LAS CRONICAS DE PRYDAIN

Buceando en interne, acabo de enterarme de que en mayo pasado murió Lloyd Alexander, escritor de fantasía norteamericano, autor de Las Crónicas de Prydain, una serie de 5 novelas de corte infantil-juvenil que "recuenta" una serie de mitos celtas de Gales. De hecho el nombre de Prydain es una de las formas en que se conoció Gales en épocas cada vez más oscuras. Las Crónicas son medianamente conocidas gracias a la película de Disney El Caldero Mágico, que resume y recorta de un modo insolente los dos primeros libros de la saga: El Libro de los Tres y El Caldero Negro.
Yo leí las tres primeras novelas hace mucho tiempo, antes incluso de leer El Señor de los Anillos y Las Crónicas de Narnia. Me los prestó Edson Landeros, un compañero de colegio, fanático de la espada y la brujería, ¿que será de Edson? En fin. Los libros eran editados en castellano por Martinez Roca, en unas ediciones amarillas con ilustraciones en portada, pero la colección quedó interrumpida. Sé que en España, Alfaguara editó los 5 libros y que en Amazon es fácil conseguir las versiones en inglés, lástima que el tomo recopilatorio ya no esté disponible.
Los cinco libros de Las Crónicas de Prydain (El Libro de los Tres, El Caldero Negro, El Castillo de Llyr, Taran el Porquerizo y El Alto Rey) narran la historia de Taran, un cuidador de puercos adoptado por un mago y Eilonwy, una joven princesa y hechicera, heredera del reino de Prydain. Hasta ahí el mundo es de colores. El problema es que en Annuvin, una tierra tras las montañas (como Mordor) el malvado Arawn, señor de la oscuridad, desea apoderarse de Prydain y para ello envía a sus tropas de muertos vivos al mando del Rey Encornado, su espectral campeón guerrero, un zombie con cuernos de ciervo (la relación entre ambos es muy parecida a la de Sauron con el Rey Brujo de Angmar). Y claro, tanto Arawn como el Rey Encornado muestran una especial atención por Taran, ya que este muchacho, sin saberlo, está destinado a sentarse en el alto trono sobre las tierras de Prydain y Annuvin.
A primeras vista tiene muchos elementos comunes con El Señor de los Anillos. Como dato, el primer libro es de 1968, fecha en que Tolkien la reventaba en las universidades gringas, ante lo cual la mirada de sospecha se justifica, pero Las Crónicas tienen un humor y una inocencia encantadora de la que carece Tolkien, concentrada sobre todo en la tensión sexual adolescente entre Taran y Eilonwy, que es casi un Aragorn-Arwen en clave comedia romántica juvenil. Como sea, es una saga más que recomendable para los viudos de Tolkien y Harry Potter y una historia a la cual le llora una buena adaptación al cine, aunque nuevamente fuera en dibujos animados.