FORTEGAVERSO: septiembre 2005

viernes, septiembre 30, 2005

McDONNELL DOUGLAS F-15E... A SHORT STORY

Revisando en Documentación de El Mercurio encontré este viejo cuento. Fue de las primeras cosas que publiqué en la Zona. Una historia de buses, amores de otra epoca y aviones de guerra.

Publicado originalmente el Viernes 24 de Marzo de 1995 en Zona de Contacto de El Mercurio.

F-15


Vamos a llegar a los ángeles y Roberto no para de hablar, habla y habla, de su vida, su carrera y sus malditos aviones a escala.
El Tur Bus se mueve de un lado para otro. Atrás hay dos abuelas que duermen, adelante un viejo que ronca, al frente una señora con un niño, acá Roberto y yo.
-Sabes, antes de viajar al sur compré un modelo del F-15E Strike Eagle, escala 1:48. Lo compré Revell, norteamericana, de las buenas. Incluye piezas metálicas, plásticas y transparentes, viene además con misiles, pilotos y todo eso.
El Bus no entra a Los ngeles, es un servicio directo Temuco-Santiago, así que no tengo esperanza de librarme de Roberto. Miro por entre la cortina, y en el destello de las luces angelinas trato de buscar formas fantasmales o figuras que no existen. El Sur, que rápido lo vamos dejando, el Sur, yo y un imbécil.
-Todavía no sé si armo el F-15 en versión americana o israelita, aunque también he pensado hacerlo en la versión prototipo que la MacDonell Douglas pintó de blanco con la guata con plumas, onda pájaro del trueno apache.
El bus se detiene cerca de la entrada norte de Los ngeles, supongo que alguien va a subir. Supongo bien. Abren el portamaletas, afuera se escuchan voces, un hombre y una mujer, se oye como si deslizaran maletas en el portaequipajes. Los frenos de aire resoplan, alguien sube y el bus vuelve a moverse.
-Me encanta el F-15, es lejos el mejor cazabombardero todo tiempo de los Yankis.
Es una pareja joven. él no debe tener mas de treinta y ella... No puede ser! -Le calculan vida útil más allá del 2.000.
La Ximena? Sí, es ella. Está un poco mas gorda, pero su cara... Sí, es ella, no puedo creerlo! Después de cinco años... Se ve rara, como demacrada.
-Cualquiera sea la versión que arme, la voy a artillar con misiles Sparrow y bombas de gravedad.
-Roberto.
- Mmm?
-Mira la pareja que subió, es la Ximena, te acuerdas de ella?
-Sí, la Ximena Fernández, pololeó contigo, verdad? Oye, no te estarán picando los recuerdos?
-No, no pasa nada.
Sí, es la Xime, tiene que ser ella. Podría olvidar cualquier cosa menos su cara. Qué giros da la vida. Hace cinco años terminamos porque se iba a Talca, lágrimas, un par de cartas sin respuesta. Pensé que jamás la iba a olvidar, pero me equivoqué, los amores no son para siempre. Y si la saludo?
No nada que ver, el tipo se podría enojar. Y si la miro hasta que ella me mire a mí? Es mejor dejar todo así, además de seguro me pondría rojo, nunca he podido superar ese defecto.
-Sabes, un amigo que también es aeroplastimodelista me va prestar una revista americana donde salen planos del F-15 en una inédita versión naval. Fue un prototipo hiperexclusivo que quedó en nada.
Pasan a mi lado, bajo la cabeza y miro de reojo. Anillo en el dedo, gol. El auxiliar la acomoda con cuidado, no está gorda, espera guagua, penal. Se sienta dos puestos más atrás de nosotros, en la fila de enfrente, él a la orilla y ella en el pasillo, el auxiliar se retira y ellos conversan, la Xime se ríe y sus dientes brillan. Sí, definitivamente es ella, ninguna mujer tiene una sonrisa tan linda como esa. La Ximena acomoda su cabeza sobre la almohada y suelta su pelo, cierra los ojos. Siempre le gustó hacer eso, como en mi pieza aquel día en que nos despedimos. Es extraño lo que siento, no es amor, ni siquiera cariño, es una cuestión que ni yo puedo explicar, sólo quiero que ella se de cuenta de mí y nada más; para hablar, Hola Mauricio, como estas, qué bien, oye te presento a Perico, mi esposo, nos casamos hace un año, estoy esperando y estoy supercontenta, bueno, gusto en saludarte, chao .
-Las características técnicas son las que lo distinguen de otros aviones como, por ejemplo, el F-14.
La miro, ella no me ve. Le habla a su esposo y él parece no hacerle caso, yo era mucho más cariñoso y eso que sólo pololeábamos. Estoy nervioso, yo diría inquieto. Levanta su mano y llama al auxiliar para pedir una bebida.
Podría apostar que pidió una Orange Crush, habría ganado.
El bus corre por la 5 Sur y la voz del auxiliar anuncia que en diez minutos se apagan las luces.
-La Douglas lo equipó con motores superpotenciados, por eso alcanza hasta Mach 2,2.
Roberto no se calla, corren los minutos, no sé que juego estoy jugando, el viejo de adelante sigue roncando. Cierras los ojos. Roberto habla, abres los ojos, te miro, me ves, apagan las luces.
* * *
Abro los ojos, pensé que no iba a poder dormir. El sol brilla fuerte. Roberto está despierto, mira la cordillera y me saluda. Rancagua, San Fernando? No sé donde estoy. Pasan las bodegas de una exportadora de frutas con el logo de una manzana.
-Estamos por pasar el túnel de Angostura -dice el Roberto. No le respondo, él sigue hablando-. Vamos a llegar como a las ocho, de ahí quince minutos en metro hasta Tobalaba, una ducha y a clases a las 11, vivo en Hernando de Aguirre, tú?
-En Santiago Centro, la 7 de las San Borja.
-Igual son ricos esos departamentos. Sabes? Anoche, después de que te quedaste dormido, seguí pensando en el F-15 y todavía no decido que versión hacer.
Y la Ximena? Miro, no está. Debe haber bajado antes. Miro con detención, su asiento está vacío, pero tal vez se cambió para estar más cómoda. La Ximena al menos me vio, supo que todavía existía.
-Pensé ponerle armas contracarro.
-Disculpa, después me sigues contando. Voy al baño -digo y Roberto me responde con la cabeza.
Me levanto y camino hasta el asiento de Ximena. Ambos lugares están vacíos.
En los pocillos, una botella sin terminar de Orange Crush. Busco algo, alguna señal, cualquier tontera. Bajo el asiento hay un pequeño cuadrado de papel blanco. Me agacho y lo recojo, lo giro, es una foto de carnet. Una foto con la figura de un tipo con lentes, peinado al lado y vestido de uniforme. Bajo su corbata, en un cuadrado negro dice Mauricio Rojas, abajo se lee mi número de carnet y mi fecha de nacimiento.
- Te demoraste harto?
-Es que me dolió el estómago.
- Y se te pasó?
-Sí, ningún problema.
Me siento, miro por la ventana, me río, la carretera es ya una avenida y las siluetas de los edificios de Santiago recortan el horizonte. Abro mi mano y veo la foto, vuelvo a reirme.
-El Strike Eagle es un verdadero milagro de la tecnología aeroespacial. El mejor cazabombardero del mundo.
- Roberto?
- Sí? -me dice.
-Nada que ver, el F-15 no se compara al F-16. Sabes? El Fighting Falcon es un avión de verdad.

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ARRENDARSE O NO ARRENDARSE ES LA CUESTION

En siete días se estrena SE ARRIENDA y no quiero agregar nada más al respcto, solo regalarle a los lectores de este blog, un breve adelanto para ir calentando las ganas y los animos. Bienvenidos al sistema.

EXT. CALLES CENTRICAS -BARRIO UNIV - NOCHE.
GASTON, CANCINO y JULIAN salen de un local tipo La Batuta y caminan por la noche. Los seguimos de espalda, y de frente, y de lado, hasta que llegan a la Alameda. Pasan por el barrio universitario, Salvador Sanfuentes, entran por Virgina Opazo, toda iluminada de blanco.

JULIAN
¿Supiste lo de Chernovsky?
GASTON
No, qué.

CANCINO
Cagó.

CANCINO para y enciende un pito. Pitean. Le ofrece a GASTON. Siguen caminando.
GASTON
El otro la día la ví. Me pareció que estaba mal.
CANCINO
Remal. Pal pico.
GASTON
Estuve a punto de saludarla y, no sé, no pude.
JULIAN
Por qué. A ti siempre te cayó bien. Te tenía buena.
CANCINO
Siempre estuvo media enamorada de tí.
GASTON
Lo dudo
CANCINO
A mi siempre me miró en menos. Igual me da pena lo que le pasó pero, no sé, a veces creo que la gente que odia demasiado, termina pagando el pato. Onda justicia divina.
GASTON
No hablis huevadas. Pero qué pasó.
JULIAN
A la larga, mala administración.
CANCINO
Se dejó estar.

GASTON
A ver dame. ¿Es grave?

CANCINO
Grave sí. Perdió una pierna.

GASTON
Qué???

JULIAN
Horrible. Supongo -eso sí- que la moraleja es clara.

GASTON
Pero qué hizo? Qué pasó?

JULIAN
La atropellaron pero fue su culpa. O sea, no su culpa pero... estaba curada. Seriamente borracha.

GASTON
No seas moralista.

CANCINO
Una mina borracha es peor que huevón curado. No es por ser machista pero así es. Es más decadente.

JULIAN
Además, no tenía plata. Y la trataron mal, no tenían todos los implementos... estaba en Los Vilos.
GASTON
Qué hacía en Los Vilos?

CANCINO
Ahí vivía. Se presentó a alcaldesa por la izquierda y no ganó.

JULIAN
Hacía artesanía pero estaba demasiado sola y tomaba. Se consiguió una casa de veraneo.
CANCINO
La cuidaba. Así no tenía que pagar arriendo. Lo peor es que estaba embarazada.

JULIAN
De un pescador. Perdió al crío, en todo caso. Puta, la mina predicaba contra el amor y el matrimonio, pero quería tener una familia igual.

CANCINO
El pescador ya estaba casado, tenía como 17 hijos.

GASTON
Esto es ficción, ¿cierto? Me estai inventando una teleserie?

JULIAN
Puta, es que la vida de la mayor parte de la gente es como una puta teleserie.

CANCINO
Si uno no atina, la vida se te puede volver un programa de Carlos Pinto. La dura.

JULIAN
De qué le sirvió tanto estudio. Puta, perder una pierna porque me atropellaron curado y pobre en Los Vilos.

GASTON
Qué tienen contra Los Vilos?Los dos lo miran.

JULIAN
Estaba escondida. Escapando. Puta, siempre fue así. Eso le pasó no de mala pero...

CANCINO
No tenía ni Isapre. Cáchate. No pudieron trasladarla a Santiago. No tenía para unos remedios o algo, se infectó, y ahí cagó.

GASTON
Tampoco tenía famila. Ahora creo que está en Copiapó. Un pariente buena onda se la llevó para allá, porque todos los demás le hicieron la cruz.

CANCINO
Puta, ni huevones, si la mina no los pescaba ni en pelea de perros. Le parecían que eran demasiado judíos, demasiados fachos, demasiado conservadores. Así que estaba sola. No podís estar solo cuando estai enfermo. Podís estar solo viendo tele, o cuando te dan ganas de correrte una paja, pero no podis estar solo siempre. Esa huea se sabe. La soledad y la ansiedad son mala unión.

JULIAN
Chernovsky estaría mejor si hubiera sido menos intolerante. De que el mercado es cruel, es cruel.

GASTON
No habis huevas. Qué tiene que ver el mercado. De qué hablai?

JULIAN
Mejor ser parte y usarlo que estar fuera y que te aplaste. Pobre. Igual siempre fue un poco loser. Todo este lamentable episodio sólo sirve para confrirme la teoría de los tres avisos.

GASTON
Qué tres avisos?

JULIAN
Dios te da tres oportunidades para salir del hoyo.

CANCINO
La tercera es la vencida. Si no atinai, no atinai. Cagai. Te vas cortado.

JULIAN
Chernovsky tuvo sus oportunidades y cagó. Nadie puede dedicarse a ser poeta y artesana y esperar que el país o el gobierno o el mundo la alimente por eso.

GASTON
Qué tienes contra la poesía? Hay poetas la raja.

CANCINO
Digamos las cosas como son: ella se creía mejor que nosotros.

JULIAN
Que todos.

