CHANTA O MAESTRO
Hablar de J.J. Benítez destapa pasiones de todos los tipos. Casi futboleras. Para algunos un ídolo, para otros un chanta. Lo que es yo, sólo puedo decir que la pasé muy bien leyendo los primeros Caballos de Troya, el resto lo dejo abierto al debate web. Esto porque en la MUY de Enero llevamos un extenso reportaje sobre el sujeto en cuestión y de postre, por esas cosas comerciales siempre necesarias en una revista, regalamos Caballos 8. Este es el artículo que Daniel Villalobos escribió sobre el ¿complejo? señor J.J.
J.J. Benítez:
EL ASTRONAUTA DE YAHVÉ
Saltó a la fama con un libro que proponía un viaje dimensional a los tiempos de Jesús; una idea que evolucionó a una serie de ocho volúmenes. En el medio, poesía, teorías conspirativas, ficción disfrazada de no-ficción y un pedigree pop que deja chico a Dan Brown.
Los años 80 fueron una década conspirativa y paranoica en América Latina. No sólo por obvias razones políticas, sino además por la explosión de libros y documentales que exhibían pruebas –sólidas y no tan sólidas– de que los gobiernos mentían, que el sol iba a explotar, que el Triángulo de las Bermudas era una puerta a otros mundos y que los extraterrestres nos habían visitado y seguido visitando a lo largo de la historia.
Y entre los Charles Berlitz, Erich von Daniken y Yosip Ibrahim de esa singular lista de best-sellers, estaba un periodista español llamado Juan José Benítez. Nacido en Navarra en 1946 y veterano de varias salas de redacción, Benítez ganó eso que llaman notoriedad –y una buena cantidad de dinero– con Caballo de Troya (1984), un grueso y entretenido libro de ficción que sólo se revelaba como tal en su epílogo. Las cientos de páginas previas se leían como un ensayo periodístico genuino; la transcripción de los secretos que un militar estadounidense le entregaba con cuentagotas al autor. La premisa era muy atractiva: a la par con el proyecto Apollo, la NASA había desarrollado una profunda y secreta investigación en el desplazamiento espacio temporal que desembocó en una operación llamada Caballo de Troya. En esta maniobra un par de crononautas habían viajado desde el siglo XX a la Galilea de Jesús, y habían presenciado de primera mano todos los eventos conducentes a su crucifixión.
Con el paso de los años, Benítez editó otros volúmenes que, de alguna forma, mantuvieron la ambigüedad entre ficción y documento a pesar del epílogo del primer libro (que está ausente en algunas ediciones más actuales). La saga incluía viajes en el tiempo, teoría conspirativa, tecnología de avanzada y una detallada ambientación de lo que Benítez indica era la Tierra Santa en los tiempos de Jesús.
Troyanos y Mesías
¿Hay algo verdadero en la saga de los Caballos de Troya? Ésa ha sido la pregunta que el autor lleva veinte años contestando. Y su respuesta siempre ha sido bastante socarrona: lo que hay en esas páginas no es ficción, ha dicho. Claro, si se toman como datos la extensa documentación histórica que tiene cada uno de los libros, relacionada con la geografía y costumbres. Pero la pregunta va en otra sentido: ¿hay algo de cierto en ese misterioso mayor estadounidense que conoce en persona a Jesucristo, que lo ve morir y que –en el volumen ocho– incluso presencia su encuentro con Juan el Bautista?
Benítez se ha negado pertinazmente a clarificar el punto. Si uno lee la saga sin estar al tanto del citado epílogo (y de quienes han descartado la serie como simple fantasía), el conjunto luce convincente: algo que no se le puede negar al autor es su capacidad de hacer verosímiles las ideas más bizarras en torno al mito cristiano. Un tema recurrente en sus libros, al que ha vuelto no sólo en la saga Caballo de Troya, sino también en Los Astronautas de Yahvé. En este último plantea la teoría de que Jesús era un extraterrestre y los “ángeles” bíblicos serían los mismos alienígenas a los que hoy suponemos al volante de los platillos voladores.
OVNIS, viajes en el tiempo, la Virgen de Guadalupe, civilizaciones perdidas, extraterrestres pacifistas: Benítez ha tocado todos estos temas en más de treinta libros, amén de un singular volumen de poesía llamado A Solas Con la Mar (1990). En ellos no ha tenido asco en plantear las hipótesis más descabelladas con pruebas endebles o incomprobables; un vicio que volvió a reaparecer en su paso por la televisión española con el programa Planeta Encantado.
Se trataba de una serie que (de forma similar al legendario Noticiario Gamma) tocaba temas como el supuesto origen extraterrestre de los moais, los viajes de Cristo durante sus años perdidos, los “verdaderos” constructores de las pirámides y, en particular, un episodio que causó reclamos varios: la exhibición de metraje “inédito” de ruinas alienígenas en suelo lunar. El material, que resultó ser producido en estudio, hizo enfurecer a quienes veían a Benítez como un charlatán profesional, experto en salirse con la suya alegando que sólo expresaba “opiniones”. La teoría, además, no era nueva y se pueden encontrar alusiones al mito de ruinas lunares en autores como el mismísimo Jacques Bergier (El Retorno de los Brujos), periodista francés muerto en 1978 y santo patrono de la subcultura paranormal.
Lo cierto es que “divulgadores” como Benítez son menos peligrosos de lo que han denunciado sus detractores y el fervor que despiertan está conectado no tanto con la ignorancia como con los vacíos que dejan la religión y la ciencia. Las teorías de los Caballos de Troya sobre un Jesús más humano y menos santo no lucirían tan atractivas de no ser porque su punto de partida son textos tan oblicuos y abiertos a interpretación como los Evangelios: ¿Fue una paloma verdadera la que descendió hasta la cabeza de Jesús durante su bautizo? ¿Qué clase de estrella guiaba a los Reyes Magos? ¿Qué pasó en el Santo Sepulcro durante ese extraño fin de semana? La religión nos dice que la respuesta a esa clase de preguntas es la fe. Benítez ha dedicado casi treinta años a satisfacer la imaginación de quienes piensan distinto y a pedirles otra clase de fe: la que surge de espaldas a la historia oficial.
Etiquetas: Libros
4 Comentarios:
hola pancho. buen post. no he leído las novelas de jj benítez, aunque sí he visto sus libros en uno q otro anaquel de diversas personas. lo q me parece notable e interesante es la condición de texto cuasi-canónico (semi-sacro) intertextualizado con intriga y thriller barato derivado del pulp (a lo d. brown, l ron hubbard –éste un poco más gagá q los otros- y co.). como productos pop, hiperreales y comerciales son fascinantes… nuevas escrituras judeo-cristianas sin la lata de deuteronomio o números y todo el guilty pleasure de una cajita feliz y dr 90210.
saludos
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JJ Benitez basa la historia principal de sus libros (caballo de troya, testamento de San Juan y Rebelion de Lucifer) en el libro de Urantia.
(lo puedes conseguir en pdf en forma gratuita en la red).
Aun cuando no he leido caballo de troya si lei su primer libro, "Existio otra humanidad", que trata sobre las piedras de ICA en Peru, creo que como investigador/periodista si es un aporte a los que nos gustan los enigmas. Acaba de decir que el caballo de troya se acaba en el Nro 9, me parece muy bien ya que más de lo mismo parecia algo comercial.
Tengo un blog donde muestro a algunos investigadores y sus trabajos en el area de la divulgación popular. Lo pueden ver en
http://ancianofuturo.blogspot.com/
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