FORTEGAVERSO

miércoles, septiembre 21, 2005

EL SORPRENDENTE HOMBRE ARAÑA 2

Spider Man 2 es una de las películas de género que más me ha gustado. Por que Sam Raimi entendio que la gracia de Spidey no es el escalaparedes, sino Peter Parker y sus problemas personales. Nada que hacer, un gran filme basura.

Esta crítica fue publicada en WIKEN, de El Mercurio, en mayo del 2004.


Superhéroe al borde de un ataque de nervios


Dos años después de su batalla contra el Duende Verde (primera película), el Hombre Araña se ha convertido en el héroe símbolo de Nueva York, consolidando su carrera como justiciero y limpiando las calles de malechores y villanos de todo tipo y calaña. Pero las cosas no han sido tan sencillas para su alter ego, Peter Parker (Tobey Maguire). No tiene tiempo para dedicarse a vigilante y estudiante brillante, la plata apenas le alcanza para pagar un cuarto de mala muerte y ayudar a su siempre aproblemada tía May (Rosemary Harris). Su pega como fotógrafo freelance para el diario El Clarin de J.Jonah Jameson (J.K.Simons) es una molestia necesaria y su mejor amigo, Harry Osborne (James Franco), quien ha dejado la Universidad para ponerse a la cabeza de Oscorp, la empresa familiar, no le perdona que sea una especie de relacionador público de El Hombre Araña, a quien culpa de la muerte de su padre (en el primer film). Y está Mary Jane Watson (Kirsten Dunst), el gran motor en la vida de Peter/Arañá (y de ambas cintas), cada vez más distante -y al mismo tiempo cercana- al universo del protagonista. Porque tiene que ser así, mal que mal la película, por sobre una historia de superhéroes, es una telenovelesca historia de amor acerca del nerd más nerd del curso enamorado de la pelirroja más linda del baile.
Sam Raimi, el director, es pillo. Desde el inicio de la primera parte de su saga arácnida, cuando la voz en off de Tobey Maguire nos decía que esta historia, como todas las buenas historias, tenía que ver con una chica, nos anunciaba que su personal versión del personaje más popular de la casa Marvel iba a estar más cercana a una comedia romántica que a una gótica historia de enmascarados justicieros. Claro, en la entrega inicial, tuvo que lidiar con la presentación de personajes y la necesaria sobreexplotación del carismático escalaparedes, detalle que en esta continuación pasa a un segundo plano para centrarse en los problemas y dilemas de su protagonista humano. El Hombre Arañá aparece poco en “El Hombre Araña 2” y se agradece que así sea. Hagamos un ejercicio, quiten al superhéroe. Sam Raimi quiere contarnos basicamente una comedia romántica sobre un chico que no puede acceder al amor de su vida porque la sobredosis de pega y las trancas producto de ésto se lo impiden. Y con ello vienen ataques de stress, pánico y neurosis que hacen de nuestro héroe una especie de Woody Allen menos hipocondriaco y más posmoderno que el propio Allen. Y la comparación no es gratuita, “El Hombre Araña 2” como “Annie Hall” y “Manhattan” es una de las películas que mejor usa Nueva York como escenario-protagonista. El filme es urbano hasta la médula, donde las calles, habitantes y rascacielos de Manhattan conforman un acompañamiento operático para la historia de este chico enamorado. Raimi es un realizador inteligente, que coquetea con referentes que no tienen nada que ver con el género y ahí gana. Peter Parker se debate la mitad del film entre seguir y no seguir vistiendo el traje naranja, optanto en un momento por la vida civil con todo lo común y corriente que ello acarrea. Se convierte así en un tipo como el Jack Lemmon de la inolvidable “El Apartamento” de Billy Wilder, preocupado de conquistar a su chica, sabiendo que tiene competencia en el camino, acostumbrándose a vivir como secundón de su propia historia pero sabiendo que en su interior late un héroe que más temprano que tarde emergerá triunfante. Antes de firmar para la franquicia arácnida, Raimi intentó con el género del corazón en la fallida pero interesante, “Por Amor” con Kevin Costner y Kelly Prestón; no fue entendido en esa ocasión, qué hacía el creador de “Evil Dead” rodando acerca de beisbolistas mayores indecisos en el amor. Sus propios fans renegaron de él. Pero no se rindió, fue inteligente y llegada la oportunidad contó nuevamente esa historia, la de chico enamorado de chica con todo lo que ello acarrea, escondiéndola bajo el disfraz de un superhéroe.
Brillan en “El Hombre Araña 2” la pareja protagónica. Kirsten Dunst y Tobey Maguire son quizás la dupla más carismática en la historia reciente del cine de franquisias (y dos de los mejores actores de su generación). Mismo juicio va para el trabajo de Alfred Molina, en su logrado rol de Otto Octavious/Dr. Octopus, el villano de turno, figura wagneriana y trágica que se roba algunos de los mejores momentos del filme, varios de los cuales son aprovechados por Raimi para coquetear con su fascinación hacia el cine de horror violento. Es una lástima que el director no aproveche más a secundarios como J.K.Simmons y todo el personal del Clarín, quienes sacan aplausos y risas en cada aparición. James Franco está aun más débil que en la primera parte y a pesar del giro sicológico que se le intenta dar a su personaje, éste se muestra predecible, protagonista de momentos tontos y una muestra clara de lo peor de la película: su desorden argumental , obra y gracia del notorio exceso de manos que estuvieron involucradas en el guión.
Es sabido que el texto de “El Hombre Araña 2” se escribió a medida que se rodaba, que se pasó del trabajo del escritor Michael Chabon (“Fin de Semana de Locos”) al de otros tres guionistas que debieron cortar, unir y crear de tres líneas argumentales distintas una coherente. Y a pesar de que funcionó, hay exceso de mini historias dentro de la gran trama que cansan al espectador y hacen mirar de soslayo. El noviasgo de Mary Jane con el hijo de Jameson no tiene el poder de un triángulo amoroso que realmente sustente un cuento. O la necesidad de hacer caer a un buen villano, como el Dr. Octopus, en el vicio más común de las películas de superhéroes (construir una máquina del juicio final) en lugar de aprovechar su figura trágica como reverso del héroe denotan una prisa innecesaria que pudo convertir una buena película en un fiasco multimillonario.
“El Hombre Araña 2” tiene moral y salud adolescente. Se mueve como el segundo capítulo de una serie Sony y gana con buenos momentos, personajes bien estructurados y una velocidad constante que hacen que uno no pierda la atención y el interés hasta en los momentos más débiles. Hay amor por la historieta, por entender el potencial icónico de un personaje como éste, creado por Stan Lee en 1962, pero también emoción de esa tan propia de las buenas historias, que hacen que el film interese y se disfrute hasta por los más ajenos al mundo de los justicieros de colores. La película es buena, pero pudo ser una maravilla y eso le quita algunos puntos. De todas formas estamos ante una de las mejores comedias románticas del año, una adaptación preciosista del cómic a la pantalla grande y una aventura entretenida hasta decir basta. El final es para aplaudir de pié. Buena.