CANCINO
Ella creía que el mundo la iba a entender pero, puta, no hizo nada por entender el mundo.

JULIAN
Es raro pero, más que pena, quizás uno debería sentir respeto. Pero no puedo respetar a alguien que se pasó la realidad por la raja. Eso no es ser idealista, eso es ser inconsciente.

miércoles, septiembre 28, 2005

MR. SCI FI

No hay abundancia de escritores de género en nuestra literatura. Una de las excepciones es Hugo Correa, quizas nuestro gran valuarte en la ciencia ficción. Citado por Asimov y Bradbury, Correa deberia ser más reconocido de lo que es. Lástima. Esta entrevista, realizada el 98, fue un homenaje en vida.

Originalmente publicado el Viernes 13 de Febrero de 1998, en Zona de Contacto.

Hugo Correa: Un Chileno de otros mundos


Extraterrestres, navegantes espaciales y ucronías que cambian la historia son elementos que abundan en la literatura de este escritor chileno. Un ilustre desconocido de quien se ha dicho es el mejor autor de ciencia ficción latinoamericano.

Hace treinta años, una sonda espacial se salió de órbita y se estrelló en el sur de Chile. La máquina había sido enviada a la Luna para traer muestras de rocas, pero volvió con algo más. Una rara criatura que crecía con la lluvia. Este relato fue escrito en 1961 por Hugo Correa y apareció bajo el título de El que merodea en la lluvia, tercera publicación del autor y un claro ejemplo de su obsesión por el espacio exterior.
-¿A qué planeta le gustaría viajar?
-A Marte, porque es el que más ha inspirado a los escritores de ciencia ficción. Es como un escenario clásico del género, arrastra toda una tradición que va desde H.G. Wells hasta Bradbury.
-A propósito, ¿es cierto que conoció a Ray Bradbury?
-Sí, estuve con él en el Writers Program de la Universidad de Iowa. Le gustaban bastante mis cuentos. De hecho, fue él quien los llevó a The Magazine of Science Fiction, cuyo editor científico era Isaac Asimov.
-¿Nunca se sintió un bicho raro siendo prácticamente el único autor chileno de ciencia ficción?
-Un extraterrestre querrás decir... (se ríe). Ser escritor de ciencia ficción de por sí te marca.
Eres un tipo específico de narrador.
-¿Cómo se interesó en el género?
-De niño me gustó mucho la idea de lo desconocido y de los mundos que venían. Además, siempre fui un cuentacuentos. Los Altísimos, por ejemplo, está plagado de ideas que cuando chico le contaba a mis hermanos menores.
-¿A qué atribuye el hecho de que, a pesar de haber sido traducido a diez idiomas y recibir elogiosas críticas fuera de Chile, muy pocos lo conozcan? ¿Hay prejuicios frente al género de anticipación?
-Es que la gente tiene metida la idea de que la ciencia ficción es un subgénero. Como si una obra dependiera del género. Desde ese punto de vista, una novela realista siempre sería buena. En todo caso, esto ocurre sólo en Chile. En el extranjero se sabe que hay muy buenos escritores y libros de ciencia ficción y se les valora por eso. Por ejemplo, nadie discute la tremenda calidad literaria de Philip K. Dick (autor de la novela que inspiró Blade Runner).
En 1956 Hugo Correa publicó su primera novela,Los Altísimos, una historia futurista que describe una civilización altamente tecnológica que centra su existencia en el triángulo máquina-hombre-máquina, donde la subordinación humana a las máquinas alcanza caracteres dictatoriales. Mismo esquema de la apocalíptica corriente que en los 80 encontró voz y éxito en jóvenes autores norteamericanos como Bruce Sterling (Islas en la red) y William Gibson (Neuromante).
-¿Qué le dice el término ciberpunk?
-En realidad no he leído mucho, pero conozco bien el tema porque de alguna forma lo abordé. En 1967 apareció en The Magazine of Science Fiction Alter Ego, un relato que describía una sociedad futurista que vivía con máquinas inteligentes que les solucionaban la vida. El protagonista de la historia era alguien que utilizaba un casco para conectarse a ese sistema y así podía moverse dentro de él. Este casco le agudizaba las percepciones y los sentidos, como hoy lo hace la llamada Realidad Virtual.
-¿Escribe a máquina o en computador?
-A máquina. No tengo computador, pero me encantaría tener. Abre muchas posibilidades, como internet y el correo electrónico.
-¿Está familiarizado con internet?
-No, es una deuda que tengo pendiente.
A pesar de su prolongado silencio literario, Hugo Correa no ha parado un sólo día de trabajar. Desde hace dos años, está encerrado en una nueva novela con la que pretende regresar a la ciencia ficción. Aunque todavía no tiene nombre, la historia está bastante avanzada: Trata de los Preadamitas, una raza anterior a Adán creada por Dios (Yahvé) y cuyo destino nadie conoce. Yo le busco un destino a esa raza con mi ficción. Claro que no he podido encontrar editor, usted sabe, en Chile sólo se edita lo políticamente correcto y la ciencia ficción parece ser de oposición.
-¿Cómo va a ser Chile en el futuro?
-Un país bastante más ordenado y limpio. Creo que el problema de la contaminación va a solucionarse y que la gente, gracias a internet y a otras redes informáticas y virtuales, va a volver a la vida rural. Las ciudades van a desaparecer. De aquí a cien años, metrópolis como Santiago o Nueva York van a ser monumentos, nada más que eso.

martes, septiembre 27, 2005

STAR WARS

Si hay una marca generacional para todos los nacidos a mediados de los 70, esa es LA GUERRA DE LAS GALAXIAS. Sobre ella he escrito bastante, pero este es uno de mis fetiches. Una guía de utilidad pública con los comics escenciales -a mi juicio- para comprender lo que los fans llaman universo expandido.

Este artículo fue publicado en el nº 2 de la desaparecida revista CAPSULA, en mayo del 2002.

Comics de una lejana galaxia:

Vamos por parte, se distinguen dos etapas de los comics Star Wars, la Marvel (y Marvel UK) y la Dark Horse. La llamada Marvel apareció junto con la primera película (1977) con la obvia adaptación al noveno arte del film de Lucas. Nombres como Roy Thomas y John Romita desfilaron por una colección que publicaba aventuras basadas en los personajes de las cintas y que a menudo se contradecían con la llegada de una nueva entrega en la pantalla grande. Marvel y Marvel UK alargaron el elástico hasta 1986, cuando el poder de la fuerza (a 3 años del estreno de El Regreso del Jedi) comenzó a mermar. Hoy por hoy, son pieza de absoluta colección, aunque no tienen “nada” que ver con la continuidad dentro de la galaxia manufacturada por George Lucas. En todo caso si encuentras un número por ahí, guárdalo en una caja fuerte porque puedes hacerte rico (y no es chiste).
La etapa Dark Horse se inicia en 1992, a raíz del éxito inusitado de una novela titulada Heredero del Imperio de Timothy Zahm, publicada un año antes, siendo el primer producto bajo la marca registrada de Star Wars que aparecía en el mercado desde el cierre de las historietas Marvel. Dejando esta novela aparte, fue la saga Imperio Oscuro la que inició la segunda era de los “tebeos” Star Wars, ahora bajo el alero de Dark Horse, editorial semi-independiente relacionada con nombres como Mike Mignola y Frank Miller. Ambientada años después de El Regreso del Jedi, este primer cómic intentó contar lo que ocurrió en la Galaxia después de la batalla de Endor y la aparente muerte de El Emperador. Obviamente fue un éxito de ventas. Tanto así que no tardaron en aparecer las adaptaciones de la novela Heredero del Imperio, ahora bajo el rótulo de Trilogía del Almirante Thrawn.

Canónico v/s expandido

En casi una década, los comics Star Wars de Dark Horse han constituido la franquicia más exitosa de la editorial, enriqueciendo el universo de La Guerra de las Galaxias con personajes claves como Mara Jade (futura mujer de Luke), los hijos de Han y Leia, el Almirante Thrawn e introduciendo eventos claves como la muerte de Chewbacca, el origen de los Jedis y el secreto de las guerras Sith en el lejano pasado de la galaxia. El problema es que aunque Lucas personalmente ha aceptado estas historias, estas no pertenecen a su universo canónico, de modo que muchos hechos narrados en las historietas pre A New Hope se contradicen con lo que estamos viendo en la nueva trilogía (La Amenaza Fantasma, El Ataque de los Clones).
Entonces, para facilitar la vida se ha hecho una división conceptual de estas historias (y de todo el Star Wars Universe) en UNIVERSO CANONICO y UNIVERSO EXPANDIDO. A la primera forman parte las películas y las adaptaciones de las mismas y es la línea oficial de la saga Skywalker creada por Lucas. La otra engloba todos los comics, descontando a las adaptaciones, y aunque mantienen el espíritu del mito y se rigen por una cuidada continuidad, no son aceptadas de forma evangélica por George Lucas. Con lo anterior claro. Vamos a la revisión de los mejores comics situados en esta lejana galaxia.
Antes de continuar quiero ser muy sincero. Soy fan de Star Wars, fan cerrado e incondicional, pero también lo soy del comics, como estructura dramática y narrativa. Ok, las historietas de Star Wars son atractivas e interesantes, pero de 10 publicadas, 7 no son más que caca. Ojo, el porcentaje no es tan grave y se aplica a casi todos los títulos y colecciones de la industria gringa. Como sea, este es mi top 5, de lo que hay que leer par estar dentro del universo expandido de Star Wars.Top 5

1. Mara Jade: Por la Mano del Emperador (Timothy Zahn, Michael A Stackpole / Carlos Ezquerra ): Uno de los personajes más complejos del universo expandido es Mara Jade, una preciosa pelirroja entrenada en las artes Jedi por el Emperador. Guerrera mortal, arma viviente y comando oscuro, Mara fue criada desde niña por Palpatine y cuando cumplió los 20 años se convirtió en su más fiel sirviente, después de Vader. El cómic profundiza en la historia de este personaje, sus conflictos (es una mala-buena) y su voluntad de cumplir con la última orden de su maestro: asesinar a Luke Skywalker. Todo bien, hasta que se encuentra con el ahora maestro, hijo de Vader, y tras pelear comienza a sentirse atraída por su enemigo. Un romance oscuro, con estructura trágica y un guión realmente finísimo.
2. Imperio Carmesí (Mike Richardson, Randy Stradley / Paul Gulacy ): Doble trilogía que se sumerge en los orígenes, motivaciones y futuros de los enigmáticos Guardias del Emperador, esa orden de “guardaespaldas” vestidos con cerradas túnicas rojas que pudimos ver en El Regreso del Jedi (y que debutan en El Ataque de los Clones). Los Guardias Carmesís son soldados de elite, entrenados por Vader, destinados a proteger con su vida al Emperador e iniciados en las más secretas artes guerreras, tanto así, que se dice que en cuerpo a cuerpo están al nivel de un Jedi. Situada años después de El Regreso del Jedi la historia es acerca de dos amigos, ex compañeros de guardia, Kir Kanos y Carnor Jax. El primero un fugitivo del imperio, que sabe algo de vital importancia y el segundo, actual Lord de la Guardia Escarlata, iniciado en estudios de la Fuerza y cerebro ambicioso de un proyecto que busca restaurar al dividido Imperio Galáctico.
3. Imperio Oscuro (Tom Veitch /Cam Kennedy): Una delicia, de no ser por la madurez del guión de los anteriores, esta triple trilogía (completada con Imperio Oscuro 2 y El Fin del Imperio) se llevaría la corona. Seis años después de la Batalla de Endor, la Nueva República no ha podido reconstruir al Galaxia ya que los gobiernos imperiales locales se lo impiden. En medio de conatos de guerra, aparece un nuevo enemigo, un Imperio unificado y renacido que brota desde el centro de la Galaxia y que es comandado por el propio Emperador, quien NO murió durante la destrucción de la Segunda Estrella de la Muerte sino que se “autoclonó”. Pero eso no es todo, ya que el heredero de Darth Vader está al mando de las tropas imperiales, nada menos que Luke Skywalker, quien se ha arrodillado ante Palpatine para cumplir su destino de su padre. La historia es demasiado buena (y también conocida) como para contarles el por qué de esto, sólo léanlo.
4. Sombras del Imperio (John Wagner/Killian Plunkett). Asalto multimedial (completado con novelas, videojuegos y una propia banda sonora) que revivió el boom Star Wars en 1996. Al contrario que otros títulos, esta aventura se ubica al interior del universo canónico, explorando lo que sucedió entre El Imperio Galáctico y El Regreso del Jedi. Esta colección concentra su historia en el imperio mafioso que se mueve bajo las redes imperiales, bajo la tutela y la mirada de el Príncipe Xizor, un alienígena con contactos directos con el Emperador, obsesionado con asesinar a Vader. Mientras Leia y Luke buscan rescatar a Han de las manos de Boba Fett y éste debe enfrentarse a los celos y rivalidad de sus propios compañeros caza recompensas. Ojo, con la “hottie” aventura romántica de Leia con Xizor. App, aparece Dash Rendar, corelliano, ex socio de Han Solo y propietario de la única nave más veloz que el Millenium Falcon, su fragata hermana, la Outrider.
5. Star Wars: Union (Daro Macan/Dave Gibbons). En una sola frase: la esperada boda entre Luke Skywalker y Mara Jade. Con eso, era obvio que esta miniserie arrasara en las ventas y los pedidos de fanáticos y coleccionistas. Tras una larga y “soap-operática” relación, Luke Skywalker y Mara Jade contraerán al fin matrimonio en Coruscant. Las nupcias toman rápidamente el carácter de acontecimiento de estado pues, veinte años después de la Batalla de Yavin, la Nueva República y los restos del Imperio Galáctico han firmado la paz y esta boda es un símbolo de la unión y reconciliación entre ambas facciones, y el fin de la Guerra Civil Galáctica. Pero no todos los restos del Imperio están satisfechos con esta boda, y mientras los amigos de Luke y Mara llegan de todas partes hasta Coruscant, también lo hace un grupo de Imperiales con intenciones de asesinar a la pareja. Y para empeorar el caldo, un clon, poseído por el espíritu de Palpatine también quiere cargarse al rubio maestro y su pelirroja señora, ya que sabe que el primogénito Skywalker-Jade sera quien finalmente cierre la profecía iniciada con Anakin, traer no sólo el equilibrio a la Fuerza sino acabar para siempre con el lado oscuro y con los Sith. Dinastía en clave galáctica

