FORTEGAVERSO: EL DIA QUE PARALIZARON MI TIERRA

domingo, julio 29, 2007

EL DIA QUE PARALIZARON MI TIERRA

EL COMIENZO ES EL MOMENTO más delicado. Por lo mismo, cuando no se cuenta con un inicio realmente detonante, como un nacimiento o una boda, lo mejor es igualarlo a un final. Y el más definitivo de los finales es la muerte. Entonces si lo anterior es un comienzo lo que sigue es una muerte. No es que crea mucho en esta clase de teorías, pero me funcionan. Al menos en la actual continuidad de mi vida. Mi ex suegra (por llamarla de alguna forma, porque en lo formal jamás lo fue) murió hace casi dos días, pero yo acabo de saberlo. Claudia, mi Claudia, mi ex mejor amiga, la madre de mi hija, la hija de la muerta, llamó para contármelo.
El teléfono sonó poco después de la medianoche y me sorprendió tirado en la cama, saltando de HBO a MTV y de MTV a Cartoon Network, buscando algo en que gastar la noche. Algo que no hubiera visto. Algo que resultara necesario (y hasta sano) repetir. Videos, películas, series, monos animados, dos de una, tres de dos, todas las anteriores. Ver tele es como contestar una prueba de alternativas, todas se parecen y la correcta nunca lo es del todo.
-Un accidente-, me informó Claudia con su voz arrastrada, más lenta que en otros tiempos.
Le pregunté si necesitaba algo, me respondió que nada y me dio las gracias. Agregó que había sucedido ayer en la madrugada, cerca de Los Vilos. Que el acoplado de un camión se había trepado a la carrocería del auto donde venía mi ex suegra y un tal Cristóbal. Supuse que era el novio de turno, obvié el comentario y me quedé con la suposición.
Mentalmente dibujé un atlas caminero de la zona. A pura memoria tracé las líneas de la panamericana, de los cruces secundarios, de los pueblos grandes y chicos, de ríos parecidos a esteros, del supuesto lugar del accidente. Pensé en camiones grandes, con acoplados frigoríficos, corriendo a más de ciento treinta kilómetros por hora sobre el pavimento.
-Mañana a las tres son los funerales-, me dio el nombre de la iglesia. Construyó un silencio en la forma de un hondo punto seguido y partió la siguiente frase preguntándome como estaba. Le contesté que bien, evitando sumar un “y tú”.
-Supe que quebró tu sitio-, liberó.
. -No era mío.
-Da lo mismo, trabajabas allí, eso es lo importante. Así que quebró.
-Hace una semana.
-¿Y qué vas a hacer ahora?
-Tengo otras cosas. Ciberia era sólo una asesoría.
Se quedó en silencio, girando en su ruido blanco. Luego comenzó a despedirse. El primer chao, que como siempre era un gusto hablar conmigo, que me llamaba por lo de su mamá y para avisarme del funeral. Un segundo chao, la pregunta respondida de si iba a ir a la misa (“¿supongo?”) y el informe de que aun le quedaban como mil personas por llamar.
-¿Cómo está la Elisa?-, la interrumpí.
-Bien, aunque imaginarás que no entiende mucho... En fin, lo siento, pero tengo que colgarte. La Elisa está bien, no te preocupes-, reiteró y por tercera vez en menos de tres minutos me dijo chao, esta vez en serio.
Esperé el regreso del tono y colgué.
Me senté en la cama y abrí el cajón del velador. Sin mirar agarré uno de los cuatro porros que todavía me quedaban, me lo metí a la boca y lo prendí con el encendedor amarillo que también guardo en la mesa de noche. La primera aspirada me hizo toser, la segunda no tanto. Miré al televisor y cambié de canal. En CNN un tipo de espesos bigotes y cara de castor informaba que el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, llevaba cuarenta días recibiendo señales constantes desde la estrella Epsilon Eridani, distante a 10 años luz de nuestro planeta. Algunos creen que se trata de un fenómeno natural, otros no desestiman que puedan ser las primeras pruebas concretas de la existencia de vida extraterrestre en otro lugar de la galaxia. Siempre he estado seguro de que no estamos solos.


MI NOMBRE ES DAVID GOYE, tengo treinta años y hace una semana perdí mi única fuente estable de ingresos. Mi ex suegra murió en una accidente y en los próximos dos meses mi hija de 5 años se vendrá a vivir conmigo, mi padre tomará una decisión clave que afectará el futuro de toda mi familia y me veré obligado a terminar una novela que no quiero escribir.
Soy el más famoso autor de ciencia ficción de Chile. Hace diez años publiqué Livingcomedor, mi primera, celebrada y hasta ahora única novela firmada con mi nombre. La historia de un virus computacional creado por una supuesta inteligencia artificial y su programador chileno que acababa matando a todos los sistemas digitales del planeta. Lo redacté cuando en Chile nadie tenía idea lo que era un virus de computador ni menos inteligencia artificial. Una copia descarada de escritores no traducidos a nuestro idioma que me hizo ganar insospechados adjetivos críticos hacia mi originalidad. Los únicos que me descubrieron (y atacaron) fueron los invisibles integrantes de una asociación de fanáticos de la ciencia ficción, nadie de mucha importancia.
Pero todos los pecados se pagan, no lo voy a saber yo, evangélico de crianza, hijo de pastores, descendiente de misioneros suizos, tocayo del primer rey de Israel. Además es mentira eso de que es más fácil pillar a un mentiroso que a un ladrón. A lo largo de mi vida sólo mis robos han sido castigados, de mis mentiras nunca nadie se ha preocupado. Al menos no demasiado.
Y no volví a publicar. La ciencia ficción desapareció de Chile y con ella se esfumó mi nombre. Era obvio, cosa de mirar por la ventana, este país es demasiado viejo para soportar futuros inventados. Desde entonces he vivido de los coletazos que da el complicado estatus de autor de culto, de asesorías a gente que cree que soy un genio (como el gerente de la recién desaparecida Ciberia.conm) y sobre todo de los trabajos fantasmas que realizo –o realicé- para una editorial popular de México bajo el seudónimo de Max Murray. Me gustan los nombres y apellidos que comienzan con la misma letra, son de cómic, a lo Peter Parker o Lex Luthor. Como Max Murray he publicado tres novelas cortas, además de los guiones y conceptos para una historieta que según he sabido se vende bastante bien. Debería haber cobrado más caro.

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2 Comentarios:

A la/s 10:10 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

Ehm... ¿El primer rey de Israel no se llamaba Saúl?

 
A la/s 8:11 p. m., Blogger Gregorio Bermudez dijo...

PROPAGANDA VULGAR
Mire y Lea :
www.odioelpensamiento.blogspot.com

 

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