QUENITA Y EL CHINO
Nada, hoy en la radio (LEVANTATE Y ANDA, Radioactiva FM, 07:00 a 09:00) no se porqué hablamos de lo pelotudo que era el Chino Ríos y me acordé de esta columna que publiqué hace poco en Capital. Acá les va.
Publicada originalmente en Septiembre del 2005, en Capital.
La Noche de los Muertos Vivos
Nada pasa por casualidad. Que Kenita haya contado su “verdad” en Rojo VIP, demuestra que esta pelea de egos de antaño tiene todo para ser el coliseo más despiadado de nuestra pantalla chica. La parada de los zombies.
-¿Le crees a la Kenita?-, escuché decirle una señora a su esposo (supongo) en el metro, el día siguiente en que la ex novia de chile, hoy favorita de la farándula, contó su verdad en Rojo VIP.
-No, esa mina es mala. No le creo ni lo que sueña.- Yo estoy con el Chino.
-El Chino tampoco es de los trigos muy limpios.
-Mira, mi amor. El problema del Chino no es él, sino su papá.
Prólogo. Sobre el mismo tema. Días antes, mi jefe me dijo que el papá del Chino era lo más parecido a Tony Soprano que había en Chile. Habla por su familia, con una autoridad que no se veía desde Pinochet diciendo que en Chile no se movía una hoja sin que él lo supiera. Ríos padre hace lo mismo, su Chile es la vida pública y privada de su hijo.
Fast Forward. Salgo del metro y llego a la oficina. Las confesiones de Kenita son el plato del día. Honestamente las encontré bien fome y lo más significativo de la noche terminó siendo la eliminación de Luis Dimas de Rojo VIP. Porque en verdad -y para ser sinceros- me interesa harto más el coliseo romano del estelar del Rafa que la verdad según Kenita. O sea, ¿Qué verdad? La ex del chino, ex de Bam Bam, ex de una larga lista, podría jurar por su mamá que la están calumniando y nadie le creerían. La chica está dañada. Y no sólo por moretones. Este es un país machista y ella siempre será la mala. Marcelo Ríos puede ser una horrible persona, pero nos regaló la que quizás sea la mayor dicha deportiva en la historia nacional. Algo demasiado importante para un país acostumbrado a derrotas de todo tipo.
El Chino fue número 1, la Kena –como la llama Jordi Castell- abandonó en el altar a nuestro Superman y luego se casó en secreto con el Chino Ríos. Hay harta diferencia en las carreras. Al Chino la gente lo escuchó con atención cuando le dijo a Mauricio Israel que su ex mujer era una mala persona, Kenita causó risas cuando se quejó ante el Rafa de la mala producción de los insertos preparados para acompañar su verdad.
Volviendo al tema. Quizás lo más significativo de aquella noche de verdades sea el hecho de que el evento sucedió en el marco de Rojo VIP, el programa más despiadado que ha producido nuestro querido TVN. Claro. Porque una cosa es enfrentar a un grupo de anónimos por plata y gloria, pero hacer lo mismo con estrellas olvidadas, entes anclados en el pasado, es una soberana crueldad. Juan Antonio Labra fue sabio –o tuvo sentido común- al negar la invitación. No podemos comparar a Daniela Castillo con Mónica De Calixto. Castillo está recién empezando, soporta los costalazos, pero la señora De Calixto, ayer olvidada, hoy resucitada para ser nuevamente olvidada. Eso es inhumano.
Y esa es la palabra. Inhumano. Rojo VIP es como una película de zombies. Cuando el cielo está plagado de luminarias de distintos colores y parece no haber nada bajo el sol, que mejor que abrir las tumbas y soltar a los muertos. Y estos no vivos se levantan sedientos de sangre. Ven en esta nueva oportunidad una esperanza para volver a decirle al mundo que siguen ahí, cantando como sólo ellos saben hacerlo. Cristóbal, Pancho Puelma, Miguelo, Patricia Frías, Irene Llano son protagonistas de un musical kitch de terror, como esos “cuco show” que hacía el Jappening en su edad de oro. Hay un morbo en ver a estas estrellas de ayer, dando todo de si, para finalmente caer en las manos del respetable. Las discusiones de Oscar Andrade con Camilo Fernández rozan lo ridículo. Trapitos al sol, pégame y yo te pego. Andrade llego tarde a la repartija de roles. Nadie puede ser Jorge González, cuando ni siquiera Jorge González lo es.
Rojo VIP es una versión de Mekano con arrugas y eso es lo triste. Por mucho que el equipo de Rafa diga que hacen justicia a la música chilena, lo cierto es que se ríen de ésta “tradiciñon”. Tiran a los leones al lado B de nuestros artistas, a los que pudieron pero no fueron. A los jóvenes titanes que Sábados Gigantes dejó huérfanos, a la generación perdida del show business de la era militar, a la vieja guarda de la llamada Nueva Ola. Nueva broma, escuche decir a alguien hace poco, mientras leía en LUN la biografía de Camilo Fernández. Pues en eso se ha convertido Rojo VIP. En la nueva broma. Y el que Kenita Larrain haya escogido este show para contar su “verdad”, va mucho más allá de un contrato de canal, es simplemente que el lugar y el momento era el adecudo. Carnicería para muertos vivientes. Porque la ex señora Ríos es como Pato Renán y compañía, un zombie. El primer zombie de la era farandulera.
-Sabes cual es el problema de la Kenita-, me dijo un amigo. –Que está sobrevalorara. Tiene buen cuerpo, pero fíjate en la cara, es toda desproporcionada. La mina es fea.
Fea. Duras palabras para definir a quien fuera por años, la novia de Chile. Ahora simplemente es una galla fea, como sólo son los muertos vivos.
1 Comentarios:
¿Que jorge gonzález ya no es jorge gonzález? Si lees maldito Suadaca su libro te daras cuenta que es el mismo sincero y consecuente músico que conocimos.
http://omarperezsantiago.blogspot.com/2005/12/jorge-gonzlez-truenos-y-relmpagos.html
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