lunes, septiembre 26, 2005

CAZADORAS DE VAMPIROS

Por varios años, Buffy y sus amigas alimentaron nuestras fantasias épicas y masturbatorias. Porque hay que ser honestos. Buffy y no Guardianes de la Bahía, fue finalmente la serie más sexy de los 90. Y este especial Chica Sobras lo dejó así de claro. Creo.

Esto fue publicado originalmente en mayo del 2004, en Sobras.

Buffy forever

¿Cómo esta la salud, peludos amigos de manuela? Espero que tan bien como yo. Gracias por sus cartas, apoyo, odio, proposiciones y lo que sea que me mandan. En serio, me hace sentir mejor persona. A los 500 huevones que rayaron la papa con Maggie Q. O sea, que esperaban, acá hay puras papitas. A los 2 fletos que reclamaron por la china desabrida, mejor vayan a mirar las galerías de LUN y la Cuarta y piérdanse de Sobras. Esto será paja, pero es paja de calidad. ¿Qué más? Bueno, felicitaciones a los que descubrieron a Maggie junto a Paul Rudd (el novio de Phoebe en “Friends”) en una freakiadísima película gringa-hongkonesas llena de karate, hackers y robots bizarros que están dando por Cinemax. Diosa ella, perfección genética buena para las patadas. Repito quiero una señorita como esa chinita a mi lado antes de mi muerte. Y no es chiste. Algunas recomendaciones pajeras, vean “The O.C.” (gran serie) en el cable y pongan ojo con Mischa Barton, clavada próxima chica Sobras. También chequeen en www.stuffmagazine.com el infartante pictorial que nos ha regalado nuestra gran Krista Allen, otra diosa Sobras, la guarra más rica del planeta.
Bueno señores, se acabó “Buffy”. O sea se acabo hace como seis meses pero eso da lo mismo, aún podemos ver repeticiones de temporadas viejas en Fox. Además el que se haya terminado o no da lo mismo, lo importante es lo que significó esta serie para la unión mundial de onanistas. De partida nos regalo a Eliza Dushku y a Sarah Michelle Gellar, dos de las mejores inspiradoras de pajas de los últimos años, dos de las más celebradas Chicas Sobras de nuestra lista, que hay que decirlo, cada vez está más larga… y dura… Personalmente Eliza es mi debilidad y por ella sola vale prenderle velitas a la serie forever. Y fuera de hueveo, más allá de sus minas “Buffy” fue una gran historia acerca de asumir responsabilidades, que además supo aunar lo mejor de la mitología pop norteamericana en un solo producto. También era un gran cuento de amor del más chulo y una serie escrita y hecha con ganas, que honestamente consiguió episodios al nivel de lo mejor que ha generado la televisión en su corta historia. Pero eso imagino que les importa poco, mal que mal ésta es una columna para ver minas ricas y la gran razón de por qué “Buffy” se ganó un lugar en nuestros corazones es por la cantidad de amiguitas de onán que desfilaron por sus capítulos. Así que sin más demora, tiremos las presas a la parrilla.

Kristy Swanson: La Buffy original. Es raro que tan pocos se acuerden de ella, sobre todo tomando en cuenta el feroz cuerazo que se gasta esta rubia deliciosa con cara de gata en celo. Cazavampiros original, inspiradora de algunas de mis mejores macacas. Imposible olvidarla con su look de porrista enfundada en petos, tops y mallas de lycra verde agua. Porque Kristy fue Buffy cuando estaban de moda los colores cítricos y a sus tetitas de estaño lo cítrico le quedaba mejor que a nadie. Cara de rubia californiana, un par de mordisqueables peritas de agua y el culín más respingón del Hollywood de principios de lo 90. Injusto ha sido el destino con este bombón de carne molida, tras no hacerse del rol televisivo de Buffy (seamos honestos, no se veía precisamente de 17 años), su carrera fílmica ha dado tumbo tras tumbo, recemos por ella, no te pierdas Kristy.
Emma Cauldfield: Diosa. Perdón demonia, porque de seguro los nerds más dogmáticos del universo Buffy van a saltar con que su personaje era una demonia o algo parecido. Como sea, debo jactarme de haber descubierto a Emma hace mucho tiempo en ese bodrio adictivo que era “Beverly Hills 90210”, donde esta chica de triste y verde mirada, nacida en 1973, hacia de la novia elegante de Brandon Walsh. Estuvo poco en la serie, pero lo suficiente para flecharme, efecto que reapareció cuando la descubrí en “Buffy”. Y sobre todo cuando tiempo después la vi corriendo con una camiseta blanca, toda roída, rasgada y ajustada en “Darkness Fall”. Para sacar chispas, yo al menos las saqué.
Michelle Trachtenberg: Correcto, hemos visto crecer a Michelle. Hemos contemplado como ha pasado de ser una desabrida pendeja a una muy sexy señorita de 17 años. No somos ciegos, la chica es guapa, tiene unos ojos preciosos y un cuerpecito en desarrollo bastante agradable a la vista. Con todo, entiendo –y comprendo- que hayan barbetas pegados con esta niñita –incluso hay uno que asegura estar enamorado- que repletan mi bandeja de entrada con peticiones por la Trachtenberg. Pero lo siento señores, no es por ser cartucho, pero los ánimos en este país –y los escándalos de la prensa- no están precisamente como para hablar de una menor de edad en un espacio tan pajero como éste. Cuando Michelle cumpla 18 prometo columna justa, por mientras vean la foto y comenten lo rica que está esta minita. Un cheque a la fecha, como Evan Rachel Wood de “A los Trece”. No más. Por el bien de todos.
Alyson Hannigan: Para ser honesto nunca entendí al cantidad de pajeros que se mojaban con esta socia hasta que la vi en una especial de fotos para FHM, hace un par de meses. Ok, no soy ciego, la chica tenía su encanto, era como la nerd rica, pero jamás me pareció que fuera para tanto. Pero hay que reconocer que los años potenciaron su encanto y sus curvas. De hecho pocas minas famosas han ido tan radicalmente de menos a más como Alyson. Típico caso del patito feo que en secreto era un minón con más curvas que su rubia coprotagonista. Si no lo creen, repito, vean su sesión de fotos para FHM o recuérdenla de falda y top ajustado en la entrega pasada de los MTV Movie Awards. Buenas tetas, buen culo, cara rara, pero buen conjunto. En verdad no alucino con ella, pero feliz me pierdo a su lado en una isla desierta
Charisma Carpenter: Charisma era como la mamá de todas las chicas Buffy. Cuando el promedio de edad de las protagonistas de la serie no superaba los 20 años, Charisma tenía 30. Y se notaba. No me entiendan mal, pero Charisma (o Cordelia) era como la vieja del grupo, lo que era raro porque su papel era el de la típica gringa tonta y superficial. Su personaje, de cheerleader-en-el-cuerpo-de-una profesora-sexy simplemente no funcionaba hasta que se la llevaron a “Angel”. En el spin off de la cazavampiros la convirtieron en una especie de mística hot que acabó follando hasta con el hijo del héroe. Todo bien hasta que a algún imberbe –o a ella misma- se le ocurrió cambiarle el look y cortarle el pelo para hacerla más madurita. ERRORRR…. . Cordelia era viejita, sí, pero estaba en su punto. She era la típica treinteañera rica con buenas tetas y buen poto, fantasía sexual de un pendejo medio de aquí la china y de pronto pafff… le cortan el pelo y la sexy Charisma pasa a ser la señora Charisma. Como dijo un amigo me la pasaron de la mina rica de la esquina a la hermana menor de mi madre. No se puede, no se debe. Supongo que hay que disculparla.
Julie Benz: Estamos hablando de otra cosa. Julie es estatuaria. Preciosa, sexy, elegante, con onda. Las tiene todas, especialmente esa belleza clásica y anacrónica que le ha venido perfecta para su rol de gringa media de la década de los 50 en esa obra maestra que ha resultado ser “Taken”. La Benz tiene cuerpo, piernas y cara de muñeca, es una barbie, casi de colección. En lo que es hermosura clásica, objetivamente le pega un millón de patadas a cualquier otra mina que haya aparecido en la serie. Correcto, no es mi gran favorita, pero reconozco que ella –y la próxima- son las más bellas del universo cazavampiros. ¿Sobre su carrera? Buehh… Julie es la típica mina gringuísima y riquísima que más que un rol y un éxito estable ha dedicado su carrera a aparecer de invitada en cuanta serie la convocan, así se ha convertido en un rostro conocido, en referente y en asidua requerida para pictoriales de revistas pajeras como Maxim. Bien por ella y por nosotros.
Stephanie Romanov: Si es por curriculum, Stephanie (Layla Morgan en “Angel”) es la belleza más exclusiva del casting de la cazavampiros y sus series derivadas. Modelo profesional de ascendencia rusa, rostro y cuerpo habitual de desfiles y catálogos, la Romanov cambió su carrera a la tele cuando se interpretó casi a si misma en “Models Inc.”, olvidable dramón del maestro de lo cursi que es Aaron Spelling. De ahí su carrera son puros resbalones, salvo por el mudo papel de Jaqueline Kennedy que hizo en “Trece Días”, la mejor película con la toma de un reconocimiento aéreo a baja altura de todos los tiempos. Ahí, interpretando a lo más parecido a una reina que ha tenido USA en su historia, algo de brillo consiguió, pero tampoco mucho. Además que para ser honesto, ni me acuerdo de su cara y cuerpo en esa pelí, todo lo contrario a lo que me pasa con su continua aparición en “Angel”, donde gracias a su rol de la pérfida Layla supo conquistar nuestras sagradas sesiones con Onán. Si Julie Benz es la mas guapa de la fauna Buffy, Stephanie es el maniquí, así de simple, la chica de catálogo, la demasiado perfecta para ser real.
Amy Acker: Sin contar a mi eterna Eliza Dushku, Amy Acker es mi mina favorita de la continuidad “Buffy”. Quizás porque no es perfecta, quizás porque es como tontorrona, quizás porque no es tan linda como Julie o Stephanie, ni tan sexy como Emma, ni tiene tanta onda como Sarah. Quizás por todas las anteriores razones y muchas más. Es que lo mejor de ella es su normalidad, Amy es simplemente la minita de al lado, la que no tiene idea de lo guapa que es. La medio nerd, pero ligeramente sofisticada. Amy es como la versión mejorada de Alyson Hannigan, porque no necesita de segunda lectura para ser descubierta, porque ella (o Fred, su personaje) es bonita, sencillamente bonita. Tan “so cute” que me fascina. Amy es la novia perfecta, la chica con la que te gustaría caminar por un parque y hacerle cariño hasta en el dedo gordo del pie. Aplausos por ella señores, con más señoritas como Amy en nuestras vidas todo sería perfecto.
Sarah Michelle Gellar II: La dueña de casa, no vamos a hablar de ella de nueva, pero merece mención y foto.
Eliza Dushku II: Faith, nuestra señorita favorita por siempre. Que más decir de ella que no haya dicho. Demasiado cool para existir, esperamos ya el estreno de “Tru Calling”, su serie en Fox para Febrero.

miércoles, septiembre 21, 2005

EL SORPRENDENTE HOMBRE ARAÑA 2

Spider Man 2 es una de las películas de género que más me ha gustado. Por que Sam Raimi entendio que la gracia de Spidey no es el escalaparedes, sino Peter Parker y sus problemas personales. Nada que hacer, un gran filme basura.

