SENTIMIENTOS (DES)ENCONTRADOS

Los Jaivas son mi banda chilena favorita de todos los tiempos. Aconcagua y Alturas... son clásicos facilmente a la altura de Revolver y Dark Side of the Moon. La cosa es que el 7 es el concierto tributo a los titanes, donde basicamente se interpretará en vivo el disco Homenaje a los Jaivas que acaba de sacar La Oreja. Siempre he tenido reparos con esta clase de placas, homenajear no es sólo "coverear" por encargo de un sello a un artista, sino entender su moral. Por eso este tipo de trabajos fracasa, espero que eso se haya entendido en este comentario que publiqué el mes pasado en Rolling Stone.

Varios Artistas
2 1/2 estrellas
Homenaje a los Jaivas
(la oreja, 2006)

Publicado en Rolling Stone, Noviembre 2006

ROCK REGRESIVO

Las dos estrellas y media que se lleva este disco son por la indiscutible calidad de las quince canciones escogidas. Con eso en claro, que siga el viaje. Los discos tributo siempre han sido complejos. La diferencia entre homenajear literalmente a una banda y reinterpretarla suele formar un desfiladero muy hondo, y el riesgo de destruir el legado de un artista es tan alto como destacarlo. Decenas son los discos tributo que han pasado a mejor vida, como un recuerdo simpático sin mayor trascendencia. Y ese es precisamente el gran problema de Homenaje a los Jaivas, un proyecto discográfico ambicioso que busca trascender pero que se estrella en su propio ego en el justo instante en que Alvaro Henríquez destruye “Si tú no estás”, tema que abre la placa. Es que el problema de tributar a Los Jaivas comienza y acaba en el hecho de que es imposible versionar bien a una banda tan “única” como el proyecto que por años lideró el Gato Alquinta. Correcto, uno podría argumentar una sensibilidad común y un respeto entre los participantes del disco por la obra de los autores de Aconcagua, pero eso es muy distinto de estar musicalmente a la altura de la que quizás sea LA GRAN BANDA de la historia del rock nacional.

Más que un grupo, Los Jaivas son un estilo en si mismos. Folklóricos, ácidos, progresivos, virtuosos, veloces, calmados, atmosféricos, espaciales. La cantidad de adjetivos que pueden apegarse a su carrera y obra son como una ojiva de blancos múltiples. Comparaciones con los Beatles, Pink Floyd, King Crimson y otros nombres abundan cuando se intenta dar un repaso a su carrera, pero lo cierto es que la música del quinteto no se parece a ninguno de los citados, no teniendo similitud con cualquier otra manifestación en la música popular de las últimas cuatro décadas. Los Jaivas son una institución y un patrimonio y con eso en mente, la sola idea de tributarlos es tan complicado como entender física cuántica. Uno podría ser condescendiente y premiar al disco por su esfuerzo, pero las buenas intensiones se acaban tras escuchar a Sinergia reinterpretar “Mambo de Machaguay” o a Javiera Parra intentando feminizar una letra tan masculina como “La Conquistada”. En ese sentido Homenaje a los Jaivas se derrumba porque carece de moral, limitándose a ser una muy buena colección de covers. Los mejores disco tributo son los que reúnen grupos con una deuda clara con el homenajeado y entre los 15 elegidos por La Oreja lo que abundan son nombres que aceptaron gustosos el compromiso, pero que a un nivel estrictamente musical no tienen idea lo que están haciendo. Pero no todo es tan terrible y dentro del caldo también hay carne bien condimentada. Difuntos Correa prácticamente calca “Sube a nacer conmigo hermano” pero entiende a cabalidad lo qué (y como) esta cantando. El dúo entre el guitarrista Alejandro Silva –el Satriani chileno- y Mariano Pávez (en “Corre que te pillo”) pecan de exceso de virtuosismo pero entienden la ética creativa de Los Jaivas, una acertada introducción para el punto más alto de la placa, “Águila Sideral” a cargo de Carlos Cabezas, acaso el único músico con la ética intergaláctica requerida para rearmar cualquier pieza compuesta por Mutis, Alquinta y compañía.