¿POR QUE HAY QUE VER "LA SAGRADA FAMILIA"?
Alguna de las razones, en este comentario que publiqué en Rolling Stone. Da lo mismo que lean mi artìculo, lo importante esq ue vean el filme, que entra hoy en carteleras locales.
Editado en Rolling Stone, Abril 2006
Vía Crucis
Sebastián Campos desordena el corazón de la familia con un filme que juega y maneja lo predecible. Desde el primer segundo de metraje uno sabe lo que va a pasar, porque lo que acá importa no es el desenlace sino como y porque sucede las cosas.
“La Sagrada Familia”
Dirigida y escrita por Sebastián Campos. Con Néstor Cantillana, Patricia López y Sergio Hernández.
Semana santa en algún lugar del litoral central. Tras recuperarse de un reciente accidente automovilístico, Marco (Nestor Cantillana), un joven arquitecto decide pasar el feriado en la casa de playa de sus padres. La madre, Soledad (Coca Guazini), es una mujer distraída, a ratos ingenua y absolutamente incondicional a su unigénito. Se desvive por él y a su manera, también lo sobreprotege. En la esquina contraria, el padre (Sergio Hernández) comparte con su hijo el mismo nombre y profesión. Marco y Marco compiten, se desautorizan y rivalizan. Cualquier relación entre ambos es dictada por tensiones de todo tipo. Y para condimentar el plato, Marco espera la llegada de Sofía (Patricia López), su nueva novia; una mujer mayor que despierta fundadas suspicacias en su madre. Completan el cuadro, los amigos del protagonista: Rita (Macarena Teke), una tímida muchacha que desde el inicio nos deja claro que lo ama en secreto y Pedro (Juan Pablo Miranda) un estudiante de derecho que se encuentra en el lugar junto a su pareja, Aldo (Mauricio Diocares).
Presentada el año pasado en el festival de cine de Valdivia, La Sagrada Familia es sobre todo una película astuta. También una muy buena película, pero de eso hablaremos más adelante. Muchos han definido la obra de Campos como la primera película Dogma chilena, refiriéndose al hecho de que su autor no usó guión, que la iluminación fue natural, que la acción se basó en la improvisación de los actores, que se filmó cámara en mano, que su estructura formal es tan incorrecta como su trama y que el proceso de edición estuvo limitada a un matemático proceso de ordenamiento. Ecuación Lars Von Treir calcada. Todo lo anterior es cierto, sin embargo no por ello se trata de un filme improvisado, por lo contrario, la narración que el director nos propone es muy pensada y cerebral, algo que parte y termina en el mismo nombre de la película.
La Sagrada Familia tiene muchas aristas de aproximación, todas en juego con la idea de lo sagrado. La familia está compuesta por un padre, un hijo hombre y una madre. Ambos son arquitectos, como Cristo y José fueron carpinteros; ambos hablan en un momento de la catedral de la Sagrada Familia de Gaudí, guiño forzado pero que convence en su naturalidad. Está la idea de la pasión, la muerte y la resurrección en el ordenamiento de tres días. Personajes que son como apóstoles, como el diablo (Sofía) e incluso como una redentora María Magdalena (Rita). La imagen de una playa invernal con Macarena Teke y Nestor Cantillana simulando un mater dolorosa es perfecta, constituyendo uno de los fotogramas más hermosos que ha dado el naciente nuevo cine chileno.
¿Qué es lo que me quiere contar La Sagrada Familia? Sebastián Campos propone en su relato un buceo profundo en el corazón más interno de la familia de clase media alta chilena. No hay padre ausente, hay un padre altanero, casi tiránico, despreciativo de su vástago, lo que es acrecentado con el detalle de que ambos se dedican a lo mismo y en el hecho de que la madre es un personaje casi etéreo, ignorante de la realidad, más preocupada de los amigos que de la familia –lo dice textualmente- A ese desordenado orden llega Sofía, la mujer, la tentación, la cuchara que va a revolver todo. Personaje que desde su primera aparición sabemos para donde va. El modo en que limita su relación sexual y amorosa con Marco hijo, el sutil coqueteo con Marco padre, su relación de odio con la silenciosa Rita, única buena persona de todo el relato, el cómo la percibe la madre. Sofía no es la novia extraña del hijo único, es un extraterrestre que invade un mundo confundido, Satanás que intenta imponer su yugo en la semana santa. Y es en esta cancha, la del simbolismo, donde Sebastián Campos juega sus mejores armas. La trama es tan predecible, tan simple, el desenlace tan plano que lo que importa no lo que pasa, sino cómo pasa. Cuando Marco hijo regresa a la casa tras su vía crucis sabatino, sabemos lo que va a encontrar ahí, es tan obvio como un vaso de agua, lo que ignoramos es de qué modo va a reaccionar ante esto. En La Sagrada Familia, cada uno de los personajes son entes que reaccionan ante pruebas límite: acción y reacción.
El primer estreno nacional del año se levanta como una película llena de potencia y clase. Puede desagradar o encantar, pero indiferente no deja. No emociona ni enamora con sus personajes, pero sacude con fuerza. Sebastian Campos firma su lugar como el cineasta joven más arriesgado de su generación y Patricia López saca aplausos con el mejor rol de su carrera. Muy buena.
Sebastián Campos desordena el corazón de la familia con un filme que juega y maneja lo predecible. Desde el primer segundo de metraje uno sabe lo que va a pasar, porque lo que acá importa no es el desenlace sino como y porque sucede las cosas.
