REVELANDO A "EL HORROR DE BERKOFF"

-Ortega, ya son 2 años de El Número Kaifman, ¿estás metido en algo, no ibas a hacer una secuela?.
-Si estoy metido en algo. Y no, no es la secuela de Kaifman, tampoco creo que la escriba, no luego, al menos... aunque la trama de esta segunda parte existe, es paródica, se rie del libro anterior y hay como 30 páginas de un posible primer capítulo ambientado en Lima en 1842 el día de la muerte de O´Higgins. Pero eso no es lo importante, no ahora.
En fin, la nueva novela en la que estoy trabajando a full se llama El Horror de Berkoff, nombre que homenajea a El Horror de Drácula de la Hammer y a El Horror de Dunwich de Lovecraft. ¿Qué es? Nada muy rebuscado, una historia de fantasmas, de los morales y los sobrenaturales, también de mitos, maldiciones y leyendas urbanas. Si, muy Stephen King, pero tambien muy José Donoso, de hecho tanto Salem´s Lot como El Obsceno Pajaro de la Noche no sólo son referencias, también dieron los epígrafes.
El libro surgió de una idea antigua, que primero fue el guión de una película llamada Victoria con la que gané un Corfo hace un par de años, pero dramas de financiamiento, prioridades de directores y la cacha de la espada, dejaron todo en categoría de stand by. Pero la historia quedó y con algunas variaciones se está convirtiendo en otra cosa, más grande y harto más ambiciosa. El pueblo real de Victoria se convirtió en la ficticia localidad de Estación Salisbury o Salisbury a secas; la Casa Tamm en la Casa Berkoff; Hugo Landeros, el arquitecto con el corazón roto, en Martin Martinic un actor desempleado; Manuel Goye en Pércival Guidotti, aún una especie de Stephen King patagónico. La historia dejó de priorizar el amor y los recuerdos y los cambió por terror sobrenatural, del más ancestral de todos, ese que involucra monstruos y sombras dentro de sombras. Que de qué se trata. De enterrar al mejor amigo y despertar horrores... De niños, adultos, memorias, miedos y sobre todo de volver a enseñarnos, como muy bien dijo Hellboy, las razones por las cuales nunca debemos dejar de temerle a la oscuridad. La foto de arriba es un buen resumen de la moral del relato.

-Y cuando la terminas.
-Llevo recien 100 páginas de 300. Queda harto rato, me importa más que quede bien tener una fecha concreta de término.
-La esperaremos.
-Yo ya la espero (que raro esto de hablar solo)