UNA NOVELA INCONCLUSA (3ª PARTE)Nombres-X-3-EL DIABLO JAMAS mira a los ojos. De hecho nunca mira a ninguna parte, lo que es algo más o menos difícil de explicar en palabras, por eso dejémoslo así. Al menos por un rato. Eso -lo de no mirar a los ojos- le da potentes ventajas. Que se yo, para conquistar, moverse, mentir y supongo que también para ser feliz. Aunque, entre nosotros, no estoy muy seguro de que alguna vez haya sido feliz, ni siquiera en esa época en que era el Lucero más brillante y se sentaba a la derecha de Dios. Una vez le pregunté por esos años, pero se hizo el idiota (lo hace bastante) e imitando a Luca Prodán me respondió cantando aquello de mejor no hablar de ciertas cosas. Lo siento, pero no sé como se llama esa canción, es que nunca me gustó mucho Sumo. Hace un par de meses no habría hecho esa confesión.
Llevo veinte minutos con el Diablo. Sentado en un bar ‘‘perdido’’ que ocupa la totalidad del segundo piso de un edificio color gris azulino ‘‘perdido’’ en mitad del barrio más ‘‘perdido’’ de Ñuñoa. Encima de la mesa hay una botella de vino tinto a medio tomar y dos vasos también a medio tomar. El Diablo se acomoda el pelo y a veces se parece a David Bowie, otras a Jarvis Cocker pero las más se parece al Diablo, que no tiene nada que ver a como lo pintan, pero eso es un detalle que a estas alturas del tiempo ya lo sabe todo el mundo.
-¿Morningstar?-, le preguntó.
-Lucifer Morningstar-, me aclara.
-Como sea.
-Es raro que me digan así. De hecho hace mucho tiempo que nadie me llama por el nombre y el apellido. Aunque en verdad he tenido tantos nombres a lo largo de la historia que bueno, tu sabes.
- Mentira, has tenido uno solo. Los otros han sido sobrenombres.
-Buen punto-, y vuelve a parecerse a David Bowie, pero no al de ‘‘Ziggy Stardust’’ sino al más pálido y flaco. Al Bowie de ‘‘Let’s dance’’, el de su canción más horrible.
Atrás de nosotros se sienta la chica más bella de Santiago. Viene con un tipo que no tiene nada que ver con ella, pero que igual se ve demasiado bien a su lado. Son curiosas las parejas que se ven demasiado bien. Una amiga me dijo una vez que cuando uno conoce a alguien y se ve demasiado bien con ese alguien, la cosa no puede durar más de un par de horas, como en la película ‘‘Antes de amanecer’’. De hecho lo que en verdad dijo ella, es que la cosa no debe durar más, que no es saludable. La analogía perfecta es la de una fotografía: el momento y luego el adios. ‘‘It’s over’’, como la mejor canción de Level 42.
La chica más bella de Santiago tiene un mechón blanco sobre la frente y una mirada de esas que uno piensa que no existen, es difícil dejar de mirarla. Es como un objeto, ni siquiera dan ganas de besarla, ni de tocarla. Ni menos de culiársela -con perdón-. Dan ganas de congelarla y guardarla quietecita y para siempre en una cajita de madera con cuatro paredes de vidrio, ponerla encima de un mueble y mirarla. Sólo mirarla y hacerlo hasta que uno se va poniendo viejo y ella se va poniendo vieja con uno.
El tipo que la acompaña le está hablando de su familia, de un rollo con una tía que está medio loca y de un pariente lejano que padecía algo así como combustión espontanea. Al menos, eso es lo que alcancé a escuchar. Ella le sonríe como sólo la chica más bella de Santiago sabe sonreir y le da un beso en la frente. A veces los besos en la frente significan mucho más que un beso en la boca. Llega una mesera gorda que se llama Marcela -lo sé porque el tipo de la barra cada vez que la llama le grita: ¡Marcela!- y pone encima de su mesa un par de botellas de cervezas de a litro y les pregunta si quieren algo más. El tipo afortunado le responde que no. Es muy amable el tipo afortunado.
-¿Deberías ser mas discimulado para mirar?
-Es la chica más bella de Santiago.
-Todo el mundo lo sabe. Y ella sabe que la estás mirando.
-Esa es la idea.
-Siempre es la idea. En todo caso se va a morir luego, en unos cinco años. No más.
-¿....?
-Soy el Diablo.
-Aunque ya no tengas ni cuernos ni alas.
-Nunca tuve cuernos y sobre las alas. Buehh... quien necesita alas cuando las estrellas están cada vez más cerca.
-Eso fue cursi.
-Somos cursis.
-Salud por eso... Y por la chica más bella de Santiago que se va a morir en cinco años... Salud por el futuro.
-Por el porvenir. Es mejor palabra y significa lo mismo.