Esta crítica fue publicada en WIKEN, de El Mercurio, en mayo del 2004.


Superhéroe al borde de un ataque de nervios


Dos años después de su batalla contra el Duende Verde (primera película), el Hombre Araña se ha convertido en el héroe símbolo de Nueva York, consolidando su carrera como justiciero y limpiando las calles de malechores y villanos de todo tipo y calaña. Pero las cosas no han sido tan sencillas para su alter ego, Peter Parker (Tobey Maguire). No tiene tiempo para dedicarse a vigilante y estudiante brillante, la plata apenas le alcanza para pagar un cuarto de mala muerte y ayudar a su siempre aproblemada tía May (Rosemary Harris). Su pega como fotógrafo freelance para el diario El Clarin de J.Jonah Jameson (J.K.Simons) es una molestia necesaria y su mejor amigo, Harry Osborne (James Franco), quien ha dejado la Universidad para ponerse a la cabeza de Oscorp, la empresa familiar, no le perdona que sea una especie de relacionador público de El Hombre Araña, a quien culpa de la muerte de su padre (en el primer film). Y está Mary Jane Watson (Kirsten Dunst), el gran motor en la vida de Peter/Arañá (y de ambas cintas), cada vez más distante -y al mismo tiempo cercana- al universo del protagonista. Porque tiene que ser así, mal que mal la película, por sobre una historia de superhéroes, es una telenovelesca historia de amor acerca del nerd más nerd del curso enamorado de la pelirroja más linda del baile.
Sam Raimi, el director, es pillo. Desde el inicio de la primera parte de su saga arácnida, cuando la voz en off de Tobey Maguire nos decía que esta historia, como todas las buenas historias, tenía que ver con una chica, nos anunciaba que su personal versión del personaje más popular de la casa Marvel iba a estar más cercana a una comedia romántica que a una gótica historia de enmascarados justicieros. Claro, en la entrega inicial, tuvo que lidiar con la presentación de personajes y la necesaria sobreexplotación del carismático escalaparedes, detalle que en esta continuación pasa a un segundo plano para centrarse en los problemas y dilemas de su protagonista humano. El Hombre Arañá aparece poco en “El Hombre Araña 2” y se agradece que así sea. Hagamos un ejercicio, quiten al superhéroe. Sam Raimi quiere contarnos basicamente una comedia romántica sobre un chico que no puede acceder al amor de su vida porque la sobredosis de pega y las trancas producto de ésto se lo impiden. Y con ello vienen ataques de stress, pánico y neurosis que hacen de nuestro héroe una especie de Woody Allen menos hipocondriaco y más posmoderno que el propio Allen. Y la comparación no es gratuita, “El Hombre Araña 2” como “Annie Hall” y “Manhattan” es una de las películas que mejor usa Nueva York como escenario-protagonista. El filme es urbano hasta la médula, donde las calles, habitantes y rascacielos de Manhattan conforman un acompañamiento operático para la historia de este chico enamorado. Raimi es un realizador inteligente, que coquetea con referentes que no tienen nada que ver con el género y ahí gana. Peter Parker se debate la mitad del film entre seguir y no seguir vistiendo el traje naranja, optanto en un momento por la vida civil con todo lo común y corriente que ello acarrea. Se convierte así en un tipo como el Jack Lemmon de la inolvidable “El Apartamento” de Billy Wilder, preocupado de conquistar a su chica, sabiendo que tiene competencia en el camino, acostumbrándose a vivir como secundón de su propia historia pero sabiendo que en su interior late un héroe que más temprano que tarde emergerá triunfante. Antes de firmar para la franquicia arácnida, Raimi intentó con el género del corazón en la fallida pero interesante, “Por Amor” con Kevin Costner y Kelly Prestón; no fue entendido en esa ocasión, qué hacía el creador de “Evil Dead” rodando acerca de beisbolistas mayores indecisos en el amor. Sus propios fans renegaron de él. Pero no se rindió, fue inteligente y llegada la oportunidad contó nuevamente esa historia, la de chico enamorado de chica con todo lo que ello acarrea, escondiéndola bajo el disfraz de un superhéroe.
Brillan en “El Hombre Araña 2” la pareja protagónica. Kirsten Dunst y Tobey Maguire son quizás la dupla más carismática en la historia reciente del cine de franquisias (y dos de los mejores actores de su generación). Mismo juicio va para el trabajo de Alfred Molina, en su logrado rol de Otto Octavious/Dr. Octopus, el villano de turno, figura wagneriana y trágica que se roba algunos de los mejores momentos del filme, varios de los cuales son aprovechados por Raimi para coquetear con su fascinación hacia el cine de horror violento. Es una lástima que el director no aproveche más a secundarios como J.K.Simmons y todo el personal del Clarín, quienes sacan aplausos y risas en cada aparición. James Franco está aun más débil que en la primera parte y a pesar del giro sicológico que se le intenta dar a su personaje, éste se muestra predecible, protagonista de momentos tontos y una muestra clara de lo peor de la película: su desorden argumental , obra y gracia del notorio exceso de manos que estuvieron involucradas en el guión.
Es sabido que el texto de “El Hombre Araña 2” se escribió a medida que se rodaba, que se pasó del trabajo del escritor Michael Chabon (“Fin de Semana de Locos”) al de otros tres guionistas que debieron cortar, unir y crear de tres líneas argumentales distintas una coherente. Y a pesar de que funcionó, hay exceso de mini historias dentro de la gran trama que cansan al espectador y hacen mirar de soslayo. El noviasgo de Mary Jane con el hijo de Jameson no tiene el poder de un triángulo amoroso que realmente sustente un cuento. O la necesidad de hacer caer a un buen villano, como el Dr. Octopus, en el vicio más común de las películas de superhéroes (construir una máquina del juicio final) en lugar de aprovechar su figura trágica como reverso del héroe denotan una prisa innecesaria que pudo convertir una buena película en un fiasco multimillonario.
“El Hombre Araña 2” tiene moral y salud adolescente. Se mueve como el segundo capítulo de una serie Sony y gana con buenos momentos, personajes bien estructurados y una velocidad constante que hacen que uno no pierda la atención y el interés hasta en los momentos más débiles. Hay amor por la historieta, por entender el potencial icónico de un personaje como éste, creado por Stan Lee en 1962, pero también emoción de esa tan propia de las buenas historias, que hacen que el film interese y se disfrute hasta por los más ajenos al mundo de los justicieros de colores. La película es buena, pero pudo ser una maravilla y eso le quita algunos puntos. De todas formas estamos ante una de las mejores comedias románticas del año, una adaptación preciosista del cómic a la pantalla grande y una aventura entretenida hasta decir basta. El final es para aplaudir de pié. Buena.

KNIGHT RIDER

Fue uno de los fetiches de mi infancia. El Trans Am negro e inteligente era simplemente perfecto. Por eso lo recuerdo con tanto cariño. Turbo bost, auto cruise, super persuit eran parte de mi vocabulario de quinto básico. Y esta columna, un gratuito homenaje con algo -quizás- de teórico al fondo. Nada más que eso.

La columna fue publicada en la edición de la última quincena de Julio en Capital.


El Auto Fantástico

Para mi último cumpleaños, mi amigo Willo –crítico televisivo injustamente exonerado de un importante medio- me regaló una caja de DVD con la primera temporada de El Auto Fantástico. Nada que decir: ¡Gran regalo! Me he pasado los últimos cuatro fines de semana nadando en las cursis aventuras de David Hasselhoff y su deportivo parlante. Y aunque con los años a cuesta, la serie me parece pésima –excepto por KITT, ese Pontiac Trans Am negro e indestructible jamás pasará de moda-, el ejercicio de revivir una de mis grandes pasiones “tevitas” de todos los tiempos me ha sacado más de una lágrima. Me pasó el sábado pasado al revisar el episodio cinco, cuando KITT debe enfrentarse a KARR su gemelo malvado, vehículo que al no poseer el “chip de protección a la vida humana” era un asesino en potencia con motor V8. Tenía 9 años cuando ví por primera vez ese mismo capítulo, me acuerdo que ahí fue cuando me enamoré de Patricia McPherson, la actriz que actuaba de Bonnie Barstow, la sexy mecánica del auto fantástico, misma que fue reemplazada en la segunda temporada por una tal Rebecca Holden y que regresara en gloria y majestad para la tercera y cuarta. Nunca supe que sucedió con esas señoritas tras KITT, en ww.imdb.com aparecen con escuetas filmografías, nada de mucha importancia.
Las series ochenteras pasarán a la memoria medial como algunas de las más ingenuas de todos los tiempos. Herederas del Reaganismo, su manía de mostrar que un hombre podía marcar la diferencia defendiendo la ley y la justicia hizo escuela. Pensemos en Los Magníficos, ese escuadrón de Rambos de buen corazón, que nunca disparaban a matar. O en Manimal, flemático profesor capaz de transformarse en halcón, pantera y otros bichos que no pudo pasar del capítulo 7. Pero sobre todo en la cantidad de vehículos asombrosos que pulularon por las pantallas, gentileza de las mentes de Glen A. Larson y Donald P. Bellisario, dos productores con alma de redactores de Mecánica Popular. Enumerando: Cóndor, una super moto; El Auto Fantástico, un deportivo inteligente; Automan, un hombre generado por computador con un arsenal de máquinas automáticas, Lobo del Aire y Relámpago Azul, dos super helicópteros que vaya a saber uno por qué, sus pilotos habían escondido en algún lugar de los Estados Unidos, de donde los sacaban para defender a los inocentes de los corruptos.
Es curioso hacer una lectura política a estas series, pero de hecho la tienen. Al igual que en el cine y la música, los 80 fueron un periodo de plástico, absolutamente desechable pero por lo mismo encantador. Es indudable que Automan no tenía ni un tercio de la calidad argumental y la onda de Los Expedientes Secretos X, quizás el drama insignia de los 90, pero a su modo representaba su época. Reagan y sus fantasías de defensas estratégicas de ciencia ficción requerían máquinas asombrosas para educar al público, en cambio un mundo sin esfera soviética y con adversarios que podían venir de territorios desconocidos necesitaban de conspiraciones e investigadores de lo oculto. Reagan era un vaquero, como los integrantes de Poison, David Hasselhoff y su corcel increíble (el nombre original de la serie era Knight Rider, juego de palabras entre Caballero y Jinete), Bush un eterno miedoso, como el Agente Mulder y los músicos de Nirvana y Pearl Jam.
Pero lo interesante de esta interpretación es que también se extrapola a lo que sucedía en Chile durante la década de los ochenta. La inocencia no sólo venía de las producciones locales, sino también de lo que venía embasado. Un amigo me decía hace poco que la gracia de estas series era que uno las veía a partir del escapismo. Cuando los noticiarios se cimentaban en una lectura libre de lo que en realidad estaba ocurriendo, los autos fantásticos nos arreglaban la vida después de las 9 y media de la noche. Y puede que tenga razón, pero no es menos cierto que se trataba de series con una moral en blanco y negro que estiraban a la perfección el discurso Pinochetista de la amenaza marxista. Stringfellow Hawke, piloto de Lobo del Aire, se pasaba sesenta minutos cada semana destruyendo Migs, volando sobre Cuba o ayudando a militares sudamericanos a derrocar al comunista de turno.
En el último episodio de la caja de El Auto Fantástico, KITT quedaba malherido al enfrentarse con Goliat, un camión cubierto con su mismo blindaje indestructible. No sé si vaya a comprarme la segunda temporada cuando salga. ¿Para qué? Durante diez años nos contaron la misma historia y nos entretuvimos con ella, mejor vuelvo a poner el DVD y veo de nuevo los capítulos que tengo. Total lo importante nunca fue la serie, sino que todos queríamos correr sobre nuestro Trans Am inteligente hasta donde nos llevara su impulsor turbo.

jueves, septiembre 15, 2005

CANCIONES DE FE Y DEVOCION

Acabo de escuchar "Precious", el nuevo single de mi banda favorita de todos los tiempos. Nada que decir, me emocionó. Es como reencontrarse con un grupo de viejos amigos. Por eso decidí subir esta reseña a un DVD de la banda, publicada en Sobras y que debe ser uno de los textos mas indignamente engrupidos que he redactado en mi puta vida.

