FORTEGAVERSO

martes, diciembre 20, 2005

UNA NOVELA INCONCLUSA (FINAL)

Y hasta aquí duró el vuelo. No se hicieron más capítulos y no creo que alguina vez se hagan. Pasa. La gente crece, los discos pasan de moda, los interesen cambian y las novelas incompletas... a ves es mejor que queden incompletas.

Nombres-X
-4-

UN GOLPETEO RITMICO Y HUECO me despertó temprano. En realidad no tan temprano, porque en el despertador que había encima del velador, cuatro numeros verdes fluorecentes decían bien claro: 09.30. Abrí los ojos con cuidado, la cabeza me estalló en trescientos mil pedazos todos exactamente desiguales. Entrecerré los ojos y me dejé caer sobre la almohada con los sesos haciéndose pebre cuchareado dentro de mi craneo. Es potente la palabra craneo, huesuda, al callo. Afuera el golpeteo rítmico y hueco continuaba sin parar. A mi lado derecho, la espalda desnuda de la chica que desde anoche bautizé como Pilar dormía como si nada pasara. Estaba en su casa, las cosas se habían movido bastante rápido.
Me levanté con cuidado, para que no se despertara, y busqué por el suelo algo con que vestirme. Las formas y las cosas giraban lento, pero giraban. Dolor. Tuve que arrodillarme para buscar bajo la cama mis arrugados calzoncillos y una camiseta blanca que estaba toda machada de demasiadas cosas. También mostraba un par de quemaduras de cigarrillo, una de las cuales tenía forma de corazón.
Junto a un par de zapatillas de descanso, con forma de garras de cocodrilo, había una bolsita de papel de diario con un poco de marihuana, la tomé con cuidado y la subí al velador. La puse al lado del despertador, encima del sobrecillo rojo de los papelillos. La chica que desde anoche se llama Pilar se movió un poco y luego murmuró en el ensueño dos veces papá, en la última de las cuales agregó el sustantivo propio: Juan. Buen nombre para un padre, bíblico. Da confianza.
En una silla de madera dormitaba el gato negro de la chica, estaba enrollado sobre su cuerpo y la espaldilla le subía y bajaba a medida que respiraba. Los gatos respiran chiquitito, por eso viven tanto. Fui a las ventanas del dormitorio y descorrí un poco la cortina para mirar a la calle. Reconocí las formas de Providencia, las caras de Providencia y los sonidos de Providencia. Cuatro pisos más abajo, en el espacio exterior, un chinchinero giraba a 250 kilómetros por hora haciendo retombar su set completo de drum machine. Un trio de cabroschicos lo miraban con atención mientras se decían cosas al oído. El más pequeño de los tres tenía una boca enorme, con grandes paletas blancas, como de conejo, que sobresalían encima de sus labios. El chinchinero giraba cada vez más rápido, tanto que ya era una figura indistingible dentro de un vertiginoso vórtice de viento y velocidad. Y de pronto resbaló... fue tan repentino como sorpresivo (aunque ambas palabras sean sinónimos)... volaron los tambores, platillos, cuerdas y cables... El tipo calló de espaldas sobre el bombo y su cuerpo lo atravezó como si fuera de plumavit. Formas circulares, metálicas y oxidadas rodaron por el borde de la calle. Algunas se perdieron y otras comenzaron a rotar en círculos concéntricos que parecían no querer acabar nunca. El hombre no se levantaba, estaba echado sobre su desgracia con las piernas flectadas. De no ser por el movimiento de su panza, hubiera sido fácil declararlo muerto, a esta altura de las cosas resulta fácil declarar a la gente muerta por cualquier excusa.
Los niños, que aparte de mi eran los únicos testigos del suceso, se cagaron de la risa. Carcajeaban como si la desdicha del chinchinero fuera el mejor chiste gráfico de la historia. Y de hecho podía serlo. Dios es el mejor dibujante de tiras cómicas, eso es de sobra conocido.
El más chico de los peques tomó un par de platillos del chinchineros y comenzó a patearlos. Así, empujándolos como si fuera una pelota de dos dimensiones, se lo llevó muy lejos de allí. Los otros dos lo siguieron, corriendo también detrás de los oxidados discos. En el suelo, el hombre todavía no daba señas de estar vivo. Otro dolor de cabeza, otro golpe en el estómago. Otra señal de vida. Molesta, pero al fin y al cabo, señal. Que asco.
Cerré las cortinas y fui al baño. Al pasar junto a la silla de madera del dormitorio, noté que el gato ya no estaba. Un departamento chico a las nueve cuarentaicinco de la mañana, con un gato negro suelto, podía llegar a ser peligroso. ‘‘Very dangerous’’.
Entré el baño y me quedé quieto frente a la taza. Tenía que hacer algo, todavía no tenía claro qué, pero necesitaba hacerlo. Si lo primero que venía era el retorcijon, sentarme. Si era el tiritón, continuar de pie. Si la arcada, arrodillarme. Tres alternativas, sin‘‘todas las anteriores’’. Vino el tiritón. Levanté la tapa del inodoro (una fea palabra) y esperé el segundo impulso, el escalofrío que sube rápido desde los pies a las caderas y el rápido vacío. Estuve meando -‘‘tus viejas cartas’’- como cuarenta segundos, sin parar uno solo. Una corriente submarina en forma de turbina amarilla fue haciendo anillos dentro del agua transparente del baño de la chica que desde anoche opté por llamar Pilar. Cerré los ojos y me sacudí, cuando volví a abrirlos vi encima del estanque, mirándome con sus ojos amarillos, al gato negro. Me quedé quieto, asustado, no porque le tuviera miedo a los gatos, sin por todo lo contrario, porque me gustan y me gustan mucho.
