FORTEGAVERSO: CORË, EL LIBRO MAS BELLO DEL AÑO

martes, noviembre 28, 2006

CORË, EL LIBRO MAS BELLO DEL AÑO


Coré es uno de nuestros titanes de la ilustración, un poeta pintor lo definieron por ahí. Juan Domingo Marinello es fotégrafo y un Corefago que se enmbarcó en la preciosa tarea de recopilar parte de la obra de este artista, fallecido en 1950. El resultado, Core (Ediciones B), por mucho, el libro más bello del año. Esta entrevista fue publicada en Muy Interesante. Noviembre, 2006.

Marinello y Coré

HECHICEROS DE TINTA MAGICA


Juan Domingo Marinello es fotógrafo, Mario Silva “Coré” Ossa fue quizás el mayor ilustrador que ha legado la industria editorial chilena. Marinello es coleccionista de Coré y su inspiración para el libro que acaba de editar. Esta es la historia de una pasión y también de una edad de oro, donde dibujar era en Chile un arte más que respetado.

Marinello dice que el propósito de su libro es rescatar el legado de un artista que merecía un homenaje y un tributo. “La gráfica nacional es tremendamente rica y un terreno desconocido, abierto para explorar y degustar. Me gusta pensar en Core –su libro- como el principio de una serie de rendiciones a artistas que por prejuicios baratos han sido relegados a la categoría de arte menor. Espero que alguien se atreva con libros de arte sobre gente como Mario Igor o Máximo Carvajal, recientemente fallecido, sólo por nombrar a algunos”
Mucho de eso está en la opción que usted escogió de limpiar de textos, salvo el prólogo, a su libro.
“Exacto. No se necesitaba escribir o hablar. Los dibujos de Coré cuentan historias por si solos. Esa fue también la razón de porque que evité poner mi nombre en el volumen. El libro es de Coré, yo no soy su autor, sólo recopilé su trabajo. Y lo anterior no es por humildad, sino por respeto”, acota Juan Domingo, fotógrafo y periodista, profesor de la Escuela de Comunicaciones de la Universidad Católica y un obseso recopilador de la memoria y el patrimonio gráfico nacional.
“Lo que me consuela”, continúa, “es saber que no estoy sólo en esta cruzada. Como ya te adelante, hay mucha gente, joven especialmente, empeñada en rescatar este trozo de nuestra historia. Tenemos una continuidad visual tremendamente rica y pecaría de injusto si dijera que no se ha hecho nada al respecto. Deben destacarse las políticas de recopilación de nuestros archivos cinematográficos, fotográficos e incluso televisivos. Y ahí está al punto, porque en este conjunto se aparece la ilustración, la historieta y el humor gráfico como el gran huérfano…”
Sin embargo, en el último tiempo, se han hecho cosas más que destacables en este plano, como el tomo recopilatorio de la obra de Hervy…
“Es que hay muchos cabros interesados en continuar en esta misión. Rodrigo Salinas, por ejemplo, que esta haciendo grandes cosas. Los chiquillos de APLAPLAC o de colectivos como Ergocomics. Lo que falta es un apoyo más concreto, que una editorial grande se interese en rescatar la obra de artistas que están en el inconsciente colectivo y que esta misma nueva generación puede ayudar a recolectar. Eduardo Armstrong, Themo Lobos, que se yo. Me gusta pensar en Coré, como el primer volumen de una colección de libros de arte donde tengan espacio estos y otros nombres que te estoy mencionado.”