Me acordé de una ilustración que vi cuando chico. Salía en la última página de un libro que se llamaba ‘‘El mundo de los medios de transporte’’. En ella aparecía un enorme auto de seis ruedas y cabina tipo avión. Estaba lleno de detalles cromados y flechas de velocidad, abajo decía con grandes letras azules (el mejor color del mundo): El bolido del porvenir. Luego el redactor explicaba que era un enorme coupé deportivo diseñado por Ford para los tiempos venideros. Claro que al final la crisis del petroleo y la arremetida de los autos japoneses cagaron cualquier intento de Ford por construir su bolido del porvenir. Fue al ver esa página cuando descubrí que porvenir no sólo era sinónimo de futuro, sino que además se decía y se escuchaba mejor.
El ruido de un helicóptero chilló desde afuera. ¿Chillan los helicópteros? (...) Vino desde un puntito invisible, luego pasó encima de todos y se fue perdiendo hacia el fondo de le noche en un onomatopéyico silbido de aspas cortando el aire. Si fuera pintor y decidiera hacer un cuadro del Santiago nocturno, haría un mural de cinco por diez metros con una visión nocturna de la ciudad. Una limpia silueta negra contra un fondo más negro sin ninguna ventana. Y el cielo estaría sobrepoblado de helicópteros luminosos, algunos muy grandes y otros muy chiquititos. Entre ellos volarían autogiros, que aunque se parecen mucho a los helicópteros no son lo mismo.
-¿En qué estas pensando?-, me preguntó Morningstar.
-En que siempre me han gustado los helicópteros. Si fuera multimillonario me compraría un Sikorsky CH-53E Super Stallion y viviría en él
-Vida de helicópteros, podría funcionar como título para tu autobiografía.
-Esta es mi autobiografía.
-Cierto. Es que aún no me gusta mucho eso de ‘‘Nombres-X’’
-Es por ‘‘Hombres-X’’, los ‘‘X-Men’’
-I know.... ¿Estuviste llorando?
-Un poco. Hacía tiempo que no lo hacía... y fue complejo, raro. Como que no era yo. No sé, ahora que lo pienso fue como si hubiera contratado un doble para que llorara por mí.
-Cursi.
-Supongo.
-¿Así que te echaron?
-Mmhh. Hoy es mi última noche como el Capitán Marvel. Mañana me quitan el traje, la capa y el mentón recto con el hoyito en la pera.
-Estoy hablando de la universidad.
-Bueno... también...
-¿Y?
-¿Y qué?
-No sé, dimelo tu.
-Es que en verdad no hay mucho que decir, era algo que se veía venir. Me lo estaba buscando y putas...
-Putas nada, pasó y punto. No puedes pasarte la vida buscando culpables y justificaciones. ¡Ja, mírame! dando consejos buenos, ni que fuera Dios. Creo que tengo que virarme un rato de este mundo, me estoy volviendo sentimental. Supongo que ya no soy el Satanás de siempre. Pero en fín, volviendo a lo tuyo... mírale el lado bueno al asunto, al menos tienes algo que contar... No todo el mundo tiene algo que contar...
-Gracias...
-No te estoy agraciando ni nada por el estilo. Sólo es un comentario al azar, soy el Diablo. Puedo decir y hacer lo que quiera, nadie va a venir con un soplete y me va a cerrar la boca... Bueno, eso es un poco extremo, pero se entiende, ¿no?... ¿Por eso lloraste?
-No... porque mentí.
-¡Ja, ja, ja!, has mentido toda tu vida. Eres el rey de los mitómanos de Santiago de Chile y nunca te has sentido culpable de eso. Es cosa de recordar las veces que Claudia descubrió tus embustes...
-Por favor, esa palabra...
-Déjame continuar, por favor. Yo elijo las palabras con las que quiero hablar...
-Será, pero no me gusta mentirle a mi papá.
-Siempre le has mentido. Y él también te ha mentido a ti. Ese es tu juego con él, armar un mundillo aparte construido con un millón de mentirillas multicolores e inofensivas. El mundo ideal... ¿Y por qué le mentiste?... No me respondas, lo haré yo. Tengo tres alternativas: a) Para no hacerle daño. b)Para que no te hiciera volver al sur y pudieras seguir acá, en la Capital, viviendo con la plata que cada fin de mes te manda. Y c) Todas las anteriores.
-...
-¿Y a tu mamá?
-Con ella es diferente.
-Con ella es igual, sólo que no puedes mentirle. No te atreves a jugar con ella porque siempre te descubre. Siempre lo ha hecho. No entiendo porque le tienes tanto miedo, si tu madre nunca te va a dar la espalda. Pase lo que pase va a estar contigo.
-No la conoces.
-La conozco lo suficiente como para saber que eres su favorito. De hecho eres su debilidad...Y lo peor de todo es que tu lo sabes... O tengo que recordarte porque terminaste con Claudia.
-Ella terminó conmigo.