-Selina, ven-, dijo la voz de la hipotética Pilar a mi espalda. El gato -la gata- saltó del estanque, pasó a mi lado y subió rápido hasta el hombro de mi anfitriona. Giré hacia ella, llevaba puesta una camisa de hombre larga y grande, el pelo desordenado y la cara de sueño. De mucho sueño. Bostezó largo y luego le hizo cariño en la espalda a la gata, el animalillo arqueó su cuerpecito e hizo un sonido parecido a un purrr!!! La hipotética chica llamada Pilar me sonrió sin decir nada y luego palmoteo fuerte a su mascota en la cola para que esta saltara al piso y desapareciera de escena.
-Salte, Selina...
-Buen nombre.
-I know. es por Selina Kyle, Gatúbela... Perfecto para una guapa gata negra.
-¿Y es una gata guapa?
-Es lo mejor. Deberías dejar que te mordiera los dedos, es lo mejor del mundo.
-....
-....
-....
-....
-Buena noche…
-Mmmm
Y se río. Luego se metió la mano derecha a un bolsillo de la camisa y sacó un pito pesimamanente mal hecho. Tomó un encendedor que había bajo el calefont, en la pared opuesta del baño y lo encendió. Le dio una piteada larga y profunda. Yo aproveche de salir del lugar y caminar a la cocina, ella me siguió.
Si la vida en el fondo es una hiperhistoria, la cocina de la chica hipotéticamente llamada Pilar era una cocina hipercochina. Platos sin lavar desde hacía tres semanas, un basurero fétido con tres cáscaras de plátano como corona, vasos y copas con vino, pisco y licor y una caja de leche agria sobre una meson rojizo lleno de quemaduras. Lo mejor del lugar era una pizarra de plumavit con fotos de gente desconocida, recortes de películas y un horario universitario escrito con rojo fuerte del tipo sangre coagulada.
-Armagedon-, dijo ella. -El lunes viene la nana.
No quise decirle que hoy era sábado. No ahora, quizás después. Lo más probable es que nunca. Selina paso junto a mis pies y se dejó caer rápido sobre la caja de leche agria.
-¿Tienes hambre?-, me preguntó.
-No, algo para el dolor de cabeza. Un vaso de agua.
-Toma-, abrió un anaquel, sacó un vaso de plástico blanco y lo llenó con agua de la llave. Agua con un 70% de cloro, pero agua al fin y al cabo. Me la tomé de un trago. Ella le dio una nueva aspirada al pito y me lo pasó.
-Ooma..
Lo tomé con fuerza y le di una pitada fuerte, directo a los pulmones, hasta reventar lo que se reviente. Me metí por la raja eso de no fumar marihuana sin haber comido nada. Supongo que me he metido por la raja tantas cosas en el último tiempo que en el conteo final, una más va a dar lo mismo. Se lo devolví.
-No te he pedido perdón por haber llegado atrasada anoche.
-No hay drama, supongo que te ganaste el perdón antes de pedirlo. Además estuve con un amigo, él que se fue con tu amiga.
-¿What?
-Mi amigo imaginario, el que se fue con tu amiga imaginaria.
-Estás loco, eres un niño. Además yo nunca he tenido amiga imaginaria.
-Todos hemos tenido...
-Ay huevón... Basta... No me interesa hablar de esto.
Sentí como el sicotrópico bajaba hasta la punta de los dedos de mis pies y luego subía despacio y arrastrado hasta mi cabeza. Plop... hay cosas que no hay que meterse por la raja... Los ojos empezaron a laterme, era rico.
-Anoche...
-¿Anoche qué...?- y se me acercó con cara de loca.
-No sé.
-Tranquilo, anoche no hicimos nada... Estás loco que te iba a dejar que me hicieras algo.. Yo no dejo que mis amigos me lo metan.
Eso fue duro, al menos le sonó duro. Poco femenino tal vez. Trate de responderle en el mismo tono.
-Pero te acuestas en pelotas y atracas con tus amigos.
-¿And? Game people play, darling.
-Que yo no... Nada.
-Si, nada. Igual fue choro. Eres choro, además inofensivo. Si te dejé entrar a mi cama no fue porque estuviéramos borrachos y curados, sino porque confío en tí. También quería estar contigo, desde hace tiempo que tenía ganas y sabía que esto iba a pasar. Además estaba segura que no me ibas a violar, ni a forzar, ni a otras huevadas por el estilo.
-¿Como lo sabías?
-Porque te conozco, inocuo. Eres un pan blanco con tantos royos que se te hace imposible hacerle el amor a una chica de la que no estás enamorado. Eso es encantador, pero la vas a pasar mal.
-La estoy pasando mal.
-Ni tanto.... Si te sirve besas bien, bastante bien...
-Gracias.
-De nada. Una cosa más, que te quede claro que no espero que me llames, ni me busques, ni nada por el estilo. Por favor no te vayas a ir en la volada del amor y cosas así. No te voy a responder.
-Soy Iron Man...
-Rico el hombre de hierro.
-Tonta.
-Tonto.
-....
-....
-....
-.....
-Ja.... Eres divertido. Sobre todo callado, pones unas caras...
-El más divertido del mundo... Pero ya es tarde, esto se acabó y hoy es un día un poco complicado para mi. Me largo, gracias por todo.
-It’s over
He escuchado como quince veces en el día esta frase.
Me siguió al dormitorio sin decir una palabra. Esperó a que me pusiera los pantalones, los calcetines y las añejas zapatillas color laucha. Me mojé un poco la cabeza en el baño, para calmar los efectitos residuales del reino vegetal y volví a despedirme. Ella ni siquiera me fue a dejar a la puerta. Antes de salir me dijo adios y luego busco alguna clase de comentario de que quizás nos volvamos a ver en la universidad. Luego pareció recordar que yo ya no iba a volver a la universidad y trató de arreglar las cosas. Pero no pudo. Fue la última vez que nos vimos con la chica supuestamente llamada Pilar, al menos la última vez en mucho tiempo.
Afuera, en la calle, el chinchinero continuaba tirado al borde de la cuneta. Me acerqué para ver si estaba vivo y de hecho lo estaba. Lloraba. De haberme quedado un poco de superhéroe le habría buscado una solución a su vida, pero en definitiva no estaba con ánimos de buscarle soluciones a la vida de las personas. Voltee hacia el edificio donde había pasado la noche y busqué la ventana precisa. Entre las cortinas y el vidrio estaba mirandome Selina.... Selina Kyle.

