ES BUENO SER BUENO
Como ya lo he contado harto, cuando nos pusimos a trabajar en el guión de "Se Arrienda", uno de los objetivos era contar una historia que le hiciera bien a quien la viera. Una película a lo Cameron Crowe y Woodu Allen. Y creo que lo logramos... En fin, una de las películas que usamos a modo de inspiración fue la que sigue. Casi nadie la vio en cines, pero en el cable ha originado un "especial" culto.
Publicado el Juves 3 de Abril del 2003, en Wiken
Construyendo la vida
El gran mérito de esta película es que deja en claro que uno no necesita contar una historia original para sorprender y emocionar. "Construyendo la vida" no presenta nada nuevo, de hecho debe ser uno de los filmes más predecibles que se han visto en el último tiempo. Tanto, que a uno le bastan los primeros diez minutos para saber para dónde va el cuento e incluso para adivinar el final. Pero ésa es precisamente la gracia de esta cinta, dirigida por el irregular Irwin Wikler ("La red"), la de volver a contar uno de esos relatos de desórdenes familiares e inmadurez adulta que tanto les gustan a los gringos.
La lista de narraciones con este tema (desde cinematográficas a literarias, pasando por canciones de Bruce Springsteen) es larga e incluso agotadora. Sin embargo, "Construyendo la vida" consigue destacar en el montón gracias a la suma de sus detalles. Es una película de momentos, de rincones, de epifanías que a uno como espectador lo hacen identificarse más con instantes que con personajes. Notables son los diálogos entre George (Kevin Kline) y su ex (Kristin Scott Thomas) acerca de que a pesar de todo lo malo, ella sigue siendo lo más hermoso del planeta. Y ahí se detiene cualquier intento de analizar la película, no hay más, sólo emoción. Si eso no es lo más potente del cine - y del arte en general- , ni idea de qué pueda serlo.
George (Kevin Kline) es un arquitecto cuarentón que el mismo día que es despedido descubre que tiene un cáncer terminal y que le quedan pocos meses de vida. El diagnóstico le gatilla la necesidad de acercarse a su ex (Kristin Scott Thomas) y de recuperar la atención de su hijo adolescente (Hayden Christensen), un chico problema, fanático de Marilyn Manson. La excusa es la construcción de la casa de sus sueños, emplazada en un acantilado de California, frente a un barrio habitado por curiosos y peculiares vecinos. De esta forma la historia va articulándose al ritmo en que se levanta la casa y paralelamente se agota la vida de George.
Aunque el peso dramático cae en Kevin Kline y Kristin Scott Thomas, es el elenco joven el que se roba la escena. Hayden Christensen (Anakin Skywalker en "Episodio 2: El ataque de los clones") demuestra que funciona mucho mejor en las historias humanas que en las generadas por los computadores de Lucasfilm. Su personaje tiene profundidad, crece y se mueve, al igual que el de Jena Malone (de la inédita en Chile "Donnie Darko"), lejos una de las actrices jóvenes más interesantes de la nueva camada actoral gringa.
En una línea parecida a la de las películas de Cameron Crowe, "Construyendo la vida" tiene el saludable encanto de esas películas que uno termina queriendo. Valor que escapa a sus méritos estéticos y se centra en lo que nos hace sentir que no todo es tan malo, que es bueno (valga la redundancia) ser buenas personas.
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