MIGUEL SERRANO (1917-2009): REQUIEM PARA UN MALDITO
El sábado, junto a una inusual lluvia con 30 grados de temperatura, truenos y relámpagos, murió Miguel Serrano. Curioso. Él decía (me lo dijo en una entrevista) que lo que más amaba de Chile era la Cordillera de los Andes, que le gustaba mirar hacia el este, tratando de concentrarse en las noches de verano, cuando estallaban tormentas en las alturas de nieves eternas. Tal vez fue una de esas tormentas, la que vino a despedirlo.
Siempre es complicado hablar (o escribir) de Miguel Serrano. Su nazismo recalcitrante, sus opiniones extremas, sus salidas de madre, su negación a procesos históricos, su mesianismo hitleriano, lo ponen de inmediato en la otra orilla, esa que hace oídos sordos a la calidad literaria sumergiéndola bajo el telón de la ideología. Hace tiempo, un amigo escritor, me decía, a propósito de Serrano, “su negación a las victimas del holocausto es lo mismo que Neruda, Volodia o García Márquez declarando que nunca se atentó contra los DD HH en Cuba o la ex Unión Soviética. Así, desconocer la obra de Serrano sólo por su apego al nacional socialismo es una soberana hipocrecía”. Y claro, desde la mirada facilista uno puede declarar que efectivamente es una hipocrecía, pero el nazismo es distinto, porque la carga racista, abiertamente exterminadora y éticamente maligna que acarrea, le da un peso muy difícil de levantar. Además en una perspectiva maniqueísta, los nazis son los grandes villanos del siglo XX, nuestro propio Imperio Galáctico y ante esa lectura ética en nuestro disco duro, nadar contra la corriente arriesga siempre pagar un alto precio. Y Serrano lo pagó.
Aunque los más dagnificados hayan sido sus posibles lectores.
Es probable que Miguel Serrano haya sido uno de nuestros mejores narradores pero cuando la historia es la que juzga, el arte da lo mismo. Sin embargo el Serrano narrativo era un animal tremendo, tal vez el único de nuestros escritores que en verdad se la jugó por construir en su prosa un universo imaginario chileno, una mitología que pudiera competir a la par con un Tolkien o un Lovecraft. Serrano dio hace más de medio siglo, el discurso narrativo que hoy autores como Fran Solar, Jorge Baradit, el equipo de Mythica Ediciones, Bisama y tantos otros (incluyéndome) han (hemos) predicado. Vivimos en un país fantástico, una nación forjada por sociedades secretas, habitada por seres extraordinarios, donde sucesos inusuales como un proto-internet socialista y militares abducidos por extraterrestres en plena dictadura militar conviven perfectamente con un lúcido poeta y narrador convertido en el último valuarte del nazismo esotérico.
Conocí a Miguel Serrano hace 4 años, para Rolling Stone quise hacer la entrevista definitiva. Antes de aceptar la entrevista, me entrevistó él, en su casa museo frente al Cerro Santa Lucía. Y hablamos del sur, de la cordillera de los Andes, la Tierra Hueca, el Nuevo Orden Mundial, de la Patagonia, el Santo Grial, la Ciudad de los Cesares y el volcán Melimoyú. De hecho la historia que el me contó de esta cumbre es la que me sirvió para reescribir el final de El número Kaifman. Nos juntamos tres o cuatro mañanas, siempre tomando apuntes porque no le gustaban las grabadoras-. Paranoico como Fox Mulder, veia agentes secretos en todas partes. Al final no quiso sacarse fotografías, razón por la cual la entrevista se fue dilatando hasta que nunca se terminó, ni fue publicada. Tengo la mitad escrita, la otra en apuntes, tal vez ahora sea un buen momento para venderla a algún medio. ¿Alguien se interesa? Y en una de esas jornadas. Hablamos de su muerte. Hago copy paste de esas preguntas.
–Ha pensado en la muerte
“No demasiado, hace muchos años que la muerte ya no es un tema para mi. La muerte es un evento detonante, no muy distinto que un nacimiento, solo una puerta que se abre, un paso”.
