LA DIMENSION DESCONOCIDA
Como es tradicional en cada viernes, esta es la versión completa de la columna publicada en la edición de hoy en el Wiken. Como tambien ya es habitual, se agradecen sus comentarios en los blog mercuriales.
A. Y feliz cumpleaños a mi...LA DIMENSION DESCONOCIDA
Me lo dijo mi mujer después de la función de preestreno de Sex and the City, “te apuesto que van a filmar una película de Friends”. “Yaaa… ¿y de qué trataría?”, le respondí haciéndome el listo, “del divorcio y la posterior reconciliación de Mónica y Chandler” . Ella no me respondió, pero fue profética. Al día siguiente, la Warner anunció que iniciaban la producción de Friends. Era obvio, después del éxito de Sex and the City, todos quieren su tajada en este mini revival fílmico de TV pop noventera. Es sincrónico que lo de la película de los “amigos” se haga público justo cuando nuestra cartelera transita entre la ya estrenada Sex y la inminente X, pilares fundamentales de los 90, símbolos y signos de una época cada vez más lejana. Una lejanía que no es sólo cronológica, sino también moral. Al contrario que los 80, los 90 nunca se van a convertir en LOS NOVENTA porque quedaron truncos, interrumpidos, sin final. La caída de las torres gemelas no sólo fue un evento político sino también social y cultural, que mandó a los diez años de Nirvana y Tarantino a una suerte de dimensión desconocida, sin identidad propia. El mitólogo norteamericano Joseph Cambell decía que para que una historia (o un evento) se convirtiera en mito debía de envejecer y morir. Ahí el gran dilema de la década pasada, no alcanzó a madurar, simplemente se fue de golpe el 11 de Septiembre del 2001, por algo no funcionan ni las fiestas ni los proyectos de radio noventeras. Y por algo, también, la fiebre ochentera se estira día a día, mes a mes, como un chicle cada vez más insaboro.
Los 90 partieron como el prólogo a un futuro amistoso, de puertas abiertas (el departamento de Mónica) donde todos querían ser artistas (Phoebe) y todo era buena onda (Central Perk) pero vino el 9/11 y todo se fue al carajo. Por eso complica imaginar una película de Friends. La serie era una comedia de amigos, de puertas que jamás se cerraban, de una Nueva York amigable con sabor a muffin de arándano y jugo de naranja, un Nueva York que se desplomó cuando los 767 de American chocaron contra los edificios más altos de la ciudad. Ese minuto no sólo cambio la balanza del poder y se murieron definitivamente los 90, perecieron también los mundos de Friends y Seinfeld. ¿O acaso alguna nueva comedia se ha levantado a la categoría de mito de estas?
Al contrario que el cinismo y la superficialidad de Sex and the City o la histeria y el miedo de X-Files, sentimientos que se asentaron con aún más fuerza en esta primera década del siglo XXI, la velocidad de los tiempos hace rato que se alejó de las risas en off de Friends. Pero bueno, se viene la película y si me permiten, desde esta tribuna, me atrevo a apostar a que la historia no será divertida, sino todo lo contrario, tal vez termine con la muerte de uno de los seis. Sería simbólico, quizás el funeral pendiente a los 90.
Etiquetas: Artículos propios, Cine, Fuera de Foco, TV
5 Comentarios:
Salvo por honrrosas exepciones...nunca le encontre ninguna magia a los 90's, y esa frase de Phoebe a Chris Issac "canta como hombre" termino por enterrar cualquier revival de mi parte por esa decada aburrida.
Uh... ¿Los B767 no fueron de United Airlines?
Es cierto que los Noventa estuvieron constantemente reinventándose y buscando su verdadera identidad... onda como el típico compañero de curso que un día llegaba vestido como hare krishna, a la semana siguiente de punk, después de rastafari y después de skinhead... y que nunca llegaron a encontrarla, pero estoy en desacuerdo en que Osama y sus muchachos interrumpieron un proceso que iba encaminado a dar frutos concretos o algo así. Si no hubieran sido los atentados del 11 de septiembre de 2001, hubiera sido alguna otra cosa tarde o temprano. Los Noventa tuvieron casi toda una década (si se considera su inicio en la caída de la URSS el 26 de diciembre de 1991) para definirse; si no pudieron hacerlo a tiempo la historia no los iba a esperar para siempre. Les llegó su hora.
Tal vez ése sea el legado de los Noventa... su diversidad, que vaticinaba estos tiempos "2.0" que vivimos hoy, en los que la sociedad está dividida en un gran número de tribus urbanas y comunidades virtuales. Si yo fuera los Noventa, creo que disfrutaría el hecho de que no me puedan encasillar definiémdome con tres o cuatro clichés como a, por ejemplo, los Sesenta.
Me gusto mucho tu comentario!
Esta bueno ese punto de vista.
Gracias
Gracias, aunque me disculpo por usar el ya muy manoseado y desgastado término "2.0". Era tarde y ya tenía sueño.
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