Originalmente publicado en Sobras, en Mayo del 2002.

Depeche Mode. One Night in Paris

Anton Corbijn no sólo tiene un nombre la raja, sino una carrera que es absolutamente de pelos. Fotógrafo y “videísta”, amigo de los tonos azulados y el blanco y negro, es hoy una verdadera institución en el mundo del rock. Desde Metallica a U-2, desde REM a Nick Cave, pasando por P.J. Harvey, Bjork y Nirvana. La lista de quienes se han arrodillado ante su talento y su forma es larga. Trabajar con Corbijn significa un estatus no sólo de estrella en el mundo del rock, sino de estrella con estilo, de culto. Corbjin no sólo fotografía bien, sino que diseña conceptos que van desde la actitud de una banda en un video y la onda del arte de un disco, hasta la distribución de los integrantes en el escenario. Corbjn ha convertido su lente en una firma tan valida como el sonido.
En fin, de todas las bandas mencionadas, ninguna ha tenido una relación más estable y estrecha como la que existe entre Corbjin y Depeche Mode. Corbijn, educado en el sonido punk, descubrió a DM en 1985 y aunque por entonces eran una banda con sintetizadores bastante plástica, nada más alejado del punk, lo mataron de golpe. Rayó con las letras oscuras y enrolladas de Martin Gore (teclados, guitarras, voces), con el concepto sonoro bruto y maquinal de Alan Wilder (teclados, pianos, secuencias) y la puesta en escena de la banda, a medio camino entre un cabaret gay y una fábrica nazi, gentileza de David Gahan (voz líder), el crooner electrónico Y Corbijn entró a arreglar la cosa, la música estaba ok, pero faltaba algo: sobraba el potencial. Así, desde “Black Celebration” en adelante, Depeche Mode pasó de ser un grupo de tecno pop a una banda inclasificable, más cercana al rock (sobre todo después del impresionante “Songs of Faith and Devotion”) que a pesar de aún coquetear con la electrónica, es hoy tan pesada dentro de su sonido, como puede serlo Nine Inch Nails.
La relación Corbijn-Mode es tan fuerte que el tipo es casi un miembro más de la banda –no sería mala idea subirlo a tocar alguna vez, después de todo ya hacen eso con su contador y amigo Andrew Fletcher (teclados), que como músico es nulo-. Y es de hecho el fotógrafo y no la banda, el responsable de toda la onda oscura y angustiante que ha hecho de DM un grupo que, a pesar su éxito, todavía mantiene ese carácter de culto, esa cosa bajo perfil, que se agradece mucho. Tanto como la devoción que colegas como los Cure, Placebo, Pulp, Radiohead, Moby, Bjork, NiN, Tori Amos, P.J. Harvey, Smashing Pumpkins y una larga lista, tienen por su sonido. La categoría de banda que le gusta a otras bandas, debería ser inaugurada alguna vez. A Martin Gore y David Gahan les iría bastante bien.
Tras rodar casi todos los videos de la banda desde 1986 en adelante y ser responsable de la impresionante gira “Devotional” del 94, la misma que los hizo llenar el velódromo del Nacional en abril de ese año, Corbjin, retornó a lo grande con DM el 2001. De partida fue responsable de todo el concepto gráfico del nuevo disco, “Exciter”, y del tour homónimo que vino después. Y de postre fue el encargado de dirigir y darle forma al DVD que comentamos y que se concentra en una actuación de la banda en París el año pasado. En “A Night in Paris”, Corbjin, concreta una rodaje de lujo, en al que se nota que y por qué DM es su banda fetiche.

En vivo desde Paris.

Play. La banda sube al escenario y parte la fiesta con el rubio Martin Gore, introduciendo con una versión acústica de “Dream On”, mezclada con “Easy Tiger”, instrumental del último disco. Luces rojas y David Gahan, frontman mayúsculo y cara visible de DM, salta al escenario para largar con “The Dead of Night” y “Sweetest Condition”, ambas de la última placa. Puro fuego para canciones más bien planas que en vivo ganan mucho. Gore deja la guitarra y se sitúa tras los teclados, como en los viejos tiempos, para largar una potente versión de “Halo”, temón de 1989, continuado con “Walking In My Shoes”, en la que Martin, regresa a las cuerdas, mezclando y saturando el sonido de su guitarra con un e-bow. Guitarra acústica y duo vocal entre Gahan y Gore para una espléndida versión de “Dream On”, perfectamente pegada con “When The Body Speaks”, preciosa balada incluida en “Exciter”.
Anton Corbjin comienza a cebarse, cuando todo el fondo del stage se convierte en una lánguida sucesión de gotas de agua. Luces bajas y sólo Gahan y Gore en escena, iluminados con cuidado, para la preciosa “Waiting For The Night”, por lejos uno de los highlights de la noche: cajita de música en remezcla tecno. David Gahan sale de escena y deja a Martin Gore en solitario. El guitarrista y segunda voz toma el liderazgo vocal y comienza con una versión acústica de “It Doesn´t Matter Two”, de 1986, alargada luego con “Breathe” del último disco. DM es de las pocas bandas que puede darse ese lujo, el de tener dos vocalistas. Uno que se cree un mezcla entre Presley y Johnny Roten en versión cyberpunk y otro, bueno. Otro que se cree Madonna.
“Freelove” es la encargada de traer de nuevo a Gahan y poner las cosas en orden. La versión en vivo es muy superior a la que aparece en “Exciter” y levanta los ánimos lo suficiente como para arriba durante el clímax de la noche, una versión de casi diez minutos de “Enjoy the Silence” (1989) en la que el público corea cada letra de la canción, estirada por un solo de batería, un jam en guitarra y una improvisada rave a cargo del tecladista invitado. “Enjoy” deja claro que la cosa no va a parar, más aun cuando las distorsiones de guitarra y los golpes secos de batería transforman a los otrora abanderados del tecno-pop en un grupo que flirtea con el metal gracias a la inyectada versión de “I Feel You”, seguida por la atmosférica “In Your Room”, último single de “Song Of Faith….” (1993).
El incomprendido “ULTRA” (1997) tiene la oportunidad de mostrar que es harto más que un trabajo de transición, en las notas de “It´s No Good”, acompañado de un cortometraje de Corbijn, protagonizado por la banda, que es proyectado a lo largo y ancho del escenario. La blasfema potencia de “Personal Jesus”, cierra la primera parte del recital, como solo los buenos saben hacerlo, bien en lo alto.
La banda regresa al escenario, con Martin Gore en su tercera interpretación como solista, la preciosa “Home” (“ULTRA”, 1997), tal vez el mejor tema compuesto por la banda desde 1993. Sutileza, emoción, elegancia y una gran letra. Tras los “retornos a casa”, nuevamente el dúo se sitúa frente al stage, para interpretar la sentida “Condemnation”. Gahan ha dicho que es su canción favorita y vaya que se nota. El vocalista vomita dolor sobre los gritos religiosos de Martin Gore. Aplausos y brazos abiertos, emulando una crucifixión en el escenario. Gore vuelve por segunda vez a los sintetizadores para largar una potenciada versión del clásico “Black Celebration”, maquinal tema del mismo disco, de 1986, acá acompañado de animaciones proyectadas en el fondo. Por lejos el clímax del espectáculo a nivel visual, porque el sonoro, ese viene con la última canción. “Never Let Me Down Again”, en una versión lisérgica, veloz y densa de casi 10 minutos, conectada a la remezcla agromix, incluida en el single original de 1988. Gahan domina al público como quiere, lo hace cantar, bailar, saltar, girar y llorar.

miércoles, septiembre 14, 2005

EL NOMBRE DEL PLANETA ES ARRAKIS

Escribir sobre los gustos de uno es siempre un placer. Por eso, cuando Ediciones Plaza & Janes editó en Chile la primera parte de las precuelas de DUNE, no tarde en pautearlo en la Zona. Y bueno, creo que este artículo, con todos sus defectos, es de las pocas cosas que se han publicado en Chile y le han hecho cierta justicia a una de las mejores sagas de ciencia ficción y fantasía de todos los tiempos.

Este artículo fue publicado en Zona de Contacto, el Viernes 28 de Julio del 2000


Dune: Arenas Movedizas

Dune es la maldita de las grandes sagas fantásticas, y la más maldita de las películas de David Lynch. Pero también es una de las más grandes obras de ciencia ficción de todos los tiempos, y ahora viene de vuelta en forma de libro y miniserie para televisión.
El comienzo es un tiempo muy delicado, decía el pálido rostro de la Princesa Irulán (Virginia Madsen) en la secuencia precréditos de la versión fílmica de Dune (David Lynch, 1984). Y sus palabras no pudieron ser más proféticas, porque este paquidérmico filme no sólo casi acaba con la carrera del posterior realizador de Twin Peaks, sino que estuvo a punto de llevar a la bancarrota a la productora de Dino de Laurentis.
Rechazada por crítica y taquilla, la cinta acabó sus días condenada al no despreciable estatus de película de culto. Pero de paso puso en el oído de todo el mundo el nombre de Dune .
Dune es una saga de seis novelas que relatan la decadencia de un Imperio Galáctico que depende totalmente de la adicción a la Especia Melange, una valiosa sustancia alucinógena. El problema es que ésta se da en un solo planeta en todo el universo: el desértico mundo de Arrakis o Dune. Un lugar dominado por gusanos de casi un kilómetro de largo. En este infierno habitan los Fremen, un pueblo nómade que aguarda la llegada de un Mesías. En forma paralela, dos escuelas melángicas luchan por el control de la Especia: la Bene Gesserit (monjas con poderes síquicos) y los Navegantes (a cuyos miembros la Melange les permite unir el tiempo y el espacio, otorgándoles el monopolio del transporte espacial). Todo obedece a una ancestral disputa familiar entre las casas Atreides y Harkonnen. Así, en las arenas de Arrakis/Dune, Paul Atreides, heredero del ducado de Caladán, es transformado en el mesiánico Muab-Dib, quien desata una guerra santa contra el Imperio.
Escrita por Frank Herbert en 1965, Dune se ganó de inmediato un lugar dentro de las grandes sagas fantásticas del siglo veinte, subgénero que vincula obras como El Señor de los Anillos o incluso Harry Potter. Pero la obra de Herbert no habla ni de hadas, ni de objetos mágicos. Al contrario, se mueve alrededor de una droga tan fuerte, que de su estímulo y dependencia cuelga el destino de un descomunal régimen intergaláctico. Fue precisamente este súper LSD la que hizo a Dune increíblemente popular entre los universitarios y cierta intelectualidad vanguardista (europea, curiosamente) de principios de los setenta. Porque mientras los hippies tenían a Tolkien y sus hadas, los jonkies tenían a las dunas de Arrakis y sus gases capaces de expandir la conciencia y estirar la vida.