El ángel caído

Coré nació como Mario Silva Ossa en 1913 y murió atropellado por un tranvía en 1950, el mito dice que distraído mientras dibujaba. Cuentan que estaba tratando de retratar un tranvía en movimiento y no se dio cuenta de que otro venía en contra por la vía donde él transitaba. Tomó su identidad artística del nombre de un ángel caído mencionado en libros apócrifos de la Biblia y como tal, hizo carrera en publicaciones de la editorial Zig Zag, fundamentalmente en las portadas de la revista El Peneca y adaptaciones juveniles de grandes clásicos de la literatura universal. Considerado por muchos como el mejor ilustrador chileno de todos los tiempos y uno de los más destacados a nivel hispanoamericano, se sabe que por años Constancio Vigil, fundador de la poderosa editorial argentina Atlántida lo tentó para que se integrara a su staff de dibujantes. “Era una época en que se pagaba muy bien por este trabajo”, cuenta Marinello. “Coré era autodidacta y lo que ganaba por trabajar para Zig Zag le alcanzaba para llevar una vida sin excesos, pero bastante acomodada”.
En el prólogo de su libro, usted también nombra a Walt Disney.
“Disney quería incorporarlo a su equipo, de forma estable. Varias veces lo contactó, pero Coré siempre se negaba. Por nada quiso tranzar la tranquilidad que le daba trabajar en Chile”.
Único hijo varón de una familia dominada por mujeres, Coré creció como un muchacho sobreprotegido que desde temprana edad se sintió atraída por la lectura de libros como La Isla del Tesoro, Veinte mil leguas de viaje submarino y Sandokan entre una larga lista de títulos en los que se repetían apellidos como Wilde, Dickens, Salgari, Wells y Verne. Tempranamente fue desarrollando su pasión por el dibujo, quizás como un modo de aislarse de la realidad viajando a parajes sobrenaturales, poblados por rincones de fantasía, hadas, brujos, dragones y ogros. En una tradición narrativa ausente de géneros como la épica fantástica y la ciencia ficción, el nombre de Coré aparece como uno de los pocos exponente. El que haya utilizado colores y trazos en lugar de relato escrito es -al final- sólo una cuestión formal.
Con estudios incompletos de arquitectura, antes de los veinte años, Coré ingresó a trabajar a la editorial Zig Zag, donde fue contratado por su tía Elvira “Roxana” Santa Cruz, quien dirigía la revista infantil El Peneca, donde por dos décadas se encargó de darle vida y forma a las portadas, creando lo que Marinello define como una galaxia de imaginación. Cosmos donde piratas, hadas y mundos salvajes de la desconocida África convivían con la naturalidad que sólo otorga la fantasía.
¿Cómo dio con Coré?
“Por casualidad, sin saber quien era. Gracias al Silabario Hispanoamericano de Adrian Duuflocq que me regaló un tío en los años 50. De forma intuitiva fui dándome cuenta de que los dibujos del volumen se correspondían estilísticamente con los de colecciones de novelas juveniles que habían en mi casa”.
Fue el germen que terminaría dándole forma a Coré.
“Y la venganza”
¿Cómo así?
“(Se ríe) Es una forma de decir. Mi familia era de clase media, nunca faltó nada, pero tampoco se gastaba más de lo necesario. Por lo mismo, mis padres no podían darme lujos como tener colecciones completas de El Peneca. Por eso, cuando empecé a trabajar, mucho de mi sueldo empezó a irse a mercados persas donde rastreaba revistas viejas y juguetes de antaño. De a poco comencé a formar una colección y ahí fue cuando Coré reapareció en mi vida”
Estamos hablando de…
“Mediados de los setenta. Yo estaba en Valparaíso buscando antigüedades, cuando di con una maleta vieja que en su interior tenía 189 pruebas de imprenta de portadas de El Peneca, todas de Coré. Ahí estallo la bomba, me obsesioné con el legado del artista, fui contactándome con otros coleccionista y así llegué a recopilar una cantidad suficiente como para pensar en antologarlo en un libro”.
Usted es fotógrafó, como se relaciona la fotografía con la ilustración.
“Ambas son artes de la imagen. Ahora, en lo concreto, a mi la fotografía me ayudó mucho al rastreo de la obra de Coré. Hay muchos coleccionistas de este artista y la mayoría son muy celosos a la hora de prestar sus “joyitas”, así que yo me valí de la cámara para reproducir las pinturas. También se dio el hecho de que en Chile, hasta la década de los setenta del siglo pasado era nula la idea de guardar el patrimonio, así que mucha de la carrera de Coré se perdió por lo frágil del soporte. Los originales eran originales industriales, no eran considerados como arte, sino como material de imprenta, por lo mismo nunca se buscó conservarlos. Mucha de lo hecho por Coré se perdió con el paso del tiempo, otros están en tan mal estado que al manipularlos es fácil destruirlos. Ahí aparece la fotografía como herramienta. Como una forma de rescatar lo que aparece perdido.”
¿A cuanto alcanza lo recopilado?
“Mucho más de lo que aparece en Coré, el libro. Junto a la Facultad de Comunicaciones y a la profesora Soledad Puente hemos logrado reunir cerca de 5 mil piezas, de las cuales unas 2 mil quinientas están clasificadas por etapas y estilos”
Pensando en una exposición o en otro volumen quizás.
“O en los historiadores del futuro. En el legado de artistas como Coré no sólo hay una muestra de arte gráfico, sino una parte fundamental de la historia de nuestro país. De una edad de oro donde el dibujo, la ilustración, era una actividad al nivel de lo que hoy puede ser dirigir y producir un programa de televisión”

6 Comentarios:

A la/s 3:32 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Genial. Sería interesante ver si alguien se interesa en sacar otros volúmenes por el estilo, compilando la obra de gente como Mario Igor o Vittorio di Girólamo, al estilo de lo que hacen en Taschen.

 
A la/s 3:47 p. m., Blogger F. Ortega dijo...

o del recién fallecido Máximo Carvajal.

 
A la/s 5:37 p. m., Blogger bárbara dijo...

ese libro está increíble!!! precioso. cada vez que lo veo estoy a punto de comprarlo.

 
A la/s 5:43 p. m., Blogger Baradit dijo...

que buen artículo, dan ganas de comprar la revista.

Hay tanto que rescatar de las garras del olvido, man. Y si no se hace, las cosas se refundan a cada rato y no hay crecimiento posible.

Gracias por el artículo!!!

 
A la/s 3:07 a. m., Blogger bicho maldito dijo...

Tuve ocasión de hojear el libro de Coré hace un tiempo y en verdad hay que decir que el hombre era una escuela. No solo era posible sino también probable que Disney tratase de atraerlo a su causa, pero creo que Coré hizo muy bien en mantenerse al margen. Pienso que algunos dibujantes puestos al servicio de la industria cinematográfica, acaban perdiendo la magia, esa luz que diferencia a la obra artística de la producida en serie.

No diría que su trabajo ha sido de enorme influencia para mí, porque tal vez su línea gráfica es mucho más cercana a la ilustración de cuentos infantiles y esa vertiente, pero confieso que sus dibujos para la edición de "Lautaro, joven libertador de Arauco" todavía me impresionan y merecen todo mi respeto.

 
A la/s 11:02 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

Tuve el gran honor de conocer el autor fotografo del libro Core. y debo decir que es un hombre maravilloso, con mucha pasion, con pasion en lo que hace y cree, un hombre muy sencillo y un hombre de admirar. Lo felicito por su nuevo libro... lo mantendre en mi corazon por siempre.

 

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