“La Sagrada Familia”
Dirigida y escrita por Sebastián Campos. Con Néstor Cantillana, Patricia López y Sergio Hernández.
Semana santa en algún lugar del litoral central. Tras recuperarse de un reciente accidente automovilístico, Marco (Nestor Cantillana), un joven arquitecto decide pasar el feriado en la casa de playa de sus padres. La madre, Soledad (Coca Guazini), es una mujer distraída, a ratos ingenua y absolutamente incondicional a su unigénito. Se desvive por él y a su manera, también lo sobreprotege. En la esquina contraria, el padre (Sergio Hernández) comparte con su hijo el mismo nombre y profesión. Marco y Marco compiten, se desautorizan y rivalizan. Cualquier relación entre ambos es dictada por tensiones de todo tipo. Y para condimentar el plato, Marco espera la llegada de Sofía (Patricia López), su nueva novia; una mujer mayor que despierta fundadas suspicacias en su madre. Completan el cuadro, los amigos del protagonista: Rita (Macarena Teke), una tímida muchacha que desde el inicio nos deja claro que lo ama en secreto y Pedro (Juan Pablo Miranda) un estudiante de derecho que se encuentra en el lugar junto a su pareja, Aldo (Mauricio Diocares).
Presentada el año pasado en el festival de cine de Valdivia, La Sagrada Familia es sobre todo una película astuta. También una muy buena película, pero de eso hablaremos más adelante. Muchos han definido la obra de Campos como la primera película Dogma chilena, refiriéndose al hecho de que su autor no usó guión, que la iluminación fue natural, que la acción se basó en la improvisación de los actores, que se filmó cámara en mano, que su estructura formal es tan incorrecta como su trama y que el proceso de edición estuvo limitada a un matemático proceso de ordenamiento. Ecuación Lars Von Treir calcada. Todo lo anterior es cierto, sin embargo no por ello se trata de un filme improvisado, por lo contrario, la narración que el director nos propone es muy pensada y cerebral, algo que parte y termina en el mismo nombre de la película.
La Sagrada Familia tiene muchas aristas de aproximación, todas en juego con la idea de lo sagrado. La familia está compuesta por un padre, un hijo hombre y una madre. Ambos son arquitectos, como Cristo y José fueron carpinteros; ambos hablan en un momento de la catedral de la Sagrada Familia de Gaudí, guiño forzado pero que convence en su naturalidad. Está la idea de la pasión, la muerte y la resurrección en el ordenamiento de tres días. Personajes que son como apóstoles, como el diablo (Sofía) e incluso como una redentora María Magdalena (Rita). La imagen de una playa invernal con Macarena Teke y Nestor Cantillana simulando un mater dolorosa es perfecta, constituyendo uno de los fotogramas más hermosos que ha dado el naciente nuevo cine chileno.
¿Qué es lo que me quiere contar La Sagrada Familia? Sebastián Campos propone en su relato un buceo profundo en el corazón más interno de la familia de clase media alta chilena. No hay padre ausente, hay un padre altanero, casi tiránico, despreciativo de su vástago, lo que es acrecentado con el detalle de que ambos se dedican a lo mismo y en el hecho de que la madre es un personaje casi etéreo, ignorante de la realidad, más preocupada de los amigos que de la familia –lo dice textualmente- A ese desordenado orden llega Sofía, la mujer, la tentación, la cuchara que va a revolver todo. Personaje que desde su primera aparición sabemos para donde va. El modo en que limita su relación sexual y amorosa con Marco hijo, el sutil coqueteo con Marco padre, su relación de odio con la silenciosa Rita, única buena persona de todo el relato, el cómo la percibe la madre. Sofía no es la novia extraña del hijo único, es un extraterrestre que invade un mundo confundido, Satanás que intenta imponer su yugo en la semana santa. Y es en esta cancha, la del simbolismo, donde Sebastián Campos juega sus mejores armas. La trama es tan predecible, tan simple, el desenlace tan plano que lo que importa no lo que pasa, sino cómo pasa. Cuando Marco hijo regresa a la casa tras su vía crucis sabatino, sabemos lo que va a encontrar ahí, es tan obvio como un vaso de agua, lo que ignoramos es de qué modo va a reaccionar ante esto. En La Sagrada Familia, cada uno de los personajes son entes que reaccionan ante pruebas límite: acción y reacción.
El primer estreno nacional del año se levanta como una película llena de potencia y clase. Puede desagradar o encantar, pero indiferente no deja. No emociona ni enamora con sus personajes, pero sacude con fuerza. Sebastian Campos firma su lugar como el cineasta joven más arriesgado de su generación y Patricia López saca aplausos con el mejor rol de su carrera. Muy buena.
1 Comentarios:
Fíjate que no me habia dado cuenta de todos los símbolismos que contiene la película. Si me habia dado cuenta de muchos, pero ese de que padre e hijo fueran "carpinteros" me impresionó de cierto modo.
Valiosa y Grande es LSF. Sin pretensiones y honesta en sus propósitos. Lo mejor de todo es que se nota que es una película con sangre y carne. Que identifica, provoca, remece e incomoda. Y eso se agradece.
Pero algo me pasa con Pati Lopez. He leído muchos elogios para ella por su rol en la película, sin embargo, a mi me sigue pareciendo que es poco espontánea, y que arma una suerte de maqueta de sus personajes. Quizás en esta oportunidad sea menos, pero igual sentí eso. Bueno, cosas de uno...
Saludos grandes.
Ah! y estoy postulando en el Laboratorio de Revistas. Me decidí a cobrar revancha..jeje.
C.
Publicar un comentario
<< Página Principal