LOST T PROPONGO
Esta semana se acabó uno de los proyectos más queridos de PLC, T Propongo, la revista capitaneada por mi amiga personal Bárbara Mayer. Fue triste, huno lágrimas y todo, pero ya saben lo que se dice: los finales son inicios y viceversa. Ok, es filosofía barata pero que sería del mundo sin filosofía barata. Como sea, no deja de ser curioso que una de las últimas cosas que publique para las chicas del equipo de la Bárbara fuera un artículo de (para variar) LOST. De alguna rara forma, supongo que las chicas deben sentirse hoy algo así como naufragas en un lugar tan cómodo como el hogar.
Perdidos en el paraíso
Desde su estreno hace dos años, LOST ha cambiado los hábitos de ver televisión y ha puesto frente a la pantalla a quienes nunca en su vida habían seguido una serie. ¿Por qué? Porque LOST es un compendio de emociones básicas, un plato bien condimentado de historias tan viejas como la vida misma
La emoción más antigua de la humanidad es el miedo. Antes de que los primeros hombres descubrieran el amor, la tristeza o el odio, se asustaron. Vivían en cavernas, en continuo temor de lo que los rodeaba. Animales salvajes, otras tribus, la oscuridad de la noche. Dice Arthur C. Clarke, científico y autor del guión de la película 2001: Odisea del Espacio, que el hombre se hizo hombre cuando fue dominado por el miedo. Gracias a esta sensación aprendió a escribir, descubrió el fuego, inventó la rueda y levantó vastos imperios. El miedo es básico, primitivo, inicial, prehumano. El miedo nos hace independientes, únicos e irrepetibles.
Y así como sucede con otras emociones, hay muchos tipos de miedo. El temor a lo sobrenatural, a la muerte, al mundo que nos rodea, a la oscuridad, etc. Y finalmente el más intenso de todos, el miedo a perdernos, a quedarnos solos en un lugar que no conocemos y donde cada cosa, desde el azul del cielo hasta el color de una pared puede resultarnos tan hostil como la más feroz de las bestias. Y esa es una de las razones del impacto que LOST ha logrado en las masas, nos fascina porque nos asusta. No es lo único claro, pero si lo más importante. Digan lo que digan, las cifras de audiencia del drama creado por J. J. Abrams deja claro que… amamos perdernos.
Rumbos extraviados
-¿Viste el último capítulo de LOST?
Comentaban dos amigos de oficina.
-No. ¿Qué pasó?
-Es que mejor no te cuento. Velo, porque perdería sorpresa. Yo te lo paso, lo tengo en DVD.
-Tráemelo mañana
-Vale.
-Pero que no se te olvide.
-No se me va a olvidar.
Y aunque el diálogo es ficticio, la situación no. Desde los tiempos de Dallas y Dinastía que una serie gringa no conseguía una llegada tan amplia como la de esta crónica de náufragos en el Pacífico. Ok, uno podría argumentar que series como Los Expedientes Secretos X, Buffy y Friends pegaron fuerte en el inconsciente colectivo, pero todas se centran en nichos, en grupos específicos de seguidores. Por lo contrario, LOST nos asaltó como un impacto directo de misil intercontinental, interesando desde los incondicionales a las series gringas hasta quienes nunca se habían sentado a ver una.
Curioso es como se ha dado el fenómeno. Antes de su estreno en el cable, a través de la señal latina del canal AXN, en marzo del 2005, la serie ya era reconocida por buscadores de internet y como un lento rumor se había convertido en producto favorito del pirateo y del intercambio no tradicional de información. Si la red aún se define como la catedral más democrática de los datos, lo que sucedió con LOST es por mucho el ejemplo más acabado de lo anterior. Un año después, el impacto se multiplicó al doble cuando canal 13 estrenó a un nivel absolutamente masivo la producción norteamericana.
El Señor de las Moscas Reloaded
Junto con la atracción que nos despierta el temor a perdernos, el drama creado por J.J. Abrams (cerebro responsable de Felicity, Alias y la última entrega fílmica de Misión Imposible) sabe conjugar en una sola historia un montón de otros cuentos, que hemos escuchado desde niño. La originalidad de LOST no está en su historia, sino en como nos la cuenta. El propio Abrams ha confesado que la inspiración de la serie le vino de varias fuentes. Haber releído la Odisea de Homero, de adulto, fue clave en la idea del viaje sin retorno. O con lento retorno, que no es lo mismo.
El Señor de las Moscas, es otro arquetipo narrativo que no puede dejarse de lado, mal que mal muchos críticos al drama han sostenido que LOST no es más que una versión adulta de la premiada novela de William Golding. Si el escritor británico nos narra lo que sucede a un grupo de niños perdidos en una isla que ven surgir sus más primales instintos de supervivencia, en el relato de los náufragos del Jumbo L-1011 del vuelo 815 de Oceanic ocurre prácticamente lo mismo. Niños y adultos en una situación extrema ven como surgen de un modo natural sus instintos más básicos, pero también las ansias por el poder, el control, la política y la fe. Este supuesto plagio ha servido de argumento a favor de los contrarios de la serie, quienes han sido obvios al señalar que el impacto de LOST en las masas se debe a la ignorancia del público, que desconoce la historia de William Golding. Argumento mediocre -e incluso facilista-, si tomamos en cuenta que El Señor de las Moscas no es precisamente una historia anónima y ha sido adaptado incluso por Los Simpson.
