2006 A.D.: CINE
- El Laberinto del Fauno: Una historia de hadas y fantasmas durante la Guerra Civil Española. Un cuento infantil que se transfigura en la más adulta de las pesadillas. Guillermo del Toro (Hellboy) más que ningún otro colega de su generación ha entendido que la gracia del género fantástico es usar los engendros de la imaginación para hablar de otros temas, en este caso fabular acerca del riesgo (y el imaginario) de las ideas políticas. El fascismo –nos dicen las ideas cinematográficas de Del Toro- es finalmente la extensión adulta de la mente de un niño. Con El Laberinto, Del Toro se ha consolidado como autor mayúsculo en la que es por mucho, MI PELICULA FAVORITA DEL 2006, a pesar de que sólo la ví en DVD. Y destripo por verla en pantalla grande.
- Historias de Familia: The Squid and the Whale: Otras de mis favoritas del 2006, y otra gran película que llegó por estos lados gracias al bendito DVD. Debut en la dirección de Noah Baumbach, guionista de La Vida Acuática, la cinta es una de esas pequeñas joyitas que hacen bien, que tras verla dan ganas de ser mejor persona o llamar a alguien querido. Una pareja de escritores, dos hijos adolescentes, el divorcio, el menor de la familia se vuelve alcohólico, el otro hace pasar una canción de Pink Floyd como propia y Anna Paquin, absolutamente deliciosa. Gran película, pésima traducción de título, muy buen soundtrack.
- Kiltro: Con la mano en el corazón, Kiltro tal vez no fue el mejor estreno nacional del año, pero en las sumas y restas es por mucho LA película chilena que definitivamente nos robó el alma durante el 2006. Cinefilia madura, no tomarse en serio, una chica linda, un muchacho rudo, peleas divertidas y una trama repleta de citas y homenajes. Adjetivos sobran para una historia simple que tuvo la gracia (no menor) de hacer del barrio de Patronato, una ciudad imaginaria tan válida como Metropolis, Gotham City o incluso Macondo –pero con patadas en la cara-. Con poca pretensión –salvo la de entretener- y sin bombos ni exagerados platillos, Kiltro ganó su lugar en la historia gracias a Zamir (Marko Zaror) nuestro primer héroe de acción.
- Miami Vice: Ni siquiera es de las mejores piezas en la filmografía de Michael Mann, pero si es la suma más llamativa y adictiva de sus obsesiones. No por nada se trata de la traslación a la pantalla grande de su emblemático proyecto televisivo de mitad de los 80. Tipos profesionales hasta lo insoportable, trajes impecables, autos de lujo, una ciudad en movimiento. Más que un director, Mann es una cámara autoral, de las pocas que han sabido traducir a imágenes la idea de la violencia como código de masculinidad. Uno de los mejores estrenos del año y por mucho la cinta más cool de la temporada.
- Una Historia Violenta: La mejor película que ví en CINE el 2006 –El Laberinto la vi en DVD-. Una película redonda, madura, bien dirigida y endemoniadamente actuada. David Cronenbergh regresó en su mejor estado físico para una película acerca de secretos, vidas paralelas y una tremenda tesis acerca de la vida matrimonial. Una Historia Violenta no eludió ninguna de sus promesas, partiendo por la del título, coronándose como un apéndice de escenas y frases memorables. Condenada al estante de los clásicos, la película protagonizada por Viggo Mortensen demostró además (y de rebote) la buena salud de los cómics como generadores de las mejores historias contemporáneas. Una perla.
- Casino Royale: Voy a citar a Stephen King. Cuando la vi por primera vez pensé que era la mejor película de Bond desde Goldeneye, cuando la vi por segunda vez creo que es la mejor desde Goldfinger, ahora estoy seguro que es la mejor película de Bond. Por mi parte sólo puedo decir que la he visto tres veces y cada vez me gusta más. Daniel craig no sólo “rebooteo” a Bond, sino que se mandó un tremendo clásico de acción, de esos que se disfrutan como cabro chico. El mejor blockbuster del año.
- Pequeña Miss Sunshine: Autocita: Pequeña es una película hembra. No femenina ni feminista, sino derechamente hembra, con pelo largo, pechos y caderas anchas. Puede que uno de sus directores (Jonathan Dayton) sea hombre, pero en el modo en que se construyó el relato, es evidentemente que lo que priorizó fue el ojo de su compañera de labores: Valerie Faris. Pequeña… es una película con útero, incluso con periodo menstrual. Histérica, amorosa, gritona, preciosa. Y como ya escribí hace tiempo, en otro medio y sobre otra película, este comentario hubiese quedado mucho mejor si quien lo firmara se llamara Francisca. O Ana, o Carolina. Porque por mucho que me haya gustado esta nueva maravilla del cine independiente gringo, doy por seguro que no entendí ni un 70% de la sensibilidad implícita en la historia secreta de esta obligatoria road movie a través del corazón más espantoso de la clase media norteamericana; todo armado a través de la mirada de una niña de 8 años, mezcla precisa y perversa entre picardía, inocencia y dulzura. Pequeña…construye una historia pequeña que nos desplaza por los rincones más desoladores de la clase media norteamericana, lugar común que ha sabido poblarnos de grandes historias en la televisión (Los Simpsons), la literatura (Richard Ford), el cine (Historias de Familia) e incluso el rock`n roll (Bruce Springsteen)…
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