RUSH EN ROLLING STONE Y UN PLUS
Rush, power trio canadiense por excelencia lo logró. Rolling Stone, revista que los ha ignorado por 33 años le dedicó un extenso reportaje donde explica el fanatismo que despide el grupo, su extraña mezcla entre rock y fetichismo de ciencia ficción, la curiosa acogida entre ingenieros que tiene la banda de Neil Peart. Una joyita de reportaje que sólo la edición chilena traerá traducida ya que los muchachos de Toronto no son muy poplares en otras latitudes de nuestra lengua, lujito que nos podemos dar. El reportaje casi fue portada de la Rolling chilena, pero los Bunkers (nuestros ELOs) les arrebataron el derecho, por razones obvias, son nuestros. No es lo único de Rush en la revista de agosto, con placer y gratis comenté en la sección Ratón de Discoteca el últipo LP de los maestros, crónica que aca republico en su versión integra.
No es la única noticia rushera de la semana, H-SUR el combo del amigo Michael Dumay que tributa a Rush mejor que nadie, festeja este jueves 7 de agosto sus diez años de vida con un show de 3 horas donde prometen tocar piezas que ni Lee, Lifeson y Peart tocan en vivo. Bien por los cabros, lo hacen de pelos.
Acá mi nota.
CHISTE REPETIDO, BENDITO SEA
RUSH
Snake&Arrows Live
Warner, 2008
¿Tercer disco en vivo de Rush en menos de tres años? ¿Tercer disco en vivo de Rush, con un setlist de canciones prácticamente idéntico al de los dos previos? ¿Otra vez “Tom Sawyer”, “Limelight” y “YYZ” en directo? Más de lo mismo, si. Y la más ferviente de las devociones rockeras lo acepta, lo digiere y lo compra. Porque lo de Rush es religioso, tiene que ver con memorias colectivas, con sueños adolescentes donde aún viven dragones y espadas, donde todavía se permiten eternos solos de batería y guitarras supersónicas, donde el virtuosismo tiene el gran detalle de vivir con el alma, porque digan lo que digan, y critiquen lo que critiquen, Rush es una banda con corazón. Tal vez el único gran grupo que aún hace lo que sus fan piden, que se entregan en escena con un cuidado más propio de convención de historietas que de rock de estadios.
Rush siempre ha sido un punto aparte en la continuidad rockera, un fenómeno que tiene más de Star Wars y de Star Trek que de The Beatles. Sólo así se entiende que en la época del download, este trío canadiense aún venda discos. ¡Y hartos discos! A Rush hay que comprarlo, no descargarlo, dicen sus seguidores, frase que dibuja sonrisas eternas en los ejecutivos discográficos. Y es obvio que esto ocurra, Rush no es para el MP3 o para el mueble del living, sino para la repisa junto a la colección de figuras de acción y naves de La Guerra de la Galaxia.
A lo largo de sus treinta años de carrera, los canadienses no sólo han arrastrado legiones de seguidores, sino también una buena cantidad de músicos que les rinden tributo. Mauricio Clavería de La Ley los tenía en un altar, al igual que Charly Alberti de Soda Stereo. Bandas como Tool, Primus y Dream Theater son obvias deudoras de su sonido, así como otras no tan evidentes como Muse, The Police o los mismos U2 y Pixies. Kim Deal, bajista de estos últimos, se atrevió a mencionar a Geddy Lee como su bajista preferido, lo que ocasionó que Rockdeluxe declarara que “nadie podía ser perfecto”. Porque si hay otro detalle interesante en el grupo es el modo en que la crítica los ha despreciado. “Han dicho de todo respecto de nosotros, menos que somos malos, no pueden hacerlo” declaró en una ocasión (y con justo ego) el guitarrista Alex Lifeson.
Snake&Arrows Live recoge lo mejor del tour del mismo nombre, que recorrió EE UU y Europa el año pasado y que estuvo a punto de recalar en Sudamérica en mayo pasado. Como premio de consuelo nos quedamos con este doble en vivo que reproduce un concierto integro de la gira, en la cual Lee, Lifeson y Peart interpretan la mitad de su último disco en estudio, Snake&Arrows, cuyos cortes crecen mucho en directo, sobre todo instrumentales como “Main monkey business” y “Malignant narcissism”, piezas que están entre lo mejor de la discografía del trío, al igual que “Far cry”, el notable single de la placa. El resto de las dos horas lo completan eternos clásicos, como “Subdivision” y “Distant Early Warning”, verdaderos ramos obligatorios de Rush en vivo, pero además hay algunos agregados sorpresa como “Witch Hunt”, “A Passage to Bankook” y “Mission”, cortes que la banda no tocaba desde hacía más de diez años, así como “Entre Nous” y “Circumstances”, piezas setenteras que jamás habían sido interpretadas en concierto. Dato extra es la ausencia de totems como “Closer to the Herat” y “2112”, así como de cualquier tema de más de 6 minutos, carga que acá sólo queda en una versión editada de “Natural Science”.
