DIA 42... ASI COMIENZA

Primer capítulo de algo que viene. Eso no más.
Y OCURRIO el fin del mundo, pero no fue como todos decían, o creían, porque el fin del mundo sólo sucedió en el fin del mundo. Miro las caras de mis hijos y en su miedo se refleja lo que tenemos enfrente. Los resplandores, la oscuridad, el horror, el olor. El olor, ese olor. Todo tal cual nos imaginamos pero jamás creímos. Eso está cerca, eso viene hacia nosotros. Abrazo a mis pequeños y siento como tiemblan, no era el trato, no se suponía que los niños la pasaran mal. Recorro las costras de sus codos, los rasguños en sus caras, las líneas dibujadas por lágrimas sucias. ¿Hicimos algo mal o simplemente nos tocó la mala fortuna de estar vivos en el instante en que sonaran las trompetas? Las trompetas, esas prometidas trompetas que finalmente nadie escuchó.
–Quiero a mi mamá –llora Matías, el más chico de los dos.
–Tranquilo –lo estrecho contra mi cuerpo, sin despegar la visto de lo que avanza en la noche.
–¿Va a volver la mamá? –me pregunta entre sollozos.
Y no me queda más que mentirle.
Martita, su hermana, mi hija mayor, sabe que lo que acabo de decir es una mentira. Y me sonríe, no es necesario seguir llorando.
Nos abrazamos y sentimos el temblor.
En el fuego arderás, recuerdo...
Y no aguanto las ganas de reír.
Me río.
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