El Factor Jodorowsky

En 1975 y con varios millones de dólares gastados solo en preproducción, el chileno Alejandro Jodorowsky fue el primero en embarcarse en el proyecto de llevar la obra de Frank Herbert al cine. Su idea era filmar una ópera espacial llena de reminicencias iniciáticas. En su empresa, el chileno reclutó a figuras como los dibujantes Moebius y Foss y al artista suizo H. R. Giger (Alien). Convocó además a los grupos Tangerine Dream, Magma, Gong y al guitarrista Mike Oldfield, quienes serían dirigidos por Pink Floyd en la creación de una ácida sinfonía. En el reparto figuraban Orson Welles y Salvador Dalí. Para los efectos especiales, recurrió a Dan OBannon, quien con posterioridad trabajó para Alien y Lifeforce. Pero al final, el proyecto terminó hundiéndose en su propia ambición y Jodorowsky se encargó de convertirlo en mito. La supuesta existencia de un storyboard dibujado y pintado por Moebius ha fascinado a los comiqueros por años. Los también supuestos demos de Magma y Gong mezclados por David Gilmour, de Pink Floyd, han hecho lo suyo con los melómanos.Muchos de los bocetos realizados para Dune terminaron plagiados en La Guerra de las Galaxias y en Alien. El trabajo de Giger para este último filme, por ejemplo, corresponde a maquetas realizadas por él mismo para el mundo Harkonnen, relata escuetamente el artista chileno residente en París.
Y aunque las palabras de Jodorowsky transitan a propósito entre la verdad y la leyenda, un ejército de fans se ha encargado de crear discutibles mitos respecto a la carrera del chileno. En 1984 se dijo que Jodorowsky rompió en carcajadas al terminar de ver la versión de David Lynch. Supuestamente, al terminar de ver el film, le quedó más que claro que sólo él era capaz de llevar a la pantalla las palabras de Herbert. Ahora los dardos apuntan al nuevo proyecto fílmico basado en la saga, el que según decenas de websites está robado de los apuntes que Jodorowsky redactó en 1975.
Frank Herberts Dune es el nombre de este proyecto. Coproducida con capitales ingleses, alemanes, italianos, españoles y norteamericanos, esta nueva versión de la saga que se estrena en diciembre toma la forma de una miniserie de seis horas para televisión (en Chile debiera emitirla el canal Hallmark del cable). Filmada en el desierto del Sahara cuenta con William Hurt en el papel del Duque Leto Atreides, único nombre reconocible en el reparto. Lo interesante es que el diseño de producción abandona la estética bizantina y medieval del filme de Lynch y se acerca a una visión que remite al Antiguo Egipto y la época Mesopotámica, casualmente la misma imaginería a partir de la cual Moebius basó sus diseños para el proyecto de Jodorowsky.
Vimos el trabajo de Foss y Moebius para la fallida adaptación del 75 y tomamos ideas de ahí, pero eso es lo único que nos vincula a la Jodorowskys Dune, sostiene por email Mitchell Galin, uno de los cinco productores ejecutivos de la nueva versión. Y es categórico en precisar que lo que están haciendo con John Harrison, director y escritor de la serie, es una adaptación de la novela original, no una revisión de la película de Lynch, y menos aun un oportunista plagio del guión de Jodorowsky. Un asunto que en verdad les interesa aclarar, luego de ver cómo en internet corren rumores de que la producción está inspirada en el maldito trabajo del chileno. Ni siquiera conocemos el guión de Jodorowsky. En este proyecto tomamos la novela y empezamos de cero, enfatiza Galin.
Por su lado, Jodorowsky prefiere generalizar: He sido plagiado tanto en esta carrera (según él, además de La Guerra de las Galaxias, Akira también fue idea suya), que no me extrañaría que lo hayan hecho de nuevo. En mi caso, Dune está en el pasado y hablar mucho de ella es casi jetta, da mala suerte.

La Precuela

La saga novelada de Duna quedó interrumpida tras la sexta parte, Casa Capitular. Y aunque el autor tenía un contrato firmado para publicar un libro titulado Dune 7, su prematura muerte en 1986 dejó trunco el proyecto. Tras el fallecimiento de Frank Herbert, su hijo Brian se abocó a redactar Dreamer of Dune, una extensa biografía del autor.
En 1997, finalizado este trabajo, Brian comenzó a materializar, por encargo, una enciclopedia sobre Dune. Estaba en eso cuando recibió el llamado de un individuo que le entregó las llaves de dos cajas fuertes de un banco de Seattle. En estas cajas, Herbert encontró una serie de manuscritos y notas desordenadas del proyecto Dune 7. Pero no era una secuela de la saga, sino una precuela ordenada en tres libros que relataban lo que sucedió treinta, cien y diez mil años antes del tercer libro.
Con ayuda del escritor y guionista Kevin J. Anderson (Los Archivos Secretos-X), Brian Herbert comenzó a novelar los apuntes de su padre y así, en 1999, fue editado en Estados Unidos Casa Atreides, un volumen de 639 páginas que acaba de ser traducido al español por Plaza & Janés. A este libro le seguirán Casa Harkonnen y finalmente Jihad Butleriano, tal vez la historia más esperada por los fanáticos, ya que por fin se revelará el misterio de este proceso religioso y político que bajo mandato divino prohibió el funcionamiento de inteligencia artificial y de paso redactó la estrica Biblia Católica Naranja.

El Desierto Avanza

Libros: la saga completa de Frank Herbert (Dune, Mesías, Hijos, Dios Emperador, Herejes y Casa Capitular) se encuentra editada en español por Plaza & Janés y Ultramar. Casa Atreides, de Brian Herbert y Kevin J. Anderson, es Plaza & Janés y también esta disponible en Chile.
Comics: el único cómic basado en la novela de Herbert es la adaptación de la película de David Lynch, guionizada por Roy Thomas y dibujada por Bill Sienkewicz, editada por Marvel y traducida al español por Planeta/Forum.
Semejanzas: bastante descarados son los elementos de Dune presentes en la serie La Casta de los Metabarones, del propio Jodorowsky. Menos evidentes son las aproximaciones presentes en la serie de televisión Babylon 5 y en La Guerra de las Galaxias: imperio galácticos, planetas desiertos, escuelas iniciáticas, tecnología orgánica y elegidos mesiánicos.
Música: hay dos ediciones de la banda sonora del filme de Lynch, Dune, original motion soundtrack (1984), con dieciséis temas instrumentales del grupo Toto y uno de Brian Eno y Dune, the Score (1995), con treinta piezas de los mismos Toto. Letras basadas en Dune hay en la canciones To tame a land de Iron Maiden (Piece of mind a last track) y Traveler in time de Blind Guardian (Tales from the twilight world. Además, el músico electrónico Klaus Schulz editó un disco llamado Dune, inspirado en los conceptos de la saga.
Juegos: hay cuatro juegos de estrategia basados en Dune para PC y Macintosh.También un juego de cartas tipo Magic y un RPG (juego de rol). Pero las joyitas son las figuras de acción basadas en la película de David Lynch, los que dado el poco éxito del filme fueron sacados del mercado a las pocas semanas. Ojo, puedes encontrarlas en Franklin

martes, septiembre 13, 2005

CORAZÓN INÉDITO

Esta es una entrevista que le hice a Luis Emilio Guzman, autor de "Corazón Disléxico" y guionista. Se suponía iba a aparecer en URBANIKA, pero la revista no avanzó más allá de un breve vuelo de pruebas. Suele pasar. La encontré entre unas carpetas. Y me dije, por qué no. Así que por qué no.


Luis Emilio Guzmán: Decontruyendo el corazón masculino

“Corazón Disléxico” es el debut como novelista del guionista de “Paraiso B”. Un libro honesto y rápido que vacuna y exorcisa algunos de los demonios más frecuentes en la mente de los treinteañeros.


Aunque Luis Emilio (29) no pretende que Corazón Disléxico sea una novela generacional, su deseo hace rato que se le escapó de las manos. Exactamente en el momento en que su libro salió a la venta y consiguió a su primer lector. Ahí dejó de pertenecerle, pasó a ser de dominio público y a convertirse en el reflejo de un tipo de hombre que parece hacer nata en este país. Porque aunque las revistas de moda llenen páginas con el advenimiento del llamado metrosexual como modelo masculino entre los Sub 30 de clase media alta profesionales, lo cierto es que falta mucho para que reinen los supermachos. Les guste o no a las lectoras de la revista Ya, es cosa de hacer un vuelo de pájaro para notar que los treinteañeros solteros están más llenos de temores que de seguridad. Como Luca Mujica, protagonista del libro de Guzman, prácticamente un anti metrosexual. Un tipo que se rinde ante trancas de todo tipo y que es incapaz de abrirse y mostrar sus sentimientos. De decir incluso, “hey, estoy ok, te quiero mucho”.
¿Vivimos con una sobrepoblación de Lucas Mujicas?
-Me mataste. No sé, pobre Andrés Velasco, le vamos a quitar a las calcetineras. Por el bien de las chicas que leen a Consuelo Aldunate, espero que no. Los Luca Mujica son demasiado looser para las autosuficientes féminas de hoy en día. Más auténticos, pero ¿a quién le interesa eso en estos días? A nadie creo, excepto a alguno que otro escritor.
¿Cómo defines la dislexia cardiaca?
-Es la incapacidad total o parcial para conectar el músculo vital con lo que algunos denominan “sentimientos”. Si, es cursi, pero no se me ocurre explicarlo de otra forma. En palabras simples, es el trauma que algunos vivimos cuando queremos decir “te quiero” pero en realidad decimos “igual siento algo”, o la transmutación que sufre la expresión “no quiero estar más solo” para convertirse en un categórico “mejor piola y sin rollos”.
Corazón Disléxico (Editorial Planeta, 2003. 258 Páginas) cuenta la historia de Lucas Mujica, un fotógrafo de 30 años y sus dos mejores amigos, Esteban y Jorge. Mientras Lucas intenta sobrevivir con el conformismo de andar cagado por la vida, Esteban disfraza en su cinismo toda clase de inseguridades y Jorge sólo trata de ser feliz aunque ello sea mediante la comodidad de vivir aferrado a los fantasmas del pasado. Fantasmas éstos que reaparecen como la excusa que usa Guzmán para largar su historia: una invitación a la reunión de ex compañeros, después de 10 años de salidos del colegio.
“Las fiestas de ex alumnos son una tradición chilena casi tan arraigada como odiar al entrenador de la selección cada vez que los ineptos jugadores pierden”, sostiene el autor. “A la vez, es una prueba de fuego para los que lo pasaron mal en el Colegio, que son muchos. Aunque seas un empresario exitoso, con una familia genial, si fuiste un nerd en el Colegio, lo serás por el resto de tus días para tus compañeros. Onda Carrie, del maestro King.
Y que pasa con el miedo al “como hemos cambiado”…
-Eso es lo más entretenido. Ver cuántos matrimonios se han roto, cómo las guatas han crecido y las tetas han caído. El Colegio es una selva, hay que ser duro para sortearla con éxito. Pero con el tiempo uno se da cuenta que también estabas en un oasis, protegido, estudiando tonteras, pero protegido. Si el Colegio es una selva, la vida es una guerra. Es por eso que cada vez que te juntas con los “ex”, estás en tu medio ambiente, seguro. Esa seguridad es lo que une a los protagonistas de Corazón Disléxico. Entre ellos se cuidan las espaldas, y eso con el tiempo se agradece. Lo que les sucede es que en un momento se dan cuenta que ha llegado la hora de dejar la jungla y correr riesgos. Y claro, algunos salen mal heridos, pero otros salen bastante reconfortados.
¿Crees que el gran tema de tu novela es la amistad?
-Es difícil hablar de temas, y más cuando estoy tan metido en la novela. La amistad es un motor de la historia, ya lo creo, pero también creo veo otras bisagras que aparecen, como la lealtad, la soledad y el amor. Al final, todas se unen. Lo que sí tengo claro es que mis personajes están más perdidos que la cresta. Y a partir de esta premisa, establezco mi relación con la escritura y el cine. Yo hago estas dos cosas para sentirme más acompañado, para buscar identificación y comunicación. Uno lee, va al cine a las 11 de la mañana y se sienta solo en una sala porque, en el fondo, lo que buscamos es saber que lo que sentimos, en cierto momento de nuestras vidas, también le puede suceder a otros, estén en Japón, Texas o Ciudad del Cabo. Ese es el motor de las historias, eso es lo que las hace fascinantes.
“Corazón Disléxico” es una historia muy urbana. ¿Cuál es tu relación con Santiago como autor?
-Para mí es esencial. Tengo claro que grandes autores han inventado sus propias ciudades, pero no es lo mío. No me imagino Conversación en la Catedral en otra ciudad que no sea Lima. Y algo parecido pasa con Corazón... Santiago no puede seguir siendo tratado por los artistas como una ciudad de mierda, fome, sucia y sin atractivo. Para ellos: mejor consíganse una beca con sus profesores de taller y váyanse a París, donde el río es cristalino. Yo me quedo feliz en el paseo Ahumada, en los malls, en los cines Hoyts, en San Diego y Huérfanos, en el barrio Lastarria, en el persa Bío-Bío, en Providencia y viendo a la U un día domingo mientras juega con Rangers.