Snake&Arrows Live es chiste repetido, verdad, pero también prueba de un lujo, que hoy, sólo pueden darse contadas banda.
No es la única noticia rushera de la semana, H-SUR el combo del amigo Michael Dumay que tributa a Rush mejor que nadie, festeja este jueves 7 de agosto sus diez años de vida con un show de 3 horas donde prometen tocar piezas que ni Lee, Lifeson y Peart tocan en vivo. Bien por los cabros, lo hacen de pelos.
Acá mi nota.
CHISTE REPETIDO, BENDITO SEA
RUSH
Snake&Arrows Live
Warner, 2008
¿Tercer disco en vivo de Rush en menos de tres años? ¿Tercer disco en vivo de Rush, con un setlist de canciones prácticamente idéntico al de los dos previos? ¿Otra vez “Tom Sawyer”, “Limelight” y “YYZ” en directo? Más de lo mismo, si. Y la más ferviente de las devociones rockeras lo acepta, lo digiere y lo compra. Porque lo de Rush es religioso, tiene que ver con memorias colectivas, con sueños adolescentes donde aún viven dragones y espadas, donde todavía se permiten eternos solos de batería y guitarras supersónicas, donde el virtuosismo tiene el gran detalle de vivir con el alma, porque digan lo que digan, y critiquen lo que critiquen, Rush es una banda con corazón. Tal vez el único gran grupo que aún hace lo que sus fan piden, que se entregan en escena con un cuidado más propio de convención de historietas que de rock de estadios.
Rush siempre ha sido un punto aparte en la continuidad rockera, un fenómeno que tiene más de Star Wars y de Star Trek que de The Beatles. Sólo así se entiende que en la época del download, este trío canadiense aún venda discos. ¡Y hartos discos! A Rush hay que comprarlo, no descargarlo, dicen sus seguidores, frase que dibuja sonrisas eternas en los ejecutivos discográficos. Y es obvio que esto ocurra, Rush no es para el MP3 o para el mueble del living, sino para la repisa junto a la colección de figuras de acción y naves de La Guerra de la Galaxia.
A lo largo de sus treinta años de carrera, los canadienses no sólo han arrastrado legiones de seguidores, sino también una buena cantidad de músicos que les rinden tributo. Mauricio Clavería de La Ley los tenía en un altar, al igual que Charly Alberti de Soda Stereo. Bandas como Tool, Primus y Dream Theater son obvias deudoras de su sonido, así como otras no tan evidentes como Muse, The Police o los mismos U2 y Pixies. Kim Deal, bajista de estos últimos, se atrevió a mencionar a Geddy Lee como su bajista preferido, lo que ocasionó que Rockdeluxe declarara que “nadie podía ser perfecto”. Porque si hay otro detalle interesante en el grupo es el modo en que la crítica los ha despreciado. “Han dicho de todo respecto de nosotros, menos que somos malos, no pueden hacerlo” declaró en una ocasión (y con justo ego) el guitarrista Alex Lifeson.
Snake&Arrows Live recoge lo mejor del tour del mismo nombre, que recorrió EE UU y Europa el año pasado y que estuvo a punto de recalar en Sudamérica en mayo pasado. Como premio de consuelo nos quedamos con este doble en vivo que reproduce un concierto integro de la gira, en la cual Lee, Lifeson y Peart interpretan la mitad de su último disco en estudio, Snake&Arrows, cuyos cortes crecen mucho en directo, sobre todo instrumentales como “Main monkey business” y “Malignant narcissism”, piezas que están entre lo mejor de la discografía del trío, al igual que “Far cry”, el notable single de la placa. El resto de las dos horas lo completan eternos clásicos, como “Subdivision” y “Distant Early Warning”, verdaderos ramos obligatorios de Rush en vivo, pero además hay algunos agregados sorpresa como “Witch Hunt”, “A Passage to Bankook” y “Mission”, cortes que la banda no tocaba desde hacía más de diez años, así como “Entre Nous” y “Circumstances”, piezas setenteras que jamás habían sido interpretadas en concierto. Dato extra es la ausencia de totems como “Closer to the Herat” y “2112”, así como de cualquier tema de más de 6 minutos, carga que acá sólo queda en una versión editada de “Natural Science”.
Snake&Arrows Live es chiste repetido, verdad, pero también prueba de un lujo, que hoy, sólo pueden darse contadas banda.
Etiquetas: Artículos propios, Prog Rock
3 Comentarios:
Maestro! Rush es y será una de las bandas más importantes de rock. Sólo a los críticos y a un grupo de rockero trasnochados les molesta el "virtuosismo". Hoy, es de mal gusto tocar bien. Importa "tener onda" o vender una imagen MTV o indie.
Ahora solo faltaria que ese mismo show o uno parecido lo pudieramos ver en Chile y en el Estadio Nacional.
Saludos
Idiota el que realizo esta critica, Rush se pasa por encima a cualquier banda pedorra de la actualidad. Quiero que me diga de una banda que luego de 40 años sigue haciendo recitales como los que brindan y creando discos sorprendentes. Anda a escuchar U2 y esos temas superdigeridos!
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