SUEÑOS DE TETAS GRANDES
Un sentido homenaje a Marlen Olivarí y a esas señoritas voluptuosas que se han convertido en cara y sello de los nuevos estelares de la televisión chilena.
Esta columna fue publicada originalmente el mié2rcoles 17 de Septiembre del 2003
Fantasías sexuales de ayer hoy y siempre.
Marlen Olivarí es el sueño húmedo de nueve de cada diez chilenos Bien por ella. Esta es la historia de nuestras adoradas chicas televisivas, un cuento que parte con una señorita llamada Raquel y acaba, hasta ahora, en una cubana infartante de nombre Mey.
La culpa es de Don Francisco. Casi treinta años antes de que Kike Morandé se pavoneara con sus “ángeles”, Don Francisco tuvo la idea –o el accidente- de hacer de una modelo de su programa un personaje tan grande como él mismo. El nombre de la señorita era Raquel Argandoña, una ex Miss Fisa y futura Miss Chile 1975. Platinada, luminosa, una candileja de carne y hueso, un diamante en bruto que la televisión chilena pulió hasta convertirla en el monstruo que fue en los ochenta y la muerta en vida que es hoy en día. Porque con su cabello rubio y ondulado a lo Farrah Fawcett, Raquel representaba todo lo que el chileno medio deseaba en esos sombríos años. Una chilena que parecía gringa. Que además decía lo que pensaba y era “chora”. Tanto que se convirtió en la primera persona capaz de parar en seco y en directo a Don Francis. Tanto que sólo ella pudo convertirse en lectora de noticias sin tener idea de donde quedaba el Líbano, declarando sin vergüenza que eso daba lo mismo porque la noticia era ella. Raquel fue reina, soberana y fantasía absoluta. Imposible no recordarla vestida de metal, como personaje de La Guerra de las Galaxias en el Festival de Viña o encarnando un poco después a nuestra personal amazona sangrienta: la Quintrala.
Desde hace tres décadas que esta raza de chicas ha sabido ganarse su lugar en la historia televisiva nacional, con un raro estatus a medio camino entre modelo y coanimadora. Nombres como la Señorita Jo del Martes 13 de Cesar Antonio Santis, Carol Bähnke de Sábados Gigantes, las chicas del Kike, la Titi García Huidobro o las mismas Hermanas Campos entre otras (demasiadas otras). Hijas predilectas de nuestra televisión, inspiradoras de los sueños húmeros de nueve de cada diez chilenos. Porque al contrario que las actrices, ellas representan no un ideal, sino a la chica más rica del barrio pero en la tele. Y es precisamente en éste pero donde radica su innegable poder mediático. Esa es su gracia, ser guapas y salir en pantalla, el talento no interesa, lo que vale es la imagen y la sensualidad pop. De la Argandoña a la Licenciada Tetarelli han corrido ríos de rimel y silicona, páginas de sueños eróticos, celos, historias rosas, farándula barata y también costosa.
Raquel fue la madre. La primera de una generación que a partir de ella se ha alargado hasta nuestra idolatrada Marlen Olivari y a la mejor importación que Chile ha traído de Cuba, Mey Santamaría. Porque es cierto, uno puede hacerse el grave y criticar la moralidad de cabaret de Morandé con Compañía, pero los escotes de Mey y Marlene no dejan indiferente a nadie. Eso de que son capaces de perturbar a un monje tibetano es muy cierto. Y mientras la madre protagoniza escándalos matrimoniales y risas políticas, las hijas suman oro, estrujan sus quince minutos de fama y es válido que lo hagan. Marlen no solo es el filete mignon por excelencia en la actual mente masculina criolla, también es una chica inteligente. Sabe que la tensión sexual que explota vale mucho pero también que dura poco. Su antecesora, la gelatinosa Porotito Verde esta ahí cerca, demostrando que ser estrella por ser bella es tan efímero como una sonrisa. Así como los años y la gravedad atentan contra la turgencia de las formas femeninas, una mala decisión contractual es capaz de arruinar hasta la fantasía más ardiente del planeta. Marlen tiene claro que desde su primer póster en “Tevegrama” comenzó su cuenta regresiva, que a lo más le queda un año y medio de brillantinas y sobre todo que tras ella avanza una larga lista de chicas pulposas deseosas de ser tocadas por la vara mágica del Kike -o de quien sea- para convertirse en el nuevo sueño erótico de Chile. Como las adolescentes del team Mekano, angustiadas por subir a horario nocturno y convertirse en el último eslabón de esta cadena iniciada en los 70 cuando Don Francisco presentó a su nueva modelo estrella y la historia de la televisión chilena cambió para siempre.
3 Comentarios:
http://ventanadeeventos.blogspot.com/2005/10/12ortega.html
que buena
me gusto arto el cometario
saludos
que bueno que recuerden lo espectacular que fue raquel en los ochenta ,noventa y ahora ,sin lugar a dudas es nuestra diva por antonomasia , lo que si no estoy de acuerdo con lo " de muerta en vida " , porque creo que sigue estupenda como siempre y no podemos esperar que los años no pasen para ella ,recuerda es humana tambien ! aunque parezca una diosa!
Publicar un comentario
<< Página Principal