PELAMBRES LITERARIOS
Alvaro Bisama me contaba hace unos minutos que no hay peor mundo que el mundillo literario. Escritores y críticos, egos y egos. La velocidad de las cosas. Por eso decidi postear esta vieja columna, alguna vez subida en Urbanika.
La columna fue publicada originalmente en la sección libros de la extinta revista URBANIKA en su número de agosto del 2004.
Otras voces, otras historias
Leo en Las Ultimas Noticias y Capital, como Alejandro Zambra y Juan Manuel Vial destrozan “Barrio Alto”, la novela de Hernán Rodríguez Matte. Los modos son distintos, las palabras más o menos las mismas. Mala novela, lugares comunes, vocación de columnista de la Zona de Contacto y un largo etcétera. Leí “Barrio Alto, lo hice en poco menos de cuatro horas y aunque estoy de acuerdo en que se trata de una obra fallida, para nada pienso que se trate de una mala novela. Creo que el real problema del libro va por otra parte y que tiene que ver tanto con el tipo de novela que es “Barrio Alto”, como con la opción de voz narrativa que escogió Hernán Rodríguez Matte para contarme su cuento.
Hace poco estuve en una charla de escritores donde el gran tema de discusión era el dilema de la voz y la historia, fuerzas complementarias u opuestas. Una mitad defendía que lo que marcaba una real diferencia entre un autor del montón y uno de calidad era la fuerza de su voz narrativa. La otra, que lo más relevante era el contar una historia y que lo de la voz era un problema solucionable con un buen editor. Que el gran legado del boom latinoamericano era haber recuperado la esencia de contar por contar, ausente en cuanto movimiento narrativo posmoderno vino de Europa en la primera mitad del siglo XX. Y es precisamente la corriente defensora de la historia la que impera hoy en día, sólo es cosa de apreciar la inclinación crítica hacia libros que hace un par de años hubieran sido desechados por light. Y no estoy hablando del fenómeno “Codigo Da Vinci” (que también fue saludado favorablemente por la crítica) sino de “Crímenes Imperceptibles” de Guillermo Martínez (Premio Planeta Argentina), “Sombras del Viento”, de Carlos Ruiz Safón y “El Club Dante” de Matthew Pearl, tres novelas que han sabido aprovechar la estructura del mal llamado best seller para seducir tanto a público como a la crítica.
A nivel artístico, los noventa fueron una etapa introspectiva en todo sentido. Desde las letras de Nirvana, pasando por el cine de Linklater y terminando en la literatura de gente como Ray Loriga en España y Alberto Fuguet en nuestro país. La voz interna, coherente consigo misma es lo que valía. Es cosa de recordar “Héroes” de Loriga, un libro premiado y celebrado por la crítica en su momento, pero que a la larga no trataba de nada, salvo las reflexiones de su autobiográfico protagonista, pura voz narrativa. Diez años después, “Héroes” es un libro que no tendría cabida en lo que hoy buscan lectores y literatos
Y Hernán Rodríguez Matte, como Loriga es un autor de voz. Su identidad narrativa fluye de manera envidiable. No redacta, vomita palabras. Es creíble, se lee rápido, hay educación oral en su manera de estructurar diálogos y párrafos. Pasta le sobra, pero también anacronismo. “Barrio Alto” es una novela que se percibe vieja, a pesar de que trata de jóvenes, tardía. Un libro que en 1995 hubiera sido un perfecto heredero para “Mala Onda”, al que se le hubieran perdonado sus vicios formales y celebrado su desganada chispa. Pero Hernán Rodríguez llegó una década tarde a la repartija de simpatías literarias. Se ha dicho que la frialdad con la que “Barrio Alto” ha sido asaltada tiene que ver con una actitud prejuiciosa del establishment literario hacia la generación (o lo que sea) que representa Hernán Rodríguez Matte, un grupo de periodistas y narradores jóvenes salidos de la Zona de Contacto de El Mercurio, en la cual también yo mismo me eduqué. Prefiero no ser mal pensado y creer que simplemente se trata de un problema de frutos añejos. “Barrio Alto” es una novela de voz en una época en que prima la novela de historias. Y ese no es pecado del autor, sino de la actual forma de las cosas.
1 Comentarios:
pancho: hay un mundo peor. el del arte. pero eso es otra historia. los dos son malos. o pésimo. o divertidos. círculos del infierno. partes del decorado de ese viejo número de spawn de macfarlane escrito por dave sim. eso. saludos.
a.
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