–A otra vida
“Hay muchas vidas después de la muerte”
–Entonces evita pensar en el día de su muerte.
“De lo único que estoy seguro es que ese día comenzará el fin del mundo”
–Por qué lo dice.
Y su respuesta fue un incoherente y fantasioso viaje a través de símbolos paganos, su papel en este mundo y la nueva era de oscuridad que se cernía sobre la humanidad. Para que lo entendiera mejor me regaló su último libro: Maya: la realidad es una ilusión. “Ahí está todo”, me dijo. Lo cierto es que no encontré nada en el volumen, hasta anoche, que lo releí cuando supe que había muerto. Y ahí si encontré una respuesta. O algo parecido, de cómic, claro; de Lovecraft, pero algo.
Siempre es complicado hablar (o escribir) de Miguel Serrano. Su nazismo recalcitrante, sus opiniones extremas, sus salidas de madre, su negación a procesos históricos, su mesianismo hitleriano, lo ponen de inmediato en la otra orilla, esa que hace oídos sordos a la calidad literaria sumergiéndola bajo el telón de la ideología. Hace tiempo, un amigo escritor, me decía, a propósito de Serrano, “su negación a las victimas del holocausto es lo mismo que Neruda, Volodia o García Márquez declarando que nunca se atentó contra los DD HH en Cuba o la ex Unión Soviética. Así, desconocer la obra de Serrano sólo por su apego al nacional socialismo es una soberana hipocrecía”. Y claro, desde la mirada facilista uno puede declarar que efectivamente es una hipocrecía, pero el nazismo es distinto, porque la carga racista, abiertamente exterminadora y éticamente maligna que acarrea, le da un peso muy difícil de levantar. Además en una perspectiva maniqueísta, los nazis son los grandes villanos del siglo XX, nuestro propio Imperio Galáctico y ante esa lectura ética en nuestro disco duro, nadar contra la corriente arriesga siempre pagar un alto precio. Y Serrano lo pagó.
Aunque los más dagnificados hayan sido sus posibles lectores.
Es probable que Miguel Serrano haya sido uno de nuestros mejores narradores pero cuando la historia es la que juzga, el arte da lo mismo. Sin embargo el Serrano narrativo era un animal tremendo, tal vez el único de nuestros escritores que en verdad se la jugó por construir en su prosa un universo imaginario chileno, una mitología que pudiera competir a la par con un Tolkien o un Lovecraft. Serrano dio hace más de medio siglo, el discurso narrativo que hoy autores como Fran Solar, Jorge Baradit, el equipo de Mythica Ediciones, Bisama y tantos otros (incluyéndome) han (hemos) predicado. Vivimos en un país fantástico, una nación forjada por sociedades secretas, habitada por seres extraordinarios, donde sucesos inusuales como un proto-internet socialista y militares abducidos por extraterrestres en plena dictadura militar conviven perfectamente con un lúcido poeta y narrador convertido en el último valuarte del nazismo esotérico.
Conocí a Miguel Serrano hace 4 años, para Rolling Stone quise hacer la entrevista definitiva. Antes de aceptar la entrevista, me entrevistó él, en su casa museo frente al Cerro Santa Lucía. Y hablamos del sur, de la cordillera de los Andes, la Tierra Hueca, el Nuevo Orden Mundial, de la Patagonia, el Santo Grial, la Ciudad de los Cesares y el volcán Melimoyú. De hecho la historia que el me contó de esta cumbre es la que me sirvió para reescribir el final de El número Kaifman. Nos juntamos tres o cuatro mañanas, siempre tomando apuntes porque no le gustaban las grabadoras-. Paranoico como Fox Mulder, veia agentes secretos en todas partes. Al final no quiso sacarse fotografías, razón por la cual la entrevista se fue dilatando hasta que nunca se terminó, ni fue publicada. Tengo la mitad escrita, la otra en apuntes, tal vez ahora sea un buen momento para venderla a algún medio. ¿Alguien se interesa? Y en una de esas jornadas. Hablamos de su muerte. Hago copy paste de esas preguntas.
