FORTEGAVERSO: CHILE EN EL SIGLO XX (3 PARTE)

sábado, marzo 07, 2009

CHILE EN EL SIGLO XX (3 PARTE)


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La edad de oro
1941 – 1950

AUNQUE LO MAS probable es que haya habido uno o varios antes, el primer superhéroe chileno del cual existen reportes oficiales, fue El Sereno. Como muchos han de recordar, este curioso individuo debutó en junio de 1941, en el barrio de Estación Mapocho de la ciudad de Santiago. Y a lo largo de casi una década se dedicó a limpiar el sector de maleantes y criminales, la mayoría de muy baja monta. Como resulta bastante obvio, El Sereno se inspiraba en un personaje típico de la colonia chilena, guardianes nocturnos del siglo XVIII, que recorrían las calles gritando: “las nueve han dado y sereno” y que son considerados como los primeros policías uniformados de la historia nacional, al menos de acuerdo a los anales de Carabineros de Chile. Pero claro, la versión del primer año de la década del 40 era muy distinta de aquella. El Sereno usaba una máscara y una capa negra, sobre un traje rojo oscuro y llevaba una enorme linterna de gas de ferrocarriles colgada de un báculo. Y aunque éste objeto no tenía ninguna facultad increíble, o poderes mágicos, sirvió para darle al campeón su identidad y personalidad; como el mismo Sereno lo declaraba en sus recados a la policía: la de ser el portador de la luz santiaguina. Del resto, se encargaban sus puños, un juego de bastones de pelea y Lucero, un fiel y bravo pastor alemán que lo acompañó en sus primeras correrías. Y que paradójicamente fue el primero de estos peculiares personajes en caer bajo las balas del crimen. El Sereno y Lucero iniciaron esta historia. Pero antes de continuar y para entender mejor estos procesos, se hace vital revisar como eran las cosas en aquellos particulares años.
De acuerdo a Historia del siglo XX Chileno , los radicales gobernaron Chile entre 1939 y 1952, al frente de diversas combinaciones políticas en las cuales, según la circunstancia, concurrieron representantes de todo el espectro gobernante. A esta coalición se le llamó Frente Popular. A fines de diciembre de 1938, Pedro Aguirre Cerda se instaló en La Moneda. Los comunistas, aunque parte del Frente Popular, declinaron aceptar cargos ministeriales en la nueva administración. En estricto rigor, el Frente tuvo corta vida, disolviéndose en 1941 por efecto de las disputas entre socialistas y comunistas, enemistados por asuntos que involucraban cuestiones internas y consideraciones de política internacional. A fines de ese año, el Presidente Aguirre Cerda falleció víctima de la tuberculosis en un evento que sacudió los delicados cimientos de la estructura política chilena. Hubo que llamar a elecciones anticipadas. En éstas triunfó Juan Antonio Ríos, apoyado por sus socios de antaño, socialistas y comunistas, además de la fracción alessandrista del Partido Liberal, que se negó a votar por Carlos Ibáñez del Campo, ahora transformado en candidato de las derechas. El aporte liberal al triunfo de Ríos fue decisivo. El Presidente, consciente de ello, nombró ministros de esas filas en carteras claves, por ejemplo, a Arturo Matte, yerno de Alessandri, en Hacienda. De este modo, a partir de 1942 se aprecia que la combinación de gobierno se va inclinando paulatinamente hacia la derecha, incorporando a los liberales. Las dificultades de Ríos con los dirigentes políticos, especialmente de su propio partido, implicaron una intensa rotativa ministerial –no era raro que algunos gabinetes duraran sólo 3 o 4 meses–, y lo llevaron a nombrar oficiales de las Fuerzas Armadas en el gabinete, como fue el caso del vicealmirante Julio Allard, designado ministro del Interior, y de un general del Ejército, asignado a Defensa, a mediados de 1943.
A inicios de la década de los 40, los uniformados estaban en La Moneda, aunque con el rol de subordinados del poder presidencial. En medio de este estado de confusión política y social, no fue raro que aparecieran los superhéroes. Daniel Lobos, historiador y autor de 30/50, Veinte años de soledad , uno de los primeros ensayos que trató el tema de la vinculación entre los gobiernos radicales y la aparición de los superhéroes, es taxativo al indicar que un proceso, en el que escasearon las autoridades fuertes, resultó propició para la manifestación de instancias en que los individuos buscaron hacer justicia por sus propias manos. Y aunque esta teoría parece fácil de probar, tiene a varios contrarios, como lo que opina el sociólogo Hans Hanner, de la Universidad de Chile, quien al ser consultado por los autores de este texto, negó cualquier vinculación entre el surgimiento de vigilantes enmascarados y crisis socio políticas. “si se acepta la hipótesis, a mi juicio errada de Lobos, ésta resultaría contraria a lo ocurrido en el gobierno de Pinochet, en la cual los disfrazados, como prefiero llamarlos, no sólo fueron numerosos, sino que tuvieron la más activa participación en los procesos nacionales que recuerde nuestra historia. Creo que el origen de estos personajes es más sencillo de lo que aparenta. Es cosa de revisar el año en que debutó El Sereno, 1941, exactamente cuatro años después de que Superman, el primer superhéroe dibujado apareció en las revistas de historietas. Y creo que todos estamos familiarizados con la forma en que influyó este personaje en el surgimiento de “enmascarados urbanos” en el mundo real. En 1941, en la ciudad de Nueva York, ya operaba de forma activa un grupo de sujetos similares a los nuestros, bajo el nombre de Minuteman. El fenómeno no tardó en replicarse en otras capitales del planeta y de rebote llegó a Chile. Nuestros superhéroes no tienen ninguna relación política con su origen, se trató simplemente de la repetición de un modelo importado”.

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