En todo caso, y sin negar la relevancia de El Señor de las Moscas en LOST, este no es el único motor referente que mueve la acción del drama. La serie ha sabido unir elementos del texto de Golding con La Isla Misteriosa de Julio Verne, sobre todo en lo referente a la posible existencia de una inteligencia superior en algún lugar en el corazón de la isla, que en el libro de Verne era el capitán Nemo, varado en su Nautilus tras los incidentes ocurridos en 20.000 Leguas de Viaje Submarino, relato previo del autor francés. Alicia en el País de las Maravillas y la Biblia completan la colección de libros que han inspirado el desarrollo de la trama, todos con el antecedente de presentar al hombre, como individuo o grupo, enfrentado a una situación extraordinaria.
El uso de historias conocidas, presentes en el inconsciente colectivo, ha gatillado otro de los grandes potenciales de LOST. El hecho de estar contándonos una historia conocida, pero de un modo diferente, más pop, por decirlo de algún modo. Así como amamos perdernos, también amamos que nos inventen cuentos y nos presentes mundos desconocidos. ue nos exploten esa atracción por lo desconocido y la aventura. Así como en siglos pasados, autores como Alejandro Dumas y H.G. Wells mantuvieron atados a los lectores de sus historias seriadas en periódicos, hoy el mismo encanto es el que gente cono el equipo comandado por J. J. Abrams nos amarra frente al televisor.
Numerología popular
Durante la primera temporada de la serie aparecen los números 4, 8,15, 16, 23 y 42 cuyo significado, aun no revelado, parece ser la clave de todo el drama. Según Wikipedia, Hurley, el gordo simpático, había recibido estos números de un oficial loco de la marina de los Estados Unidos. Hurley los usa para un juego de azar y gana una cifra importante de dinero, pero el precio es alto y todos los que están a su alrededor empiezan a tener una racha interminable de mala suerte. Hurley piensa que los números están malditos, pero nadie le cree, por eso huye a Australia. Cuando Jack y Hurley interrogan a Sayid sobre Rousseau, Hurley se da cuenta que ella había escrito los números repetidas veces en un pedazo de papel
Abrams ha repetido que los números son muy importantes, siendo posible rastrearlos en cada capítulo de la serie. Ejemplo: 4 es la hora que marca el reloj del piloto del avión cuando se estrella y es el número de la máquina a la que está conectado Locke en uno de los episodios. 8 fue el canal de televisión que entrevistó a Hurley cuando ganó el premio y aparece con caracteres chinos en una camiseta de Boone. 15 eran los miembros que componían la expedición de Rousseau y es el número de la botella de whisky de la que beben Sawyer y Christian, el padre de Jack, durante un capítulo de recuerdo. 16 es el número de años que lleva Rousseau perdida en la isla y son las horas que tardaron los supervivientes en encontrar la cabina del avión. 23 –mil dólares- es la recompensa ofrecida por Kate, la fila del avión en la que iba sentado Jack y el número de la puerta de embarque del vuelo. 42, el número de espacios en el juego con que se divierte Walt y el asiento en el que va sentada Ana Lucía, personaje que entra en la segunda temporada. La aparición de combinaciones de estos números también es frecuente, como 815 que corresponde al número del vuelo en que viajaban los supervivientes, también la caja fuerte donde Kate guardaba su avión a escala y el modelo de fotocopiadoras que vendía Charlie. Además la grabación de la cinta de Kate y su novio ocurrió el 15 de agosto, 8/15 en notación inglesa.
Datos curiosos
- John Locke se llama así por filósofo empirista inglés. Locke toma un rol bastante espiritual y filosófico en sus relaciones con los demás, intentando así ayudarlo a llevar las continuas dudas sobre su futuro y sobre sí mismos que su estancia en la isla les impone.
- El nombre de Rousseau hace referencia al filósofo Jean-Jacques Rousseau.
- El nombre completo del anterior habitante de la escotilla, Desmond, es "Desmond David Hume" y hace alusión al filosofo David Hume.
- El nombre de James Sawyer Ford hace alusión a la novela de Mark Twain, Las aventuras de Tom Sawyer, quien al igual que el personaje de la serie era de origen sureño.
- Los personajes Hugo Hurley Reyes y Sun Paik fueron creados especialmente para Jorge Garcia y Yoon-Jin Kim, respectivamente. Yoon-Jin Kim, una estrella del cine coreano, se presentó en primera instancia para hacer de Kate y Reyes se para el papel de Sawyer.
- En un primer momento, los productores pensaron en Michael Keaton para interpretar a Jack Shepard, quien sería asesinado en el primer capítulo.
- Los escritores y directores no les dicen nada a los actores hasta que llega el momento de interpretar. Así pueden cambiar lo que pasará en la serie cada capítulo.
- Los dos personajes principales, Jack y John tienen el mismo nombre. Ambos corresponden a “Juan” en español. El apellido de Jack, por su parte es Shepard, referencia a Pastor. La simbología bíblica del nombre es evidente.
- La banda de Charlie, Drive Shaft, esta inspirada en Oasis. Ambos son grupos de hermanos. El hermano de Charlie se llama Liam, como Liam Gallagher, lider de Oasis. La idea fue de Dominic Monagham, actor que interpreta a Charlie y que es nativo de Manchester, ciudad donde conoció y entabló amistad con la banda de los Gallagher.
- Distintas teorías han surgido a que es en realidad la isla: El purgatorio, el infierno, un experimento militar, una alucinación colectiva, una nave espacial, los delirios de alguno de los personajes –Hurley parece ser el principal candidato-, una proyección de realidad virtual a lo Matrix, son los principales candidatos. Abrams las ha negado todas, soltando que una pista sobre la naturaleza del lugar estaría en una desconocida novela titulada The Third Policemen, publicada en 1963 por un tal Flann O`Brien, cuyo tema es… los distintos estados de la muerte dentro de la muerte.