocio televisivo que los contenidos generados para la televisión se ven en muchos otros formatos”, aporta Ferreirós. “Me parece que, en efecto, en los últimos años, y el fanatismo por Lost tuvo que ver con esto, cambió el modo de ‘ver televisión’, que ya no significa frente al aparato ‘a la misma ahora, por el mismo canal’. Hoy el contenido televisivo, gracias al DVD, a Youtube, al mp4 es ‘on demand’. Desde luego, esto cambia las nociones de audiencia, de horario marginal y de rating, como demuestra Peter Capusotto y sus videos, cuando apenas mide un cuarto de lo que marcan programas competidores de los que nunca oímos hablar.”
Aunque remarca que hasta que estos nuevos formatos se vuelvan autónomos de la TV hace falta tiempo, y bastante capital. Para Kutchevasky, las plataformas de TV, Internet y DVD conviven. “De algún modo se complementan”, analiza. “Es muy similar al cine, el estreno lo querés ver, pero después te podés comprar la película. Y con respecto al download, yo soy de esos a los que les gusta la cajita y ver todas las boludeces con las que vienen. Acaso lo más importante de Heroes, Lost, y demás, es que nos desafían desde el lugar pasivo del espectador. Nos llevan a pensar un universo paralelo de lo que acaso mucha gente en realidad es, personas casi sin deseo sexual.”
Etiquetas: Artículos de otros, Bloggerlogia., Guiones, TV
3 Comentarios:
Buen artículo, aunque no entendí eso que sale al final sobre personas casi sin deseo sexual. ¿De qué rayos estaba hablando el tipo?
Por mi parte, encuentro que Lost es entretenida, pero no espectacular como creen otros (la veo de repente, cuando me la encuentro haciendo zapping y el episodio consigue agarrarme. Generalmente, encuentro bastante más interesantes las partes ambientadas en el "pasado" que lo que pasa en el "presente"). Evangeline Lilly sí despierta en mí deseo sexual, no sé si eso tendrá algo que ver. En cuanto a Heroes, he intentado verla, pero después de un rato me aburre.
todo bien, pero el artículo salio en el suplemento NO DE PAGINA12 Y NO EN RADAR. parece que tanta cultura digital, no tenés.
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