-Eso no es cierto... Pero en fin, allá tu... Después de todo soy el señor de la mentira y el engaño y a mi me conviene mucho que vivas en ese mundo. Es tan delicioso. Las almas en mentira son exquisitas, me gustaría que pudieras probar una, pero no puedes... Y a propósito de la Claudia. ¿Has vuelto a pensar en ella?
-Una vez cada quince días. Esa es mi norma...
-Deberías volver a verla, te recomiendo una vez cada dos meses. Podría funcionar ¿Que estás haciendo?
-Anotando tus consejos.
-No huevees... Mierda, esto se está poniendo un poco aburrido. Cuarentayocho líneas de diálogo en los que no ha pasado absolutamente nada, eso aburre a cualquiera. Aceleremos la cosa.
-Yo no puedo hacer nada, sólo soy un pobre mortal. El ser divíno... buehh, infernal... eres tu, así que el fast forward está en tu mano.
¡Click!: Stop
¡Click!: FFfw
CERCADESESENTACOSASBASTANTETRIVIALES
BASTANTEEXTRAÑASUNPOCOQUIZAS
DEMASIADOCOMUNESQUESUCEDEN
ENELTRANSCURSODETREINTA
YTRESMINUTOSCUANDOSE
ESTASENTADOCONELDIABLOEN
UNBARPERDIDOENELRINCONMASPERDIDODEÑUÑOA
¡Click!Stop
¡Play!
-Eso fue rápido.
-No haz visto nada-, responde Lucifer, cambiando su apariencia a la de David Bowie en ‘‘Earthling’’. -Ahora, pongamos un par de chicas en escena. ¿Cómo te gustan?
-No soy muy exigente. Que no sean batracios y que tengan algo que contar.
-O sea ricas.
-Lindas.
-Ricas.
-Estoy en el aire.
-Yo también. Mira la puerta.
Miré. En la entrada del bar, junto a un cuadro desteñido de una película alemana (supongo) habían dos lolas. Las dos eran exactamente iguales, ni flacas ni gordas, con caras redondas y ojos de gato. Eran bien pálidas, usaban las uñas negras y el pelo largo, color violeta. Ambas llevaban los labios de un rojo muy fuerte, casi brillante.
-Me dan miedo.
-A ti todas las mujeres te dan miedo.
-...
-OK. Cierra los ojos, vuelve a abrirlos y van a cambiar.
Lo hice, cambiaron.
Las chicas eran amigas, una se llamaba Anita y la otra Pilar. Anita conocía a Morningstar de un lado X y Pilar había escuchado a su amiga hablar del Diablo, claro que ninguna de las dos conocía la verdadera y satánica personalidad de mi compañero de mesa.
Lucifer las invitó a sentarse con nosotros, ellas aceptaron. Anita estaba muy cariñosa con mi amigo y todo lo que hablaba lo decía en clave de lugar común. Yo la miraba, también veía a Pilar. Ella me sonrió y me hizo un salud con su copa, luego no volvió a hablar. Estuvimos largo rato oyendo las cosas que se decían Morningstar y Anita. Se acordaron de tres fiestas, de un par de tipos con nombres que comenzaban con ‘‘P’’ y de algo extraño que había sucedido en la casa de una tal Ximena. Se rieron cuatro veces y Anita tenía una deliciosa forma de curvar los labios cuando lo hacía. Pilar jugaba con su copa de vino y yo tenía muchas ganas de largarme lejos de ahí... a una galaxía muy... muy lejana.
De una mesa cercana se levantó un tipo que usaba un extraño peinado en forma de flecha invertida y fue al wurlitzer, que no está demás decirlo, había pasado por toda clase de voces y estilos desde que la noche fue noche. Mierda, no puedo ser tan cursi. El del peinado en forma de flecha puso un disco de Queen, comenzó a sonar ‘‘Who wants to live forever’’.
ANITA: Me encanta esa canción.
YO: Es de la película ‘‘Highlander’’, el tema principal.
LUCIFER: Sabían que llega un momento en que todas las canciones del mundo se convierten en canciones de Queen.
YO: Eso es de ‘‘Buenos Presagios’’, Gaiman y Pratchett
PILAR: Freak show.
Todos miramos a Pilar, nadie dijo nada.
PILAR: Acaba de pasar un inmenso ángel... ¿Que?... ¿Nunca habían escuchado eso? Se dice cuando de pronto un grupo de personas se quedan calladitos, como si alguna clase de espíritu les hubiera cerrado la boca.
YO: ¿En serio?
PILAR: En serio, ¿no sabías?
YO: Si, o sea de lo otro no tenía idea. Que se decía lo del ángel por lo del espíritu que cierra las bocas.
PILAR: En verdad no tengo idea si es por eso... me salió.
YO: Te salio bien...
PILAR: Gracias. ¿Nos conocemos, cierto?
YO: Cierto.
Y se volvió a quedar callada, yo también. Anita y el Diablo hablaban demasiado. Demasiado para ser tan tarde.
Etiquetas: Nombres-X