Guiones y literatura, géneros y escritores

Hace un par de meses la Revista de Libros de El Mercurio definió como “Generación Pantalla” a un nuevo grupo de escritores jóvenes que irrumpían en el negocio editorial chileno. El calificativo fue dado porque la mayoría de estos autores reparte su trabajo entre la literatura y el cine. O lo que es lo mismo entre novelas y guiones. Luis Emilio fue incluido en el paquete, obvio, antes de Corazón Disléxico su firma apareció en el guión de Paraíso B, película de la cual también le pertenece la idea original. Es además responsable de la serie policial Justicia para Todos que debiera estrenar TVN el 2004 y revisó los diálogos de Subterra.
¿Qué te pasa con lo de “Generación Pantalla”?
-Las definiciones son una buena treta de nosotros los periodistas para ahorrarnos pegas y no leer a los autores. Lo único que tenemos en común los supuestos integrantes de la llamada “Generación Pantalla” es que trabajamos con guiones. De hecho, creo que tengo más onda con Manuel Rojas que con Alejandra Costamagna, y me siento más cercano a Skármeta o a Edwards Bello que de los que fueron mencionados en ese artículo de El Mercurio, los cuáles, creo que vienen de una vertiente más Diamela Eltit, mientras yo prefiero a Bridget Jones.
¿Cómo se lleva tu lado guionista con el escritor?
Bien. El uno y el otro han sabido convivir. Los dos trabajan con pasión las historias, y por suerte, no se menosprecian, lo que sería una pena. Para mí, un guión es igual de importante que una novela, aunque los tiempos son otros y el trabajo también. Me encantaría ser como William Goldman, un escritor que escribe guiones, ojalá de sus propios libros. Está claro que el guionista solventa económicamente al novelista, pero no hay problema. Algún día la tortilla se dará vuelta.
“Paraiso B” y “Justicia para Todos” abordan el tema policial. ¿Cómo es tu cuento con el género negro?
-Fuerte. Mucho de lo que soy se lo debo a los autores policiales, en especial a Elmore Leonard. Es tal vez el género con el que más he enganchado. Esto no lo digo yo, sino Ricardo Piglia, pero si lo piensas bien, el detective privado es el único personaje realmente outsider que nos va quedando en la sociedad. Vive fuera de los límites que impone la policía, el matrimonio, los hijos y los trabajos de ocho horas diarias. Esa figura, en especial la retratada por tipos como Hamett y Ed Mcbain, es una volada que me apasiona. Lástima que los detectives de la literatura chilena sean medios mamones, que conversen con los gatos o que se crean el rollo de las prostitutas cariñosas de Valparaíso o Cartagena. Eso me suena a cien años de retraso. Lo que hace Leonard es imponer el género con personajes de carne y hueso, actuales y extremadamente cool, que vienen a ocupar la tradición de tipos como Marlowe o Sam Spade, aunque ya sin ser detectives privados. Y para qué hablar de los diálogos y la estructura. Leonard es mi Biblia.
¿Por qué crees que en Chile hay tan poca literatura de género?
-No soy tan pesimista. Hay algunos intentos. La comunidad del cómic, por ejemplo, nos da sorpresas. Honestamente creo que estamos a punto de presenciar el despegue en cuanto a temáticas y géneros, tanto en la literatura como en el cine. Y los que van a estar a cargo de ese despegue son tipos que han visto demasiadas veces Starky y Hutch, Miami Vice, La Guerra de Las Galaxias y Buffy, además de leer a Bukowski a los 14 años. Lo que salga de esas cabezas va a ser demencial, fresco, medio mágico. Van a caer grandes estandartes, que seguirán sobreviviendo con sus becas, sus fondos del Gobierno y sus cátedras en universidades privadas, pero el cosquilleo del hijo –película, video, libro, cómic, teleserie u obra de teatro- no nos lo va a quitar nadie. Y esa sensación será el premio de consuelo que tendremos mientras nos morimos de hambre.
¿No habrá una mirada despectiva hacia los géneros de parte de los mismos autores?
-No sé. Pero un consejo: hay que preocuparse menos de los escritores y más de los lectores. Los géneros van a seguir existiendo por los siglos y los siglos. Son catedrales a las que siempre podremos asistir. Lo interesante, y que me parece se está viendo en la literatura mundial, es cómo mezclamos los géneros. Qué híbridos podemos sacar de ahí. Los Soldados de Salamina, por ejemplo. Huérfanos en Brooklyn, o lo que hace Chuck Palaniuk. ¿Qué es eso? No sé, pero me gusta. Los Detectives Salvajes, del santo Bolaño, al cuál lo único que le falta es su canonización por los mismos que lo odiaban. Por ahí va la mano, me parece.
¿Cuáles son los autores y los libros que te interesan?
-Me carga hacer esto, porque después me doy cuenta que se me fue uno vital. Pero acá vamos, en orden: Auster, Bukoswki, Carver, Cheever, Fitzgerald, Fuguet, Hamett, Elmore Leonard, Richard Price, Martín Rejtman y, por supuesto, todo Vargas Llosa. Con eso hay para entretenerse un rato. ¿Mi libro favorito? Conversación en la Catedral.
Y Nick Hornby. ¿Te compararon con él?
Hornby me interesa, aunque más en su estilo, temas y onda más me raya John Fante, aunque el pobre esté muerto. Y lo de las comparaciones, bueno, es una treta editorial que yo acepto. Además no me molesta, Hornby me gusta. Además comparto con él la pasión por el fútbol. Lo malo es que él sea del Arsenal y yo de la U. Lástima por él.
¿Qué estas leyendo ahora?
-Richard Ford. Volví a él después de años, como hijo perdido después de un carrete con gusto amargo. Siempre tengo algo de Poe para acordarme que se puede ser brillante, entretenido y visionario a la vez. El último de Auster, El Libro de las Ilusiones me gustó mucho, fue como reencontrarse con un viejo amigo que estaba perdido en la zona oscura. También estoy leyendo uno de entrevistas de Cameron Crowe al gran Billy Wilder.
A propósito de Crowe y Wilder, ¿cómo es tu cuento con el cine?
-En palabras simples, soy más amigo de Woody Allen que de Cervantes, más cercano a Scorsese que Borges, tengo más onda con Sofía Coppola que con Gunter Grass. Como dijo un amigo, hay demasiado ADN cinematográfico en mis venas, para bien o para mal. Lo que no quiere decir que no lea. Leo, pero desde que tengo memoria voy al cine. Además, no es casualidad que mis autores favoritos, Fitzgerald o Fante, por ejemplo, hayan coqueteado con el cine y su industria, aunque ésta los haya liquidado.
¿Y con la música? ¿Cómo sería el soundtrack de “Corazón Disléxico”?
-Muy disléxico. Mucho Frank Sinatra y demasiado Springsteen. Cuando me relajaba escuchaba a Calamaro, antes de que se volviera loco. Un poco de Zepellin, Lennon, Stones y Fito Páez, en especial cuando iba en el auto a dejar los manuscritos. Además, música de pelis, como la de Buenos Muchachos, Casino y Moonlight Mile, una joya.

lunes, septiembre 12, 2005

¿QUIEN VIGILA A LOS VIGILANTES? (3ª Parte)

Tercera parte del reportaje sobre WATCHMEN que publiqué en Sobras. Ok, para los no familiarizados con las novelas gráficas, puede ser una lata. Para mi no.

Ciudadano Moore

En 1985, Alan Moore arrastraba una reputación envidiable en el mundo de los guionistas de cómics. Vinculado a una narrativa más relacionada con la literatura de William Burroughs y a toda la escuela paranoica gringa -post beatnik- representada por gente como Phillip K. Dick y Kurt Vonnegut, que al simple mundo de la escritura de historietas. Moore estaba definitivamente más cerca de estos autores, que de nombres como Stan Lee o Chris Claremont, por nombrar un par de los guionistas más reconocidos de la industria norteamericana, lo suyo era literatura con imágenes, no dibujos con diálogos. Así lo había dejado claro con "MIRACLEMAN" y "V DE VENDETTA", dos piezas exquisitas publicadas en su Inglaterra natal, lo mismo que en "THE SWAMP THING", un olvidado personaje-título de DC Comics, que gracias a Moore se convertiría en la primera serie de cómic regular publicada por una editorial comercial, destinada a un público adulto. Tramas complejas, horror sobrenatural y citas literales a autores como Jorge Luis Borges e incluso a nuestro José Donoso (en la saga "American Gothic"), hicieron de Moore un punto aparte en la industria historietística norteamericana de mediado de los 80s. En esos años, Moore quería regresar a los superhéroes, pero no de la manera tradicional en que se desarrollaban las historias de este género, sino de una forma totalmente distinta, desde un punto tan real que el resultado fuera enfermizo. Moore comenzó a esbozar su proyecto con una serie de preguntas, respuestas y certezas. Preguntas como ¿cuál era el fin último de los superhéroes? Respuestas como: traer la paz mundial, aunque con ello se sacrificaran muchas cosas, vidas incluidas. Certezas como que el gran leit-motiv de los superhéroes era el concepto de poder y de como los personajes de este género no eran más que seres comunes y corrientes con el pero de tener que lidiar con algo que no todo el mundo tiene: poder. Moore empezó a esbozar su proyecto, con la intención de sacar a los superhéroes de su mundo de dos dimensiones y ubicarlos en el mundo real, explorar sus origines y motivaciones, ver conceptos como fetichismo, fascismo y sexualidad aplicada al hecho de vestir un traje de colores y dedicarse a algo tan abstracto como hacer justicia. Según la tesis de Moore, de ser reales, los superhéroes podrían haber ganado la guerra de Vietnam. Los superhéroes serían un peligro porque atraerían supervillanos. Los superhéroes serían fetichistas y usarían sus trajes para excitarse. Los superhéroes no serían más que un grupo de vanidosos que disfrazaban en sus supuestos ideales, falencias tan humanas como la impotencia sexual. En 1985, los superhéroes estaban a punto de protagonizar la última historia del género, ese al menos era el plan de Alan Moore. Así que redactó el proyecto, en el cual planteó el uso de unos viejos personajes comprados por DC a principios de los 70s a la editorial Charlton Comics. De acuerdo a su punteo original, aun sin nombre, el CAPITAN ATOM sería el arma atómica más importante de Estados Unidos, al servicio de un perenne Presidente Nixon; PEACEMAKER, una especie de Capitán América, suerte de asesino oficial del gobierno; PETER CANNON (THUNDERBOLT) aparecería como el hombre mas inteligente del mundo, responsable de todo el hilo central de la trama; QUESTION dejaría de ser una copia detectivesca de Batman, para convertirse en un demente acabado y ultra violento; NIGHTSHADE viviría presa de sus traumas de infancia, la presencia autoritaria de su madre, vieja justiciera de los 40s. y la pesadilla de ser concubina de una bomba atómica andante. El círculo se cerraba con BLUE BEETLE, un millonario inventor, gordo, solo y acompañado de una especie de "baticueva" que le revive fantasmas de todo tipo. La historia era una trama cerrada, desarrollada a modo de cuento policial y misterioso, gatillado a partir del asesinato de PEACEMAKER y de la investigación que QUESTION hace del caso, revelando en su desarrollo la acción de los otros personajes y el hecho de que estamos en un mundo, donde los superhéroes son reales, o lo han sido al menos, desde 1938. Todo parecía perfecto. DC se calentó con la idea y Alan Moore se puso a trabajar con el dibujante inglés Dave Gibbons en el desarrollo del proyecto, que pasó a llamarse "NOBODY HEROES", en la forma de una miniserie de 12 números de 32 páginas cada uno. Ojo, sobre este nombre, nadie involucrado directamente en el proyecto lo ha confirmado o negado, pero es un rumor bastante bien infundado. Pero entonces sucedió el cagaso. El "DC-cagaso" que casi manda todo a la chucha. Dick Giordano, coordinador editorial de DC Comics estaba trabajando (junto a George Perez y Marv Wolfman), en una maxiserie que iba a cambiar la historia del universo DC para siempre. Se llamaba "CRISIS ON INFINITE EARTHS" y en ella participarían todos los personajes de la editorial, ya que los resultados de "CRISIS" afectarían directamente el futuro de las series regulares y limitadas de estos. Según Giordano, en "CRISIS" los "caracteres" de Charlton Comics tendrían papeles de vital importancia (al final no fue así) y además, a mediano plazo, la editorial tenía planes concretos para tres de éstos: CAPITAN ATOM, QUESTION y BLUE BEETLE. Entonces, permitirle a Moore usarlos en un proyecto tan radical como "NOBODY HEROES" podría llegar a ser un suicidio comercial. Así que le cortaron las alas al inglés. Al final QUESTION tuvo serie propia, al igual que el CAPITAN ATOM y BLUE BEETLE, quienes sin embargo gozaron de mejor suerte como parte de las formaciones ochenteras de la Liga de la Justicia. Como dato curioso, Mark Waid y Alex Ross homenajearon al proyecto "NOBODY HEROES" en "KINGDOM COME" a través del Justice Batallion, integrado por los "Charlton", y responsables de la destrucción de Kansas en el primer número de esta miniserie de 1996.