–Ha pensado en la muerte
“No demasiado, hace muchos años que la muerte ya no es un tema para mi. La muerte es un evento detonante, no muy distinto que un nacimiento, solo una puerta que se abre, un paso”.
–A otra vida
“Hay muchas vidas después de la muerte”
–Entonces evita pensar en el día de su muerte.
“De lo único que estoy seguro es que ese día comenzará el fin del mundo”
–Por qué lo dice.
Y su respuesta fue un incoherente y fantasioso viaje a través de símbolos paganos, su papel en este mundo y la nueva era de oscuridad que se cernía sobre la humanidad. Para que lo entendiera mejor me regaló su último libro: Maya: la realidad es una ilusión. “Ahí está todo”, me dijo. Lo cierto es que no encontré nada en el volumen, hasta anoche, que lo releí cuando supe que había muerto. Y ahí si encontré una respuesta. O algo parecido, de cómic, claro; de Lovecraft, pero algo.
Etiquetas: Escritores, Homenaje
19 Comentarios:
Que increíble, el mismo sábado, en el trabajo, le comentaba a un compañero que va a pasar el día que muera Miguel Serrano? Le darán una portada? Saldrá en los noticieros como Volodia? Lo irán a ignorar o simplemente lo van a tratar como ficho raro? Es curioso, porque fue una conversación a raiz de nada, simplemente me acordé de él, que normalmente uno se lo podía topar en el Parque Forestal, ya muy anciano y en silla de ruedas, paseando junto a una enfermera. Entiendo que es un personaje controvertido y complejo, pero desde aquí mis respetos.
El tigre es peligroso, pero su rugido es cautivador, su pelaje bello y sus movimientos son el misterio.
No me interesa comprenderlo ni juzgarlo, solo contemplar su innegable belleza.
Ojalá algún día se levante el veto sobre Miguel Serrano y otros puedan maravillarse con el legado que hay bajo la costra de insignias y consignas que no son más que espejismos, como él bien sabía.
Se pierde todo lo cool y mistico de algo por reducirlo a sus aspectos humanos más criminales poco importantes para la estética.
http://es.wikipedia.org/wiki/Reductio_ad_Hitlerum
Una persona realmente controvertida, por un lado (y recordando sus diferentes aspectos) muy querido embajador de Chile en la India, por otro lado, con declaraciones o escritos como que los Judios desendian de especies de vampiros (no como analogia).
Aun asi extrañamente se le extrañara, no se si la analogia a Darth Vader sera la correcta, al menos en lo del mistisismo.
Gracias por la noticia.
Pancho: en esta ocasión discrepo contigo. no soy lector de serrano ni nunca lo fui. nunca me sentí ni remotamente ligado a su obra. los dos libros que leí de él no me causaron ni la más mínima impresión al lado de la fábula en venecia del corto maltés, del lovecraft más casposo, o los ensayos literarios de crowley. por supuesto, rescato la psicotronia infinita de sus entrevistas. eso. un abrazo. no vemos mañana en watchmen
Francisco.
Lo correcto sería que publicaras la entrevista en este mismo medio, pues creo que nadie quiera leer una copia editada de la misma.
Saludos
Me impacta profundamente su muerte don Miguel,Ud.me abrio los ojos a un nuevo destino ,su partida cala hondo en toda nuestra generacion que comparte y lucha dia a dia por ese ideal,no es solo nazismo, es por los ideales mas profundos del ser humano el reencuentro con nuestro ser ,con lo natural,el retorno a la edad dorada,quienes tuvimos la suerte de nacer en este siglo hemos visto hombres como ud. ,como Hitler que nos marcaron la senda y nos hicieron pensar que si existe un mañana, que lo mas bello de nuestra existencia y nos motiva dia a dia ,son nuestro ser,nuestra familia y nuestra bandera.
SALVE DON DON MIGUEL......VIVA CHILE.
Parece que entraron los fanboys!
No es como ilegal decir Salve Hitler?
