EL CÓDIGO CENICIENTA
Aparecido en Cultura, de La Tercera. Sábado 24, 2007
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“Pasión India”
EL CÓDIGO CENICIENTA
Entre tantos Códigos, descendiente de María Magdalena y catedrales cerca del mar, la novela de Javier Moro, mezcla exquisita entre romance e historia, ha sabido ganar un justo lugar como una de las novelas más leídas y vendidas de los últimos meses.
Pasión India, de Javier Moro, no sólo se ha convertido en uno de los libros que mas ruido han hecho sin hacerlo, sino en una excusa más que necesaria para hablar de la actual forma del best seller y del papel que escritores, lectores y editores juegan en este campo de batalla. Ese delicado límite que separa (si es que lo hace) a la literatura seria de la literatura de supermercado. Porque si el lector promedio esta comprando y leyendo novelas como Pasión India, debe ser por algo. Elvis decía que un millón de personas no podían estar tan equivocadas, acá son varios miles menos, pero el dilema es el mismo.
Entre los muchos coletazos que ha dado el éxito de El Código da Vinci, quizás el más cuestionable (y también) el más obvio, fue la carrera editorial por replicar el éxito de Dan Brown. El 2003 fue el año en que los editores, casi por unanimidad, decidieron que el futuro estaba en el thriller histórico. Hace una semana, nuestra única, grande y “ajena” Isabel Allende agregó su cucharada a la cazuela, asegurando que los vientos literarios imperantes iban hacia ese lado de la cancha, el uso de la novela para tratar grandes misterios de la humanidad, todo contado con un lenguaje rápido, con mucha acción y una idea narrativa más cercana a Lost o a 24 que a lo que se entiende por novela artística. Y está bien que así suceda. El best seller tiene que existir para darle movimiento a la industria editorial; siempre ha sido así, no olvidemos que Alejandro Dumas y Charles Dickens escribían prosa comercial, que el folletín era la forma del “pagar por episodio”.
Y en esta pista, el baile nos traslada a España, donde hace rato hay voces haciendo harto más que ruido. El éxito de La Catedral del Mar, de Ildefonso Falconés de la Sierra ha sabido replicarse desde la madre patria a librerías locales. Javier Sierra, el “Dan Brown hispano”, aun no es muy conocido por estos lados, pero su Cena Secreta tiene una fiel camada de seguidores. Y entre ellos aparece Javier Moro con La Pasión India, novela que sin el apoyo y el ruido mediático de Falconés de la Sierra se las ha ingeniado para asomarse en las listas de los más vendidos tanto al otro lado del mundo, como en este punto final de la geografía. No es gratis que Penélope Cruz haya comprado los derechos fílmicos del best seller de Moro, la novela está escrita en imágenes, pensada para golear. Moro toma los elementos del thriller histórico pero cambia lo de thriller por romance, obteniendo en el cóctel un delicioso pastiche de novela rosa con locaciones exóticas y misterios culturales.
Basada en la historia real de Anita Delgado, española que a los 17 años desposó al maharajá Kapurthala en la India, la historia es contada desde la perspectiva de un moderno cuento de hadas. Y ahí esta el gran aporte de su autor. Moró entendió que la literatura es también un negocio y supo en qué aguas navegar. El relato de Anita Delgado era tan poderoso, que contarlo desde una mirada testimonial o periodística habría sido equivalente a matarlo, así que optó por novelizarlo. Pasión India es una historia de princesas y reyes enamorados, una romance de titanes en tiempos de “thrillers”. Nada tan descabellado, después de todo Cenicienta fue superventas mucho antes que El Código da Vinci.
Entre los muchos coletazos que ha dado el éxito de El Código da Vinci, quizás el más cuestionable (y también) el más obvio, fue la carrera editorial por replicar el éxito de Dan Brown. El 2003 fue el año en que los editores, casi por unanimidad, decidieron que el futuro estaba en el thriller histórico. Hace una semana, nuestra única, grande y “ajena” Isabel Allende agregó su cucharada a la cazuela, asegurando que los vientos literarios imperantes iban hacia ese lado de la cancha, el uso de la novela para tratar grandes misterios de la humanidad, todo contado con un lenguaje rápido, con mucha acción y una idea narrativa más cercana a Lost o a 24 que a lo que se entiende por novela artística. Y está bien que así suceda. El best seller tiene que existir para darle movimiento a la industria editorial; siempre ha sido así, no olvidemos que Alejandro Dumas y Charles Dickens escribían prosa comercial, que el folletín era la forma del “pagar por episodio”.
Y en esta pista, el baile nos traslada a España, donde hace rato hay voces haciendo harto más que ruido. El éxito de La Catedral del Mar, de Ildefonso Falconés de la Sierra ha sabido replicarse desde la madre patria a librerías locales. Javier Sierra, el “Dan Brown hispano”, aun no es muy conocido por estos lados, pero su Cena Secreta tiene una fiel camada de seguidores. Y entre ellos aparece Javier Moro con La Pasión India, novela que sin el apoyo y el ruido mediático de Falconés de la Sierra se las ha ingeniado para asomarse en las listas de los más vendidos tanto al otro lado del mundo, como en este punto final de la geografía. No es gratis que Penélope Cruz haya comprado los derechos fílmicos del best seller de Moro, la novela está escrita en imágenes, pensada para golear. Moro toma los elementos del thriller histórico pero cambia lo de thriller por romance, obteniendo en el cóctel un delicioso pastiche de novela rosa con locaciones exóticas y misterios culturales.
Basada en la historia real de Anita Delgado, española que a los 17 años desposó al maharajá Kapurthala en la India, la historia es contada desde la perspectiva de un moderno cuento de hadas. Y ahí esta el gran aporte de su autor. Moró entendió que la literatura es también un negocio y supo en qué aguas navegar. El relato de Anita Delgado era tan poderoso, que contarlo desde una mirada testimonial o periodística habría sido equivalente a matarlo, así que optó por novelizarlo. Pasión India es una historia de princesas y reyes enamorados, una romance de titanes en tiempos de “thrillers”. Nada tan descabellado, después de todo Cenicienta fue superventas mucho antes que El Código da Vinci.
Etiquetas: Artículos propios, Libros
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