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sábado, septiembre 10, 2005

WOODY ALLEN ES BUENO HASTA CUANDO ES MALO

Me decía hace poco un amigo. Opinión que comparto en parte. Si bien soy seguidor del viejo chico, para mi su edad de oro se acaba con "Crimenes y Pecados". Desde ahi sólo flota. Ok, flota muy bien, pero sin comparación a su golden age. En fin. Cuando en cines esta MELINDA Y MELINDA, acá publico la reseña que le hice a su anterior estreno durante mis días Wiken.

Esta columna fue publicada el viernes 15 de Octubre del 2004 en WIKEN, de El Mercurio.

Anything Else

Hay directores que por encima de todo son un género, Woody Allen además es un estilo, una forma de hacer y contar las cosas. Sólo así se explica que algunas de las mejores películas de Allen de los últimos años ni siquiera hayan tenido su firma: “Alta Fidelidad” (Stephen Frears, 2000), “Besando a Jessica Stein” (Charles Herman-Wurmfeld, 2001), la serie de televisión “En la mente del hombre casado” e incluso algunos capítulos de “Friends”, “Sex and the City” y “Seinfeld” por mencionar algunas de las más relevantes.
Hay en la forma Allen un modo de tratar a los personajes, de querer su entorno (Nueva York, Park Avenue como el “heartland” de la comunidad judía intelectual, el puente de Queensboro, etc) que hace que cada detalle de sus películas se vea endemoniadamente bien: ojo con la escena de la disquería en “Anything Else”. Y esto es clave para entender su filmografía. Puede que uno no enganche con alguna de sus historias, pero feliz viviría dentro de su universo. Es muy probable que un departamento neoyorquino de un aprendiz de guionista/humorista (como el personaje de Jason Biggs en “Anything Else) no tenga un ápice de la onda que la cámara de Allen le da, pero qué importa, en las reglas de su mundo si no te dan ganas de vivir, crecer y amar ahí dentro, todo esta perdido. Alguien por ahí decía que esa obsesión de Allen por los lugares tenía más que ver con una revista de decoración que con cine. Todo lo contrario, lo que el director ha hecho a lo largo de su carrera es simplemente aprovecharse de la arquitectura para hacer buen cine. El realizador de “Manhattan” es una autor de lugares, de espacios y en ese punto nadie le gana.
“Anything Else” quizás sea la película Allen más personal desde “Maridos y Esposas” (1992), por lo mismo el paralelo que se puede hacer entre ella y “Annie Hall” (1977), uno de sus momentos canónicos, no tiene nada de gratuito. Dovel (Woody Allen) no es más que un Alvy Singer, su personaje en “Annie Hall”, veintitantos años después. Jerry (Jason Biggs), también pero en una versión más joven. Agregar el paralelo entre los personajes de Cristina Ricci y Diane Keaton es pecar de evidente. Y al igual que ese filme, la historia de “Anything Else” no es más que una anécdota en muy buena forma. Jerry (Biggs) tiene un gran futuro como guionista de comedias y una bella novia, hasta que se enamora de Amanda (Ricci) una histérica y manipuladora estudiante de teatro. Eso, sumado a la experiencia de conocer a Dovel (Allen) un veterano colega suyo, que se convierte en mentor de su vida, detonan los poco más de cien minutos de metraje.
Como la buena película macho y misógena que es, “Anything Else” se arma como relato sobre los temas que han obsesionado a Allen desde que se descubrió como hombre masculino y hombre feo. El miedo al fracaso, la incapacidad de tomar decisiones, la necesidad de ser querido, de tener un maestro, el fantasma de las madres y sobre todo el gran dilema de enamorarse de la persona equivocada. Jerry (Biggs) se pasa la película entera sabiendo que Amanda (Ricci) no lo quiere, al menos no como él espera y en vez de llorar, prefiere aceptarlo como parte de su destino. El personaje es pasivo, conformista y con tal de no dejar que su amada lo deje, baja el moño ante humillaciones, traiciones y el absoluto desprecio amoroso. Como le dice Dove sentado en una banca del Central Park, es el precio de estar con alguien hermoso, costo que Jerry no tiene problemas en pagar. Metáfora que se extrapola al lugar de todos los personajes de la película en el mundo. Viven en una ciudad cara, un universo exigente y competitivo. La pasan mal, pero no importa, es un precio justo que no tienen drama en cancelar.
“Anything Else” es personal, lesa, divertida y llena de algunas de las mejores frases Allenescas. Nueva York se ve mejor que nunca y Jason Biggs brilla en el mejor rol de su carrera. Quizás ese look a comedia adolescente con olor a chicle puede provocar suspicacias entre lo más puristas, pero es apenas el disfraz. El corazón de la película es grande, querendón, achacante como un solo de jazz y lleno de buenas intenciones y sentimientos, por lo mismo se le perdonan un par de momentos derechamente innecesarios que está de más mencionar. Es el mismo Allen de hace un par de décadas, con más arrugas claro y con un comediante joven cubriéndolo en el rol del tonto enamorado de la más letal de las chicas lindas. Muy buena.

viernes, septiembre 09, 2005

PELAMBRES LITERARIOS

Alvaro Bisama me contaba hace unos minutos que no hay peor mundo que el mundillo literario. Escritores y críticos, egos y egos. La velocidad de las cosas. Por eso decidi postear esta vieja columna, alguna vez subida en Urbanika.

La columna fue publicada originalmente en la sección libros de la extinta revista URBANIKA en su número de agosto del 2004.

Otras voces, otras historias

Leo en Las Ultimas Noticias y Capital, como Alejandro Zambra y Juan Manuel Vial destrozan “Barrio Alto”, la novela de Hernán Rodríguez Matte. Los modos son distintos, las palabras más o menos las mismas. Mala novela, lugares comunes, vocación de columnista de la Zona de Contacto y un largo etcétera. Leí “Barrio Alto, lo hice en poco menos de cuatro horas y aunque estoy de acuerdo en que se trata de una obra fallida, para nada pienso que se trate de una mala novela. Creo que el real problema del libro va por otra parte y que tiene que ver tanto con el tipo de novela que es “Barrio Alto”, como con la opción de voz narrativa que escogió Hernán Rodríguez Matte para contarme su cuento.
Hace poco estuve en una charla de escritores donde el gran tema de discusión era el dilema de la voz y la historia, fuerzas complementarias u opuestas. Una mitad defendía que lo que marcaba una real diferencia entre un autor del montón y uno de calidad era la fuerza de su voz narrativa. La otra, que lo más relevante era el contar una historia y que lo de la voz era un problema solucionable con un buen editor. Que el gran legado del boom latinoamericano era haber recuperado la esencia de contar por contar, ausente en cuanto movimiento narrativo posmoderno vino de Europa en la primera mitad del siglo XX. Y es precisamente la corriente defensora de la historia la que impera hoy en día, sólo es cosa de apreciar la inclinación crítica hacia libros que hace un par de años hubieran sido desechados por light. Y no estoy hablando del fenómeno “Codigo Da Vinci” (que también fue saludado favorablemente por la crítica) sino de “Crímenes Imperceptibles” de Guillermo Martínez (Premio Planeta Argentina), “Sombras del Viento”, de Carlos Ruiz Safón y “El Club Dante” de Matthew Pearl, tres novelas que han sabido aprovechar la estructura del mal llamado best seller para seducir tanto a público como a la crítica.
A nivel artístico, los noventa fueron una etapa introspectiva en todo sentido. Desde las letras de Nirvana, pasando por el cine de Linklater y terminando en la literatura de gente como Ray Loriga en España y Alberto Fuguet en nuestro país. La voz interna, coherente consigo misma es lo que valía. Es cosa de recordar “Héroes” de Loriga, un libro premiado y celebrado por la crítica en su momento, pero que a la larga no trataba de nada, salvo las reflexiones de su autobiográfico protagonista, pura voz narrativa. Diez años después, “Héroes” es un libro que no tendría cabida en lo que hoy buscan lectores y literatos
Y Hernán Rodríguez Matte, como Loriga es un autor de voz. Su identidad narrativa fluye de manera envidiable. No redacta, vomita palabras. Es creíble, se lee rápido, hay educación oral en su manera de estructurar diálogos y párrafos. Pasta le sobra, pero también anacronismo. “Barrio Alto” es una novela que se percibe vieja, a pesar de que trata de jóvenes, tardía. Un libro que en 1995 hubiera sido un perfecto heredero para “Mala Onda”, al que se le hubieran perdonado sus vicios formales y celebrado su desganada chispa. Pero Hernán Rodríguez llegó una década tarde a la repartija de simpatías literarias. Se ha dicho que la frialdad con la que “Barrio Alto” ha sido asaltada tiene que ver con una actitud prejuiciosa del establishment literario hacia la generación (o lo que sea) que representa Hernán Rodríguez Matte, un grupo de periodistas y narradores jóvenes salidos de la Zona de Contacto de El Mercurio, en la cual también yo mismo me eduqué. Prefiero no ser mal pensado y creer que simplemente se trata de un problema de frutos añejos. “Barrio Alto” es una novela de voz en una época en que prima la novela de historias. Y ese no es pecado del autor, sino de la actual forma de las cosas.

jueves, septiembre 08, 2005

REGRESO AL ESTADIO

El año pasado, la aparición de "Permisson to Land" de The Darkness me permitió dos placeres. Escribir sobre una de mis pasiones. El rock de estadios, gigante e incombustible y debutar con una breve colaboración en la revista Picnic. Fue lo único que hice para ellos, pero me quedé con el disco.

Esta nota apareció en el número de abril del 2004 de PICNIC


A propósito de The Darkness

No estaba muerto, sólo salió a darse una vuelta por la galaxia. El rock épico, el sacudón de estadios, el santo grial de bandas como Queen, Led Zeppelin, Journey y Styx está de vuelta. Rehecho con humor y estilo en un moderno Frankenstein llamado The Darkness, los nuevos niños mimados del rock británico. Ni idea si es verdad que estamos ante la nueva esperanza de la música inglesa, pero vaya que suenan bien. Porque antes que nada, “Permission to Land”, carta de presentación de este cuarteto de heavy metal melódico y glamoroso es simplemente un gran trabajo.
“Black Shuk” es el enérgico embiste con el que baja la bandera de partida del disco. En sus cuatro minutos, el bajo de Frankie Poullain y la batería de Ed Graham parecen hacer de Aerosmith y AC/DC una sola ecuación, apoyada en los agudos vocales de Justin Hawkins, detalle que será el sello de los restantes 50 minutos de la placa. Diferente es el clasicismo metálico de la segunda pista, “Get Your Hands off my Woman” que gracias a la Gibson Les Paul de asalto de Dan Hawkins (hermano del vocalista) bordea el manierismo progresivo de bandas como Focus y Camel y en cuya letra Justin nos advierte con cursilería que “quitemos nuestras manos de su mujer”. Y no deja de ser divertida esa mezcla entre batalla metalera y letra romanticona boba, alquimia que no se veía desde el Queen de la época “Jazz-Hot Space”. Es este tema, junto al primer single –y cuarto corte- “I Believe in a Thing Called Love” (otra cita a Queen) los que forman la columna vertebral del primer largo de The Darkness.
Con todas sus virtudes “Permision to Land” es ante todo un disco divertido, que si bien abusa de las citas y referencias, no es menos verdad que logra hacer del pastiche resultante un producto con personalidad propia. El disco no es un Van Halen versión 2003, sino un The Darkness debutando en sociedad de un modo no deja indiferente a nadie. Que homenajea a sus héroes y se planta en seco con un par de temas destinados a estar en la obligada antología sonora del 2003-2004. Correcto, no todo son flores y “Permission to Land” cojea –y no poco- en algunos track como “Givin Up” y “Friday Night”, que parecen ser segundas partes o codas estiradas de cortes previos del mismo disco, pero que no empañan la forma del conjunto completo.
Ojo con la polifonía vocal a lo Electric Light Orchestra de “Love is Only a Felling” y el estadio lleno con que todo cierra en “Holding My Own”, el tema más épico que nos ha regalado el rock en el último par de años. Un himno que se ríe de los clichés de Journey, Meat Loaf e incluso Led Zeppelin pero que nos obliga a corear encendiendo antorchas porque el mundo se va a acabar mañana. Si The Darkness debutó de esta forma, queremos y saber ya como vendrá la siguiente receta de los hermanos Hawkins y asociados.