Un aspecto no muy conocido sobre el nazismo, y me refiero al nazismo alemán, es su repercusión en América Latina, con Perón aguardando la resolución de la guerra para empezar una suerte de Argentina über alles que englobara el cono sur. No le resultó el negocio, pero trató, a través del financiamiento a Ibáñez, María de la Cruz y básicamente todos los enemigos de González Videla, que estaba cuadrado con USA. ¿Sabes qué posición tenía Serrano en esos años?
un abrazo, Pancho.
Mmm. Siempre me produjo curiosidad el caballero, pero salvo algún cuento, no he leído nada. Me interesa su rollo antártico por la ligazón Poe-Lovecraft-Antártica...Mi duda es si necesariamente hay que remitirse a él y su carga filonazi ante cualquier intento de crear un imaginario fantástico chileno. Es como si para hacer literatura "realista" hubiera que ser estalinista recalcitrante. Ojo, que lo de Serrano no eran metáforas. Era racismo puro y duro. Díganme anticuado, pero que a la primera salte gente como el señor Espinoza con nostalgia por Hitler todavía me produce escalofríos...
No separar a Serrano del nazismo para apreciar su obra, sería como no separar a Neruda por su estalinismo para apreciar su obra.
las insignias y los Heil...valen hongo, lo importante está debajo, como siempre.
alguien sabe q hacia tamara acosta en el funeral.. pariente admiradora?? ah?
El royo Lovrcraft-Artico tsmbien lo han desarrollado otros autores chilenos, no tan tan viejod, pero si de afiliacion comunista, como Carlos Raul Sepulveda (increible escritor!)
Tengo la mitad escrita, la otra en apuntes, tal vez ahora sea un buen momento para venderla a algún medio. ¿Alguien se interesa?
Espera a que se enfríe el cuerpo antes de mercadear ¿o no?
Tamara Acosta es pareja del director Sebastián Araya ("Azul y blanco"), quien es nieto de Serrano.
Y no puede faltar el himno con ginda
http://www.youtube.com/watch?v=JbB1s7TZUQk
Eran bien choras algunas de sus ideas (aunque las escribiera con las patas), pero estoy en desacuerdo en algo: es inseparable la obra del discurso público.
Neruda hizo sus odas, defendió a Stalin y a la URSS y eso se cobró su precio en su imagen.
Pero más allá de ese dato no son comparables. La devoción nazi y la negación del Holocausto en Serrano fueron sostenidas en el tiempo y parte esencial de su mirada.
No eran datos a la causa. Eran el 90% de lo que él hablaba en público.
Serrano no era un señor simpaticón que tenía un par de swástikas en su closet. Esta entrevista resume varias cosas que el sujeto pensaba (como el hecho de que el antisemitismo era una "reacción"). Fue una de las pocas que dio en dictadura y, que yo sepa, jamás salió a desmentirla:
http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0036993.pdf
Me parece relevante no olvidar a Serrano. Pero si no olvidamos que los escritores pinochetistas miraron al lado mientras mataban gente en las calles, por qué darle esa carta blanca a Serrano es algo que me pasa por encima.
Creo que tratar a serrano de pinochetista es una falta de respeto, pues el mismo serrano alertaba de la venta del pais a las transnacionales de parte de la dictadura, incluso él se presento ante la junta de gobierno el año 74 proponiendo un plan de reconstruccion del pais en base a un socialismo prusiano, no marxista...
merino lo recibio con un revolver encima de la mesa (el campeon de la roteria que vacacionaba en israel), todo ese tipo de asociaciones tienen un tufillo a panfleto de lo mas ignorante, solo para mentes que funcionan en blanco y negro.
bueno, de serrano se va a seguir escribiendo por largo y variado. su literatura esta ahi en rediciones nuevitas, para consultar en ves de hablar sin sentido.
dos veces hable con Serrano, una cuando yo era un liceano y luego ya grande, la primera me impresiono la eterna juventud de sus ojos, y la calidez de su saludo, la segunda la voz de anciano, creo que ya habia muerto, mucho antes de su muerte, como nos ocurre a casi todos. aunque lo lei muy joven, y a pesar de que mis cambiaron y ven al mundo mas ancho, Serrano me enseño lo que nadie te dice, el relato de los sucesos es funcional no ilustrativo...
saludos
Piktor
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