A LAS DOCE EN punto de la tarde, o sea al mediodía, entregué el mantó del Capitán Marvel. Le pasé a mi ex mentor las pantaletas y la camiseta roja (con el relámpago amarillo) muy bien doblados, la capita blanca y el cinturón de oro forjado por Hefestos. No nos dijimos nada, el desapareció tan rápido como había venido y yo me quedé sentado frente a la catedral, sin el don que me convertía, cada vez que lo necesitaba, en el mortal más poderoso del universo. Algunas cosas estaban acabándose pero otras, definitivamente estaban zarpando. Como un buque de línea desde el puerto de Belfast en la década del 30, como un Boeing 707 desde el aeropuerto Kennedy en 1962, como un crucero pesado clase Excelsior desde los cuarteles de Starfleet en el siglo veintitres. En clave del mejor-peor tema de Rush, ‘‘Time stand still’’. Y que así sea por el resto de los días, Amén.


POR CADA beso, una bala en el rostro. Por cada acción, una reacción. Por cada suceso, otro potencialmente alternativo, una posibilidad exactamente opuesta... Es cierto, el mundo que conocemos es un mundo prodigioso... pero la diferencia de un paso en falso, de un latido detenido a destiempo puede convertirlo en un mundo en ruinas...

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3 Comentarios:

A la/s 1:42 a. m., Blogger Agata B dijo...

una novela inconclusa es como un polvo interrumpido...siempre te va penar

(vamos, acaba q esta muy bueno!!!)

 
A la/s 4:29 p. m., Blogger F. Ortega dijo...

si, siempre va a penar
pero es tan vieja
tan lejana a la parada en la que hoy estoy
huevadas

 
A la/s 8:47 p. m., Blogger Cristian dijo...

A veces uno deja las cosas a medias porq cree q las va poder terminar algun día, pero después te das cuentas q no lo haces, ya sea por ánimo, por cambiod e convicciones o sencillamente por flojera.
Y asi nomás es el asunto

 

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